Como este año las lluvias se han retrasado, también lo ha hecho la temporada de caracoles tradicional en numerosas partes de España. Dice el refranero popular que "los caracoles de abril, para mí; los de mayo, para mi amo y los de junio, para ninguno". Y en esas están las asociaciones ecologistas, que han pedido a la gente que deje de coger y consumir caracoles "capturados" en el campo.
El argumento principal de estas asociaciones es que las acequias y cunetas donde se encuentran los caracoles, "se tratan habitualmente de forma directa con herbicidas, a veces varias veces al año, por lo que el suelo y las plantas que crecen en esos entornos pueden contener niveles más o menos elevados de sustancias tóxicas", afirman Amigos de la Tierra Aragón, ANSAR y Ecologistas en Acción.
Además alertan de que "hasta esos lugares también llegan otros numerosos pesticidas que se fumigan frecuentemente sobre los cultivos contiguos y las personas que colectan los caracoles desconocen si ya se ha cumplido el plazo de seguridad requerido tras los tratamientos fitosanitarios".
Por el momento no se ha reportado ni un solo caso de intoxicación en humanos tras comer caracoles expuestos a herbicidas o pesticidas. En cualquier caso, siempre se puede recurrir a la práctica tradicional del ayuno y purgado antes de cocinarlos y degustarlos.
"Mueven piedras y troncos incordiando"
Y tras la alerta sanitaria, las asociaciones ecologistas siguen exponiendo sus argumentos para acabar con la práctica de ir a buscar caracoles y es "con su actividad intempestiva" las personas "mueven piedras y troncos incordiando a numerosos animales" y además "dejan a la intemperie a otros animales que se cobijan bajo ellos, además de que pisan los cultivos y desmoronan ribazos y acequias causando daños en las propiedades particulares". Como si el que va a buscar caracoles fuese con una retroexcavadora.
En su comunicado, las asociaciones ecologistas aragonesas recuerdan que la captura de caracoles "no está regulada en esa comunidad, por lo que se consideran animales silvestres y su colecta es ilegal al amparo de la Ley de patrimonio Natural y Biodiversidad que explicita en el artículo 54.5. Queda prohibido dar muerte, dañar, molestar o inquietar intencionadamente a los animales silvestres, sea cual fuere el método empleado o la fase de su ciclo biológico". También piden al gobierno regional que regule la actividad y ofrezca campañas informativas a los ciudadanos.