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¿Es beneficioso el ayuno de agua?

Beber agua es imprescindible para la vida pero ¿Comer? ¿Cuánto se puede estar sin comer? El ayuno de agua está de moda, pero tiene riesgos.

Beber agua es imprescindible para la vida pero ¿Comer? ¿Cuánto se puede estar sin comer? El ayuno de agua está de moda, pero tiene riesgos.
Mujer bebiendo agua de una botella. | Cordon Press

El ayuno intermitente cada vez lo realiza más gente, algunos como la nueva "dieta milagrosa" con la que las famosas presumen de perder kilos de más, otros simplemente por falta de hambre o por una mejor organización del tiempo. ¿Cómo funciona? Se trata de un periodo de tiempo determinado en el que se alternan tiempos de ayuno y alimentación. De hecho consiste en concentrar las comidas en pocas horas al día y permanecer 12, 14 o 16 horas sin ingerir alimentos.

Sin embargo, existe un tipo de ayuno no tan conocido, pero mucho más antiguo y extremo que es el ayuno de agua. ¿En qué consiste?, ¿Cuáles son sus beneficios? y, ¿sus riesgos? El ayuno de agua, también conocido como ayuno en seco, es una práctica en la que una persona se abstiene de ingerir cualquier alimento o bebida, excepto agua, durante un período de tiempo determinado.

Esta práctica es una elección consciente de no comer que algunos creen que puede reportar numerosos beneficios para la salud, incluida la pérdida de peso. Pero, ¿Hasta qué punto es realmente eficaz? Una investigación de la Universidad de Illinois apunta a una perspectiva diferente. La directora del estudio se introdujo en el mundo del ayuno con agua a raíz del interés suscitado en los medios de comunicación. Al iniciar una investigación sobre ocho estudios centrados en el ayuno con agua o el ayuno Buchinger, las historias en torno al impacto del ayuno en la pérdida de peso y la salud metabólica empezaron a aclararse.

Los resultados eran en cierto modo predecibles. El ayuno con agua provocaba una pérdida de peso a corto plazo. Por ejemplo, las personas que ayunaban durante cinco días perdían entre un 4 y un 6% de su peso, las que ayunaban entre siete y diez días, entre un 2 y un 10%, y las que ayunaban entre 15 y 20 días, entre un 7 y un 10%. Sin embargo, la sostenibilidad de esta pérdida de peso es incierta ya que en un estudio en el que se realizó un seguimiento tras el ayuno, los individuos recuperaron todo el peso perdido en tres meses.

Por tanto, lo que parece que está claro es que los beneficios que se obtienen con este ayuno, desde la pérdida de peso a la mejora de la presión arterial, el colesterol y los niveles de azúcar en sangre, son temporales. El motivo es que, tras el ayuno, los parámetros vuelven rápidamente a sus niveles iniciales. Pero es que, además, la pérdida de peso debido al ayuno de agua no es la que se quisiera cuando alguien se plantea hacer esta dieta. Los participantes perdieron dos tercios de su peso en masa magra y sólo un tercio en masa grasa, lo que contrasta con la tendencia habitual de perder más grasa que músculo.

No obstante, es importante saber que cualquier persona sana tolera ayunos de entre 16 y 24 horas, pero a medida que pasan los días se observa mayor variación individual. Por su parte, el ayuno de agua consiste en no ingerir nada más que agua -2 o 3 litros al día- durante un periodo de tiempo limitado, de entre 24 y 72 horas. Este tipo de ayuno está relacionado con un menor riesgo de enfermedad crónica y autofagia, pero también conlleva riesgos.

¿En qué consiste al ayuno de agua y qué beneficios se le atribuyen?

Como su propio nombre indica, el ayuno de agua consiste en no ingerir nada más que agua, de 2 a 3 litros al día, durante un periodo de tiempo limitado, de entre 24 y 72 horas. Este ayuno se repetiría de manera periódica, por ejemplo, un día a la semana, una vez al mes durante tres días, etc. No obstante, la primera vez, es recomendable hacerlo de madera progresiva, es decir, prepararse durante dos o tres días antes comiendo porciones más pequeñas en cada comida o ayunando parte del día. También después del ayuno se deberá volver a ingerir alimentos de manera progresiva durante dos o tres días.

Este tipo de ayuno, se ha llevado a cabo a lo largo de la historia bajo motivaciones religiosas o espirituales, y en la actualidad se le atribuyen múltiples beneficios para la salud. Aunque no existen muchos estudios sólidos que lo avalen, algunos estudios sí reconocen que pueden:

  • Ayudar a reducir la presión arterial y prevenir enfermedades cardiovasculares
  • Regular los niveles de glucosa en sangre, aumentar la sensibilidad a la insulina y prevenir la diabetes
  • Ayudar a prevenir enfermedades al combatir los radicales libres dañinos y favorecer la autofagia, un proceso en el que las partes viejas de las células se descomponen y reciclan
  • Contribuir a tener un peso saludable

¿Es recomendable para perder peso?

Evidentemente, si no se ingieren las calorías que el cuerpo necesita, se pierde peso, pero, puesto que se trata de una práctica de una duración limitada a dos o tres días máximo, la pérdida de peso rápida se debe sobre todo a la pérdida de agua, además de grasa y de masa muscular. No se trataría, por tanto, de una pérdida de peso sostenible en el tiempo. De hecho, puede llegar a ser contraproducente, por un lado, porque el organismo es sabio y el metabolismo disminuye durante el estado de inanición, algo que se puede pagar cuando se vuelva a comer con normalidad. Por otro, porque una fuerte restricción de alimentos puede provocar que se tenga un hambre incontrolable durante los días siguientes.

Riesgos del ayuno de agua

Entre los principales riesgos de este tipo de ayuno, se encuentra en los pasos a seguir después del mismo. Esto se debe a que se puede correr el riesgo de sufrir síndrome de realimentación, una afección potencialmente mortal en la que el cuerpo sufre cambios rápidos en los niveles de líquidos y electrolitos. Normalmente esta fase dura un día, pero las personas que ayunan durante 3 o más días pueden necesitar hasta 72 horas antes de sentirse cómodas comiendo comidas más abundantes, por lo que es importante que después del ayuno se vuelvan a ingerir alimentos de manera progresiva durante dos o tres días.

También, se corre el riesgo de padecer desnutrición o la falta de algunos nutrientes o micronutrientes indispensables para el buen funcionamiento del organismo, con los consecuentes peligros para la salud que esto supone. Además, durante el ayuno se pueden sufrir molestias como fatiga, debilidad, irritabilidad, ansiedad, bajadas de tensión, arritmias cardíacas, confusión o pérdida de conocimiento.

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