Las energías renovables se nos presentan como instrumento clave para contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el temido CO2, y combatir el "cambio climático" o, como ya ha definido Libertad Digital, el "apocalipsis climático" basado y centrado en el "alarmismo climático" actualmente instalado en la sociedad. Sin embargo, científicos de diferentes países, Inglaterra y Estados Unidos entre ellos, ya han alertado de que pueden tener un impacto negativo en la salud humana, los ecosistemas naturales y los estilos de vida.
En la lucha contra el cambio climático se ha promovido la energía eólica como una solución limpia, pero los científicos han alertado sobre los posibles riesgos para la fauna. Una revisión de más de 220 publicaciones científicas, realizada en 2015 por investigadores del Instituto Tecnológico de Berlín, alertaron que los parques eólicos pueden tener impactos negativos en las aves, incluyendo colisiones, desplazamiento, efectos de barrera, cambio y pérdida de hábitat. Las aves rapaces son particularmente vulnerables a la colisión con las turbinas eólicas, lo que puede llevar a su muerte.
A pesar de las advertencias científicas desde hace años sobre los riesgos, los parques eólicos continúan expandiéndose, como está ocurriendo en España, donde en diciembre de 2022 el Gobierno ha aprobado la construcción de 22 plantas eólicas en Teruel, con un total de 121 aerogeneradores, a pesar de los impactos en el medio ambiente, la fauna, el paisaje y la salud humana, incluyendo el riesgo para especies protegidas como el águila real, el buitre leonado y el quebrantahuesos, entre otros.
Los científicos siguen emitiendo alertas y en 2022, investigadores de seis países, entre ellos Inglaterra y Estados Unidos, publicaron "una revisión crítica sobre los impactos ambientales de los sistemas de energía renovable", concluyendo que, aunque los sistemas de energía renovable presentan beneficios para el medio ambiente, pueden tener impactos negativos en la vida humana, los ecosistemas naturales y los estilos de vida. En esta revisión, destacan del impacto negativo de los parques eólicos: 1) ruido y contaminación visual, 2) muerte de aves, 3) erosión del suelo y deforestación, 4) riesgos de rayos en las torres, 5) radiación electromagnética y 6) impacto en las comunidades locales circundantes.
Según esta revisión, el ruido generado por las turbinas de los parques eólicos, tanto por la aerodinámica como por la maquinaria interna, causa contaminación acústica que puede tener un impacto negativo en la salud humana, incluyendo problemas de audición, trastornos del sueño, estrés y otros problemas de salud. Además, la construcción de infraestructuras asociadas puede afectar al paisaje y, la sombra proyectada por las cuchillas en movimiento de los aerogeneradores puede alterar la belleza natural y afectar a las áreas residenciales. Por esta razón, se recomienda instalar los parques eólicos a una distancia mínima de 300 metros de las zonas pobladas para reducir significativamente el impacto del ruido.
Indican que, las turbinas eólicas afectan a la fauna local, principalmente aves y murciélagos, mediante colisiones, alteración del hábitat, ruido y presencia humana. Además, la eliminación de hábitats cruciales, la alteración del suelo y la vegetación también tiene un impacto negativo en los organismos que dependen de ellos, así como la construcción de infraestructuras asociadas, como carreteras y líneas de transmisión eléctrica perjudica los ecosistemas.
Los investigadores destacan que, no se puede olvidar que los parques eólicos pueden ser vulnerables a los rayos debido a la altura de las torres y las condiciones climáticas, lo que aumenta el riesgo de incendios.
Y en relación a las radiaciones electromagnéticas que generan las turbinas indican que pueden interferir con las transmisiones de radio y televisión en estaciones próximas, afectar la navegación cercana, la comunicación por microondas y los sistemas de radio FM. Sin embargo, el impacto de estas radiaciones en la salud humana no se ha estudiado lo suficiente y se requieren todavía, después de tantos años, más investigaciones para comprender completamente sus posibles efectos en la población.
En cuanto al impacto en la salud causado por los parques eólicos. Investigadores alemanes, llevaron a cabo una revisión específica de los trabajos científicos que abordaban los efectos del ruido de las turbinas eólicas en la salud humana. Encontraron que el ruido de las turbinas eólicas puede causar molestias, pero en relación a los resultados sobre trastornos del sueño, calidad de vida y salud mental encontraron datos heterogéneos y no concluyentes. Además, destacan que hay pocos estudios sobre el impacto potencial del ruido de las turbinas en resultados clínicamente aparentes, y sobre otros factores como el riesgo visual o la exposición a infrasonidos. Concluyen que son necesarias más investigaciones para comprender completamente los posibles impactos en la salud de las personas.
En resumen, los parques eólicos pueden tener impactos negativos en los ecosistemas y la fauna local. Hay evidencia creciente sobre los impactos en la salud de las turbinas eólicas en entornos residenciales. Es necesario realizar más estudios para entender mejor los riesgos asociados con los parques eólicos y sus impactos negativos. Los datos indican que es necesario abordar los posibles efectos negativos de la energía eólica en el medio ambiente y la salud pública antes de considerarla como una alternativa viable para la política global de energía limpia.