
Un equipo internacional de científicos ha detectado que el agua del cometa 12P/Pons-Brooks, de tipo Halley, tiene una proporción de deuterio a hidrógeno prácticamente idéntica a la de los océanos terrestres. El hallazgo, logrado con observaciones del radiotelescopio ALMA y del Telescopio Infrarrojo de la NASA, refuerza la hipótesis de que este tipo de cuerpos pudieron contribuir al aporte de agua a la Tierra primitiva.
La investigación, liderada por Martin Cordiner, del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA, utilizó el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) para cartografiar por primera vez en alta resolución el agua ordinaria – H₂O – y el agua pesada – HDO – en la coma del cometa, la nube de gas que envuelve su núcleo. La técnica permitió localizar con precisión la procedencia de estas moléculas, identificando su origen en el hielo del propio núcleo.
El trabajo combinó estos datos con mediciones del Telescopio Infrarrojo de la NASA, logrando determinar con gran exactitud la proporción de deuterio a hidrógeno (D/H) en el agua del cometa: (1,71 ± 0,44) x 10⁻⁴, el valor más bajo jamás medido en un cometa de tipo Halley y en el límite inferior de los rangos registrados en otros.
Implicaciones para el origen del agua terrestre
Según Cordiner, este resultado constituye la evidencia más sólida hasta la fecha de que algunos cometas de tipo Halley podrían haber transportado agua con una huella isotópica idéntica a la terrestre. Dado que se cree que la Tierra primitiva se formó a partir de materiales prácticamente secos, el impacto de cometas con esta composición habría supuesto una fuente importante de agua y de moléculas potencialmente esenciales para el desarrollo de la vida.
Mediciones anteriores en otros cometas solían mostrar relaciones D/H distintas a la de la Tierra, lo que mantenía abierta la cuestión de si este tipo de cuerpos eran responsables del agua de los océanos. El 12P/Pons-Brooks ofrece un indicio claro de que al menos algunos cometas sí pudieron desempeñar este papel.
Observaciones pioneras con ALMA
Stefanie Milam, coautora del estudio, subrayó que la capacidad de mapear simultáneamente H₂O y HDO en la coma permite confirmar que estas moléculas se liberan directamente desde el hielo del núcleo y no se forman por procesos químicos en la envoltura gaseosa. Esto proporciona una imagen más precisa de la composición original del cometa y de los materiales presentes en el Sistema Solar primitivo.
Las observaciones fueron posibles gracias a la alta sensibilidad y resolución de imagen de ALMA, que permitió detectar la débil señal del agua pesada en las regiones más internas de la coma. Este avance técnico abre la puerta a nuevos estudios comparativos en otros cometas, con el objetivo de trazar un mapa más completo del origen del agua en el Sistema Solar.


