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El secreto para frenar el envejecimiento podría estar en estas diminutas avispas metálicas

Una etapa de diapausa en el desarrollo de estas avispas retrasa su reloj epigenético y prolonga su vida adulta.

Avispa joya | UNIVERSIDAD DE LEICESTER

Investigadores de la Universidad de Leicester han descubierto que las avispas joya (Nasonia vitripennis) pueden ralentizar su envejecimiento biológico al atravesar una etapa de desarrollo larval conocida como diapausa, una especie de pausa inducida por el frío y la oscuridad. El estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), demuestra por primera vez que el ritmo del "reloj epigenético" puede alterarse en un invertebrado, lo que abre nuevas vías de investigación sobre la regulación del envejecimiento.

El reloj epigenético y su modulación

El envejecimiento no depende únicamente del paso del tiempo, sino también de cambios moleculares en el ADN, como la metilación, que acumulan señales del envejecimiento biológico. Estas marcas químicas constituyen lo que se conoce como el reloj epigenético, uno de los indicadores más precisos del envejecimiento a nivel celular.

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El equipo liderado por el profesor Eamonn Mallon, del Departamento de Biología Evolutiva de la Universidad de Leicester, quiso comprobar si este reloj podía ralentizarse durante el desarrollo. Eligieron como modelo a la avispa joya, un invertebrado que, a diferencia de otros insectos, posee un sistema de metilación del ADN funcional, similar al humano, y que además tiene una esperanza de vida corta, lo que facilita su estudio.

Una pausa temprana con efectos duraderos

Para inducir la diapausa, los investigadores expusieron a las avispas madre a condiciones ambientales específicas (frío y oscuridad) que desencadenan este estado en sus crías. Se trata de una interrupción natural del desarrollo larval, similar a una hibernación, durante la cual la actividad metabólica se reduce al mínimo.

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El resultado fue que las crías que pasaron por esta pausa vivieron un tercio más que las que no lo hicieron, y lo más significativo: su reloj epigenético avanzó un 29 % más lentamente. Es decir, no solo vivieron más, sino que también envejecieron más despacio a nivel molecular.

Según los autores, es la primera evidencia directa de que el ritmo del envejecimiento puede ser modulado durante el desarrollo en un organismo con un sistema epigenético comparable al humano. Esta ralentización no fue un efecto secundario aleatorio, sino que se asoció con cambios específicos en vías metabólicas clave, como las relacionadas con la insulina o la detección de nutrientes.

Implicaciones para el estudio del envejecimiento

El estudio refuerza la hipótesis de que el envejecimiento puede ser regulado por factores ambientales incluso antes de la edad adulta, y que esas modificaciones pueden dejar huellas duraderas en el organismo. También subraya la utilidad de Nasonia vitripennis como modelo experimental para estudiar el envejecimiento en un contexto genético y epigenético próximo al humano.

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El hecho de que las vías implicadas en la ralentización del reloj epigenético se conserven entre especies refuerza la relevancia de los resultados para la investigación biomédica. Estas mismas rutas metabólicas están siendo exploradas en intervenciones antienvejecimiento humanas, lo que convierte este trabajo en una referencia para futuras líneas de investigación.

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