Crujirse los dedos se ha convertido en una costumbre para muchas personas, normalmente como método de desahogo, por ello, ante situaciones de estrés o de nervios, optan por esta práctica para canalizarlo. Algunas lo hacen simplemente para liberar de algún modo las articulaciones de los pies y de las manos, sin pensar en las posibles consecuencias que puede tener para el cuerpo. Y, pese a que se trata de una práctica cada vez más extendida a nivel social, muchas personas siguen desaprobando el hecho de crujir los dedos porque les parece desagradable.
En las últimas décadas, las consecuencias de este gesto eran desconocidas y se generó un debate alrededor de si era bueno o malo hacer crujir las articulaciones. ¿Tiene efectos negativos en la salud? Puede que si, el motivo es que las articulaciones del cuerpo están formadas por dos huesos o por un hueso y un cartílago. Cualquier articulación está unida por una cápsula llena de líquido sinovial y distintos gases, estos son los que suenan cuando uno se cruje los dedos. Esta cápsula lubrica la articulación facilitando su funcionamiento.
Al realizar el gesto de crujir los dedos aumenta el espacio entre los huesos de la articulación, dilatándose la cápsula del líquido sinovial, lo que provoca que decrezca la solubilidad de los gases que hay en su interior. Al liberarse esos gases en forma de "burbujas", explotan rápidamente y dan lugar a ese sonido tan característico. Por otra parte, al crujir los dedos se estimulan ciertas terminaciones nerviosas que generan una sensación placentera, salvo que se tenga alguna patología, como la artritis, que entonces la sensación sería dolorosa.
Por qué crujen los dedos
Cuando se truenan los dedos tiene lugar un incremento del espacio existente entre las piezas óseas de todas las articulaciones. De esta forma, la cápsula con líquido sinovial y gases se dilata, reduciendo la solubilidad y la presión de los gases en el interior de la propia cápsula. Por lo tanto, se produce una explosión de las bolsas de gas dentro de la cápsula con líquido sinovial, generando el sonido del crujido de los dedos. Hay que señalar que los gases del interior de la cápsula desaparecen unos minutos, razón por la que es tan complicado crujir dos veces seguidas las articulaciones. Cuando se crujen los dedos, los tendones y los nervios de alrededor modifican su posición y, en ocasiones, se ven forzados por el efecto de la presión ejercida de una mano sobre la otra.
Sin embargo, si se padece alguna patología como es la artritis, ese chasquido es distinto y produce dolor. No genera satisfacción si no más bien lo contrario, ya que se produce un roce entre los huesos de las articulaciones debido al desgaste que sufren y la degeneración ósea que conlleva esta enfermedad crónica.
¿Es perjudicial crujirse los dedos de los pies y las manos?
Se puede afirmar que hacer crujir las articulaciones de forma espontánea no es perjudicial, pero si este gesto se repite de manera frecuente, a medio y largo plazo, puede aparecer una lesión en las estructuras ligamentosas, tendinosas y un desgaste articular. Todo ello puede derivar en diferentes problemas tanto en pies como en manos.