Según recoge el diario suizo 20 Minuten, las medidas adoptadas por el servicio de almacenamiento para evitar correr el destino de Megaupload han provocado una lenta sangría de usuarios que le han llevado a una reducción de plantilla. RapidShare ha tenido que despedir a 45 empleados, lo que supone el 75 por ciento de su plantilla, lo cual es curioso dado que hace tan solo un par de semanas la compañía estaba contratando nuevo personal.
"La medida es, sin duda, para que podamos reducir los costes y, por desgracia tenemos que ajustar el número de empleados. RapidShare seguirá manteniendo el servicio y tiene planes concretos para el futuro", ha explicado el consejero delegado de RapidShare, Kurt Sidler.
Al igual que otros servicios de almacenamiento como Megaupload, o FreakShare, RapidShare se convirtió en un espacio donde los usuarios podían almacenar contenido con copyright y compartirlo con otros internautas.
Ante este uso del servicio, RapidShare ha tenido que enfrentarse a numerosas batallas legales con muchas empresas propietarias de los derechos de esos contenidos. Ante esta lluvia de quejas, la compañía destinó 500.000 euros para mejorar su imagen y conseguir convencer a la industria cultural de que se tomaban muy en serio la protección de los derechos de autor.
De hecho, tras el cierre de Megaupload, RapidShare realizó más ajustes en su plan de negocios y tomó varias medidas para endurecer sus condiciones de seguridad y que los usuarios no pudieran acceder a contenido con copyright, lo que provocó que el tráfico y el uso de este servicio descendiera. Aunque su dirección espera remontar, sus empleados creen que la empresa no sobrevivirá.