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El celo animalista del Gobierno mata a 9 aves protegidas en una operación "irregular" en casa de un criador jubilado

"Me esposaron delante de mi mujer y mis hijos y me detuvieron en mi propia casa como a un criminal por algo legal", explica el criador.

"Me esposaron delante de mi mujer y mis hijos y me detuvieron en mi propia casa como a un criminal por algo legal", explica el criador.
El criador José Doval Ucha. | LD

"Me esposaron delante de mi mujer y mis hijos y me detuvieron en mi propia casa como a un criminal por criar a los pájaros de otros compañeros. Estuve mucho tiempo en tratamiento psicológico porque no podía dormir por la ansiedad". Este es el infierno que atravesó José Doval Ucha, un criador de aves de reconocido prestigio en Galicia. El Seprona entró en su casa, se incautó de 48 aves en peligro de extinción alegando un presunto delito contra la naturaleza y posteriormente nueve de esos animales acabaron muriendo. Ahora la justicia dice que nada de lo que hizo Ucha es ilegal.

Ucha, ya jubilado, lleva toda su vida dedicándose a criar aves, sobre todo loros. Por supuesto, todos los animales de Ucha son legales, todos han nacido en cautividad desde hace generaciones y tienen sus papeles y su anillado en regla. Además, su casa está dada de alta como núcleo zoológico y está equipada con incubadoras para cuidar de los polluelos recién nacidos. De hecho, él mismo se encarga de darles su papilla cada dos horas y de mantenerlos sanos y cuidados hasta que se valen por sí mismos. Su devoción es tal, que muchos criadores le confían a las crías de sus propios pájaros. Y tiene muy buena mano, porque la primera cacatúa negra que nació en Galicia, llegó al mundo en casa de José Doval Ucha.

El pasado 22 de junio de 2022, se presentaron por sorpresa en su casa varios agentes del Seprona de Vigo, un veterinario, un abogado de oficio y una persona del juzgado. Según explica Ricardo Sobrino, amigo de Ucha también presente durante el operativo policial, los agentes registraron la vivienda, se llevaron el teléfono de Ucha, le esposaron delante de su mujer y sus hijos y también se incautaron de 48 aves exóticas

El motivo que alegaron los agentes es que las aves protegidas que estaban en la casa del criador, y que eran propiedad de sus amigos, no tenían la documentación pertinente. Inmediatamente, Ucha se ofreció a llamar a sus amigos para que aportasen los papeles, pero los agentes se negaron, según la versión de Sobrino. Ucha llegó a suplicar a los agentes que no se llevasen a las aves protegidas porque sabía perfectamente cómo iba a acabar todo: con los animales muertos.

"Y el desastre no fue mayor gracias a que los empleados del zoo de Vigo se desvivieron por los animales", apunta Sobrino. De hecho, señala, el zoo le pidió a Ucha sus propias incubadoras porque ellos carecían de medios. A pesar de los esfuerzos, fallecieron nueve aves. Todo ello, tras un operativo "totalmente desproporcionado y plagado de irregularidades".

"Es muy fuerte lo que le ha pasado. Le han quitado diez años de vida. Hay ladrones y narcotraficantes a los que no se les trata como se le ha tratado a él", denuncia Sobrino. "Es todo fruto de esta deriva animalista del Gobierno que nos señala como a traficantes de especies a pesar de que somos completamente legales".

Y después de un año y medio de tortura, llega el auto judicial. La jueza del juzgado de primera instancia e instrucción número 3 de O Porriño lo deja claro: "Tras el análisis de las diligencias practicadas, no cabe otra opción que el sobreseimiento provisional de las actuaciones. Las diligencias practicadas no han permitido acreditar la existencia de los indicios iniciales acerca de la posible actividad comercial de los investigados en relación a especies subsumibles en el artículo 334 (sobre el tráfico de especies protegidas) del Código Penal".

Los criadores afectados están sumamente indignados por la actuación del Seprona y avisan de que esto no para aquí y seguirán luchando para que se depure a los responsables del operativo que acabó con la muerte de nueve aves y la salud de Ucha. Incluso el herpetólogo y presentador Frank Cuesta se ha hecho eco del caso en un vídeo publicado en sus redes sociales donde denuncia el resultado de "las leyes estúpidas" creadas por "políticos que no saben nada de animales".

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