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¿Cómo de importante es la inteligencia emocional en el trabajo?

La inteligencia emocional es importante en todos los ámbitos de la vida, también el laboral. ¿Cómo afecta? ¿Cómo se puede aplicar?

La inteligencia emocional es importante en todos los ámbitos de la vida, también el laboral. ¿Cómo afecta? ¿Cómo se puede aplicar?
trabajo en equipo, cooperación, lluvia de ideas | Pixabay/CC/Mohamed_hassan

Tener cierto nivel de inteligencia emocional hace que sea más fácil gestionar las relaciones con quienes están alrededor, desde parejas hasta compañeros de trabajo. De hecho, existen varios motivos por los que el cociente emocional juega un papel decisivo en el mundo laboral. Tanto es así que la inteligencia emocional en el trabajo es un factor crucial que influye en el éxito individual y organizacional. El motivo es tan sencillo como que se refiere a la habilidad para reconocer, comprender y gestionar las propias emociones, así como las emociones de los demás, por lo que, a medida que el entorno laboral se vuelve más complejo y colaborativo, la importancia de la inteligencia emocional se vuelve cada vez más evidente.

La empatía, la capacidad de ponerse en el lugar de los demás, es fundamental para construir relaciones sólidas y efectivas. Los individuos con alta inteligencia emocional son más propensos a comprender y abordar las preocupaciones y necesidades de sus colegas, lo que fomenta la comunicación abierta y la colaboración. Además, la gestión de conflictos también se ve beneficiada por la inteligencia emocional, el motivo es que aquellos que poseen esta habilidad pueden abordar desacuerdos de manera constructiva y respetuosa, evitando confrontaciones perjudiciales y promoviendo soluciones mutuamente beneficiosas. Asimismo, la habilidad para regular las propias emociones en momentos de tensión contribuye a un entorno laboral más armonioso y productivo.

En el liderazgo, la inteligencia emocional es esencial. Los líderes que comprenden y gestionan sus emociones tienen más probabilidad de inspirar a sus equipos y de establecer un ambiente de trabajo positivo. Pueden adaptarse a diferentes situaciones y manejar las presiones con calma, lo que contribuye al aumento de la eficiencia y la motivación de los empleados.

La toma de decisiones también se ve influenciada por la inteligencia emocional ya que aquellos que pueden equilibrar la lógica con la intuición y la comprensión de las emociones son capaces de tomar decisiones más informadas y consideradas.

¿Cómo influye la inteligencia emocional en el trabajo?

Dentro del trabajo pueden surgir muchos inconvenientes al momento de llevar a cabo las actividades del día a día: el estrés, la tensión por llegar a cumplir los objetivos y el intentar mantener un clima laboral óptimo pueden llevar a periodos de crisis o desesperación. Por lo tanto, la inteligencia emocional en el trabajo será de gran ayuda para saber lidiar y manejar estas situaciones que se puedan presentar. Los componentes de la inteligencia emocional son los que ayudarán:

  • Autoconocimiento

El autoconocimiento es la capacidad de conocer cómo las emociones funcionan en uno mismo. Hay personas en las que el estrés se manifiesta a través de mareos y hay personas en las que se manifiesta sencillamente con un ligero calor. Volverse consciente de estos aspectos ayuda a desarrollar el autoconocimiento.

Si uno sabe cómo funcionan las emociones en su cuerpo, sabrá cómo, por qué y cuánto le afectan, qué situaciones las provocan y cómo evitar que emociones como el estrés o la frustración impidan realizar su trabajo.

  • Autocontrol

Una vez que una persona se conoce a sí misma, puede controlarse, pero no al revés. Por eso el autoconocimiento es previo al autocontrol. Por tanto, la inteligencia emocional en el trabajo exige primero que una persona sepa cómo y por qué le afecta el estrés y después cómo controlarlo, por ese orden. Esto se aplica a todas las emociones dolorosas: frustración, rabia, abatimiento, desmotivación, etc.

  • Automotivación

Una vez que uno es capaz de controlar las emociones dolorosas que experimenta su cuerpo, puede tratar de potenciar las emociones placenteras como la motivación, la pasión, la ilusión, las ganas… El motivo es que estas emociones solo pueden manifestarse si las dolorosas están controladas.

Es decir, que el cerebro de una persona estresada o desmotivada estará centrado en mitigar esas emociones dolorosas y no podrá centrarse en realizar un trabajo con ilusión, entregar una sonrisa sincera y una conversación alegre a un cliente o generar ideas creativas. Estos tres pasos, autoconocimiento, autocontrol y automotivación, forman lo que se conoce como inteligencia emocional intrapersonal.

  • Empatía

La empatía implica saber qué sienten otras personas y conocer cómo le afecta una emoción determinada. Sin embargo, solo puede alcanzarse si la inteligencia emocional intrapersonal está bajo control. El motivo es tan sencillo como que si una persona no sabe descubrir sus propias emociones, difícilmente podrá detectar las de los demás.

Hay que pensar en lo que la empatía supone para la inteligencia emocional en el trabajo. Una persona empática puede descubrir con facilidad si un cliente se sienta inseguro, nervioso o si desconfía de algo.

  • Gestión social

Si uno es una persona empática, una vez que se descubre lo que la otra persona siente, se puede influir en sus emociones. La gestión social es el equivalente en interpersonal del autocontrol y de la automotivación, es decir, ayudar a otras personas a controlar sus emociones dolorosas e impulsarles a potenciar sus emociones placenteras, motivándoles.

Está claro que las personas que son capaces de influir en los demás tienen una excelente capacidad de gestión social. Los profesionales motivadores, persuasivos, seductores, que generan confianza, que cierran una gran cantidad de acuerdos comerciales, etc. son personas que han desarrollado su inteligencia emocional en el trabajo de forma exitosa y pragmática. Sin embargo, no hay que olvidar que han podido desarrollar su capacidad de gestión social gracias a haber entrenado antes su inteligencia emocional intrapersonal.

¿Por qué es importante?

  • Reduce el estrés

Ya sea debido a plazos estrictos, grandes cargas de trabajo o problemas de comunicación, es inevitable sufrir un cierto nivel de estrés laboral. Sin embargo, las investigaciones indican que las personas con una mayor inteligencia emocional experimentan menos estrés en entornos laborales. Por tanto, en lugar de sucumbir a la presión en épocas difíciles o dejar que descuidos sin importancia arruinen todo un proyecto, estos supervisores y empleados muestran autocontrol y resiliencia emocional, lo que les permite enfrentarse y superar los obstáculos laborales con seguridad.

  • Aumenta la responsabilidad

En el trabajo es imposible evitar los errores ya que, como en cualquier ámbito de la vida, cualquier persona puede malinterpretar las instrucciones de una determinada tarea o no alcanzar su objetivo mensual. En estos casos, resulta útil contar con gerentes y empleados que muestren un nivel alto de inteligencia emocional, ya que sirve para aumentar las conductas responsables y fomentar el estar abiertos a las críticas constructivas.

Esto significa que, en lugar de echar la culpa a los demás por sus errores o ponerse a la defensiva tras recibir una opinión útil, estas personas reconocen el papel que desempeñan en cada situación, se responsabilizan de ella y buscan ayuda para corregirla. Esto es especialmente beneficioso para las empresas, ya que la responsabilidad es una cualidad esencial de los equipos de alto desempeño.

  • Mejora el ambiente laboral

La inteligencia emocional de los líderes y miembros del equipo afecta a diversos aspectos del entorno laboral. Por ejemplo, tener una IE alta significa ser más optimista y empático, y también puede reducir el bullying.

Además, permite que la gente emplee estrategias eficaces de gestión de conflictos para mantener la paz y encontrar soluciones factibles cuando se producen desacuerdos. El resultado es un entorno de trabajo más positivo, compasivo, inclusivo y armonioso, lo cual puede suponer una enorme ventaja para la contratación y retención de empleados.

  • Estimula la flexibilidad

En el actual panorama laboral todo va muy rápido: se introducen regularmente nuevas tecnologías, las buenas prácticas empresariales se modernizan habitualmente y las organizaciones se reestructuran cada cierto tiempo. Por eso, los empleados y supervisores que pueden gestionar sus emociones con eficacia son capaces de adaptarse más rápidamente a estas circunstancias cambiantes. Afortunadamente, poder adaptarse a situaciones o tareas fluctuantes deriva en una mayor satisfacción y éxito profesional, lo cual beneficia igualmente a empleados y empleadores.

  • Impulsa el compromiso con la organización

Es complicado alcanzar el éxito empresarial con equipos con escasa dedicación a su empleo y a su empresa. Es por ello que desarrollar la inteligencia emocional de los empleados es tan importante. En general, estos trabajadores se sienten más valorados y respetados en sus puestos, lo cual conlleva una mayor lealtad hacia la empresa y un mayor deseo de alcanzar metas personales y profesionales. Entre los demás beneficios derivados de un mayor compromiso con la organización se encuentran un mayor rendimiento y satisfacción laboral.

  • Aumenta la motivación y la participación

Además de promover el compromiso con la organización, una inteligencia emocional alta también aumenta la motivación y participación de gerentes y empleados en la empresa. Estas personas suelen visionar resultados positivos para sus tareas y sienten la necesidad interna de cumplir satisfactoriamente con sus obligaciones.

En particular, un estudio reveló que la IE de los trabajadores está relacionada con su nivel de vigor (entusiasmo), dedicación (perseverancia) y concentración (involucramiento) en sus trabajos. Naturalmente, mejorar la motivación y la participación en la empresa responde también a otros objetivos, como aumentar la satisfacción y el rendimiento laboral y reducir el absentismo.

  • Mejora la administración del tiempo

A medida que las tareas y responsabilidades se acumulan, los supervisores y el personal con una inteligencia emocional baja pueden tener dificultades para determinar qué tareas son prioritarias y cuáles se pueden dejar para más tarde. Por otro lado, la formación en IE puede mejorar la capacidad de administración de tiempo de los empleados, permitiéndoles equilibrar mejor sus obligaciones y ambiciones personales y las de la empresa. Lógicamente, esto supone innumerables ventajas para la directiva, entre las que se incluyen entrega puntual del trabajo, mayor calidad y más eficiencia.

  • Enriquece el trabajo en equipo

Al igual que la inteligencia emocional en el trabajo puede mejorar las relaciones entre empleados y clientes, también puede reforzar las relaciones entre compañeros de oficina. En particular, las investigaciones demuestran que la inclinación hacia el trabajo en equipo de los empleados está estrechamente relacionada con su nivel de IE, básicamente, cuanto más alta sea la IE, más probabilidades tendrán de trabajar en equipo.

Y no es difícil imaginar por qué: con destrezas como gestión de conflictos, control emocional, conciencia de uno mismo, empatía y colaboración, los equipos emocionalmente inteligentes tienden a trabajar de manera eficiente y provechosa los unos con los otros.

  • Establece una comunicación eficaz

Seguramente en alguna ocasión se hayan recibido correos electrónicos agresivos o comentarios maliciosos en el trabajo, si es así, es probable que se haya trabajado con personas con un nivel bajo de inteligencia emocional. El motivo es que este tipo de compañeros tiende a dar rienda suelta a sus frustraciones sin analizar el origen del asunto, reconocer el impacto de sus acciones en los demás o intentar entender el problema desde otros puntos de vista.

Por otro lado, los supervisores y trabajadores con una inteligencia emocional alta son comunicadores más eficientes. Suelen identificar su reacción emocional ante una situación negativa, responsabilizarse de su papel en la misma, reflexionar sobre ella desde otras perspectivas y elaborar una respuesta moderada para comunicar lo ocurrido, no solo lo que sienten. Estas destrezas comunicativas indispensables son fundamentales para que las interacciones con clientes, compañeros y socios empresariales resulten exitosas.

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