Los baños de hielo son promovidos por numerosas celebrities y deportistas famosos ya que, según ellos, aportan muchos beneficios al organismo. Además, en determinadas ocasiones se recomiendan por parte de los médicos o expertos. Algunos de los beneficios más destacados son que ayudan a dormir mejor, reducen dolores musculares, mejoran el sistema inmunitario y ayudan a la recuperación muscular. Pero, ¿Cuál es la verdad?, ¿realmente son tan buenos?.
En parte, dicha tendencia está inspirada en el método Wim Hof, cuyo nombre se debe a un holandés experto en deportes extremos que se practican a bajas temperaturas. Aunque hay que tener claro que además de la inmersión, en este método se incluyen técnicas de respiración. Ahora bien, no hay una definición exacta de lo que es un baño de hielo.
Los baños de agua helada, también conocidos como baños de inmersión en agua fría o crioterapia, son una técnica que ha ganado popularidad en los últimos años debido a sus beneficios para la recuperación física y el bienestar general. Por norma general, un baño de agua helada es uno en el que la temperatura del agua debe estar a 15 °C, o sea, mucho menor a la de una ducha fría. Además, hay que permanecer sumergido hasta el cuello entre 10 y 15 minutos, como mínimo, para disfrutar de sus supuestos beneficios. Aunque puede sonar incómodo, los baños de agua helada ofrecen una serie de beneficios significativos.
Cabe señalar que uno de los principales usos de los baños de agua helada se encuentra en el ámbito deportivo. Los atletas de alto rendimiento a menudo recurren a esta técnica para acelerar la recuperación después de un intenso entrenamiento o competición. El motivo es que la exposición al frío extremo ayuda a reducir la inflamación muscular y a aliviar el dolor. Además, aumenta la circulación sanguínea, lo que promueve la eliminación de productos de desecho metabólico y la entrega de nutrientes a los músculos dañados, acelerando así el proceso de recuperación muscular.
Además la exposición al frío extremo estimula la contracción de los vasos sanguíneos, lo que puede fortalecer el sistema cardiovascular y mejorar la circulación sanguínea. Esto puede ser beneficioso para personas con problemas circulatorios o para aquellos que desean mantener un sistema cardiovascular saludable.
No obstante, es importante mencionar que los baños de agua helada no son adecuados para todos y deben realizarse con precaución. Las personas con ciertas condiciones médicas, como problemas cardíacos o trastornos circulatorios, deben consultar a un profesional de la salud antes de probar esta técnica.
Beneficios atribuidos a los baños de hielo
- Recuperación después del ejercicio. La razón por la que comenzó a implementarse en la práctica deportiva, es que la inmersión de los miembros en agua helada ayuda en la recuperación posterior a la actividad física, previniendo problemas como calambres o lesiones. Esto puede ser particularmente necesario para aquellos que tienen una jornada larga, e incluso para quienes deben entrenar o competir varias veces en un mismo día.
- Mejorar el rendimiento deportivo. Un baño de hielo previo al ejercicio puede mejorar el rendimiento cuando se hace en un clima más cálido o húmedo, ya que disminuye la temperatura corporal.
- Disminución del dolor y la inflamación. Puede ayudar a disminuir el dolor y la inflamación muscular que conlleva el ejercicio ya que el hielo tiene una gran capacidad antiinflamatoria.
- Alivian los dolores musculares. También se recomienda en el caso de aquellos que han sufrido lesiones, así como para aliviar dolores y tensión muscular al día siguiente de una competición o entrenamiento fuerte.
- Fortalecen el sistema inmunitario. Otro de los beneficios, que aportan los baños de hielo, es ayudar a fortalecer el sistema inmunitario. Esto es algo que se suele señalar con respecto al método Wim Hof, ya que el hombre de hielo, como se le llama al atleta holandés, al parecer es capaz de mostrar una mejor respuesta inmune.
- Mejoran el funcionamiento cardiovascular. En general, se considera que los baños de agua fría pueden hacer que mejore la circulación. Por tal razón, se piensa que con una inmersión helada este efecto se incrementaría, ayudando a reducir el riesgo cardiovascular.
- Aceleran el metabolismo y pérdida de peso. Con una zambullida en agua fría o helada, al menos por cinco minutos, es posible acelerar el metabolismo, lo que significa que el cuerpo estaría trabajando en quemar más energía. Por consiguiente, los baños de hielo podrían contribuir con la pérdida de peso.
- Disminuyen el calor. Un baño de hielo puede ser una forma de enfriar más rápido el cuerpo, cuando hay un golpe de calor o después de un entrenamiento fuerte.
- Estado de alerta. Incrementa el estado de alerta, ayuda a enfocarse más y a respirar más profundo.
- Mejoran el estado de ánimo. Es posible que haya una asociación entre la inmersión en agua helada y una mejora del estado de ánimo; debido a que hay un aumento de los niveles de dopamina, disminuyendo con ello los síntomas de ansiedad y depresión.
- Nervio vago. Se entrena al nervio vago que se asocia a la activación del sistema nervioso parasimpático, que es el que se activa bajo situaciones de estrés.
- Reducen el estrés. En el mismo orden de ideas, también se afirma que practicar natación, en agua muy fría, puede ayudar a reducir los niveles de estrés. Aunque no está claro si este beneficio se puede atribuir más a los baños de hielo o al ejercicio.
- Ayudan a dormir mejor. Las personas que tienen por costumbre hacer baños de hielo afirman que se relajan y pueden dormir mejor, logrando un descanso más placentero y recuperador.
Riesgos de los baños de hielo
Pero, no todos van a disfrutar de los beneficios atribuidos a los baños de hielo, por lo que es posible que en algunas personas más bien ocurra un efecto contrario, es decir, lejos de ayudar terminarían perjudicando.
Y es que si la inmersión en hielo se hace por varios minutos, la pérdida de calor puede causar diversos problemas, incluyendo hipotermia. Por ende, en caso de que se quiera realizar esta práctica, no debe iniciarse de manera abrupta, sino que la persona tiene que pasar tiempo habituándose a las bajas temperaturas.
No obstante, los baños con hielo no se recomiendan, bajo ninguna circunstancia, para quienes tienen ciertas condiciones de salud, como es el caso de pacientes con la enfermedad de Reynaud o con antecedentes cardíacos.