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YouTube elimina canales de derechas y frena la contratación de blancos y asiáticos

Dos noticias esta semana vienen a abundar en lo profundo que se ha zambullido el servicio de vídeos de Google en lo políticamente correcto.

Dos noticias esta semana vienen a abundar en lo profundo que se ha zambullido el servicio de vídeos de Google en lo políticamente correcto.
El servicio de Google está en el punto de mira. | Flickr/ Esther Vargas

Google contrató en diciembre a un equipo de 10.000 censores para filtrar los contenidos de su servicio de videos YouTube, ya que las herramientas automáticas de las que dispone no son capaces de eliminar las llamadas "noticias falsas" y los mensajes "de odio". Pero parece que este esfuerzo está desembocando en una censura ideológica, ya que un cierto número de canales de comentaristas asociados a la derecha política norteamericana fueron eliminados el pasado miércoles, sin que se haya visto nada parecido al otro lado del espectro político.

Esto supone una novedad, ya que hasta ahora YouTube prefería eliminar vídeos uno a uno, o "desmonetizarlos", esto es, impedir que se puedan mostrar anuncios y ganar dinero con ellos. Los canales eliminados al parecer tenían en común ser de derechas, contrarios al control de armas y habían publicado algún vídeo sobre ese tema desde la masacre de Florida del día 14 de febrero. YouTube ha asegurado que muchas de las eliminaciones han sido "accidentales" debido a lo poco rodado que tiene su nuevo sistema oficial de censura, pero no está claro qué borrados considera accidentales y cuáles no, ya que no parece que se haya echado atrás.

Las políticas oficiales de YouTube indican que el contenido "de odio" o "dañino o peligroso" puede violar sus normas y llevar primero al borrado del vídeo o, si se producen varios incidentes, la eliminación del canal. ¿Pero qué criterios usa Google para etiquetar los vídeos de esta manera? No existe ninguna transparencia al respecto, pero muchos en Estados Unidos se han sentido inquietos al saber que la empresa ha reclutado para ayudarles en la tarea al Southern Poverty Law Center (SPLC), una organización nacida para combatir al Ku Klux Klan y grupos similares pero que ha expandido sus definiciones hasta el extremo de etiquetar como "promotores del odio" a Ayaan Hirsi Ali como islamófoba o a Christine Hoff Summers como "supremacista masculina".

Denuncia de un antiguo empleado por discriminación racial

A esta noticia se le ha sumado la denuncia de Arne Wilberg, un antiguo empleado de la compañía que trabajó allí durante nueve años, los últimos cuatro reclutando nuevos trabajadores para YouTube. La demanda asegura que Google impone cuotas para contratar más mujeres y minorías raciales. La pasada primera, reclutadores como él habrían recibido instrucciones para cancelar entrevistas ya concertadas con candidatos que no fueran mujeres, negros o hispanos y para "purgar completamente" los currículos de quienes no entraran en esas categorías. Wilberg se habría negado a seguir estas instrucciones y habría sido despedido por ello.

Una portavoz de Google ha negado los cargos y asegurado que tienen "una política clara de contratar a candidatos por sus méritos y no por su identidad". Pero según el Wall Street Journal, fuentes consultadas que tienen cierta familiaridad con las prácticas de la empresa han corroborado algunas de las alegaciones, incluyendo el frenazo a las contrataciones de blancos y asiáticos y el uso de cuotas en YouTube.

La denuncia también vendría a confirmar las protestas de James Damore sobre la "cámara de resonancia ideológica" dentro de Google y que llevaron a su despido por mostrarse en desacuerdo con políticas de contratación que valoren elementos como la raza y el sexo y recordar que las mujeres muestran menos interés por las carreras técnicas y es por tanto lógico que haya menos mujeres en puestos técnicos dentro de la compañía. También da más peso a la demanda que puso a comienzos de año contra la compañía.

Silicon Valley ha sido tradicionalmente un feudo izquierdista, pero mientras trataron los contenidos de sus usuarios con cierta neutralidad ese sesgo político no tuvo demasiada importancia. Pero ahora que, al toque de corneta del Partido Demócrata y los medios de comunicación progresistas, se han lanzado a luchar contra las "noticias falsas" y los "grupos de odio", parece que ese sesgo puede convertirse en censura hacia puntos de vista alejados de la izquierda norteamericana. Por ahora parece que el problema no ha llegado a España. Pero no tardará.

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