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Datos importantes sobre los filtros de luz azul

Los filtros de luz azul de pantallas y gafas se asocian a prevenir problemas visuales pero, ¿Es algo 100% real? ¿Qué hay que saber antes de usarlos?

Los filtros de luz azul de pantallas y gafas se asocian a prevenir problemas visuales pero, ¿Es algo 100% real? ¿Qué hay que saber antes de usarlos?
W1RNK1 Hand holding mobile phone and take a photo of green leaves on dark blurred background. Eco nature lifestyle concept | Cordon Press

Las redes sociales y los medios de comunicación son métodos de información valiosa pero, en ocasiones, no tienen rigor científico. De hecho, seguro que en más de una ocasión se han escuchado noticias sobre los beneficios de los filtros que mitigan la luz azul de las pantallas de ordenadores, móviles y tabletas. Según dicen, este tipo de luz resulta perjudicial porque puede causar fatiga visual, la aparición prematura de cataratas e, incluso, daños irreversibles en las células de la retina. Por tanto, si se escucha esto pueden entrar las dudas ¿Se debe reducir la exposición a la luz azul? ¿Son realmente necesarios esos filtros? La respuesta es que depende tanto del momento como de las circunstancias de cada persona.

Esto quiere decir que la luz azul no es ni buena ni mala por sí misma sino que es el rango del espectro de luz visible que tiene una longitud de onda entre 400 - 495 nanómetros. No obstante, sí se sabe que influye en el ritmo circadiano del organismo, que es el ciclo natural de vigilia y sueño, de hecho, por la noche dificulta la conciliación del sueño al provocar una activación excesiva. Es decir, confunde al reloj interno del organismo.

¿Qué es la luz azul?

La luz azul forma parte de la luz natural y visible que los ojos humanos pueden captar. Es un haz de onda corta, de los muchos que forman el espectro electromagnético que configura la luz y que capta la visión del hombre. Esa luz forma parte de la luz que emiten los rayos solares, pero, también, puede proceder de fuentes artificiales, como pueden ser una bombilla led o la luz azul en las pantallas de los dispositivos electrónicos.

Resulta evidente que la luz azul lleva con el ser humano desde siempre, incidiendo en aspectos de la vida cotidiana como el ciclo circadiano o en el estado de ánimo, pero es la presencia de esa luz azul 'artificial', que se ha ido incrementando sin cesar por el uso de los dispositivos, la que preocupa.

Esa es la razón por la que ha surgido la necesidad de incorporar filtros de luz azul en algunos dispositivos, con el objetivo de frenar el posible impacto que una exposición excesiva y prolongada a esta luz pudiera tener en la salud, especialmente en la salud visual.

Tipos de luz azul

Al igual que las tonalidades de los colores, existen distintos tonos de luces azules con distintas longitudes de onda. En concreto, se habla de dos tipos: la luz azul-turquesa y la luz azul-violeta.
De manera general, la luz azul-turquesa se asocia con beneficios para la salud que regulan diversas funciones del cuerpo, mientras que la luz azul-violeta tiene una longitud de onda más corta, siendo así más cercana a la luz ultravioleta (UV) por lo que se relaciona con ciertos riesgos a la salud, principalmente para la visión.
Si bien ambos tipos de luz azul se encuentran en la naturaleza, existe un importante porcentaje de luz azul-violeta presente en los dispositivos electrónicos. Si a ello le sumamos la cantidad de tiempo que se pasa frente a una pantalla de ordenador, móvil, tablet o televisión sin un descanso ocular, es relevante conocer los efectos de este tipo de luz y las medidas que se pueden tomar para cuidar de la salud.

¿Cuánta luz azul emiten las pantallas?

Las actividades que normalmente se desempeñan en el interior suelen involucrar una exposición muy intensa a la luz azul de los dispositivos electrónicos ya sea de ordenadores o de teléfonos. ¿Cómo es esa luz? Los niveles de luz azul de los dispositivos son bajos. Además, partiendo de la medición de la luz que emiten las pantallas, que se sitúa entre 440 y 460 nanómetros, es un azul casi tirando a verde. En cambio, los filtros que se ponen en las lentes de contacto y las gafas están absorbiendo luz por debajo de esa longitud de onda.

Beneficios de la luz azul

La luz azul-turquesa es la encargada de regular los ciclos circadianos, de manera que cuando se trasnocha o se sufre un cambio brusco en el horario, este tipo de luz ayuda a ordenar los ciclos entre el sueño y la vigilia a la vez que controla la temperatura corporal y está presente en distintos procesos cognitivos. Por otra parte, si bien se habla de los efectos nocivos de la luz azul para la visión, la luz azul-turquesa también es importante para esta, pues es la encargada de activar la constricción pupilar, un mecanismo de la retina que protege el ojo ante el exceso de luz.
Además, esta luz también participa en la percepción de los colores, así como algunos detalles de los objetos que se observan como la iluminación, distancia y forma. Incluso esta luz disminuye las probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares ya que relaja los vasos sanguíneos, aumenta el flujo sanguíneo y disminuye la presión arterial.

Este tipo de luz además proporciona descanso a la vista cuando por trabajo u ocio se pasan largas horas frente a un dispositivo electrónico que emite este tipo de luz y da una menor fatiga visual. Además, aporta menos problemas de sequedad por falta de parpadeo frecuente, que es una situación que puede derivar en la enfermedad del ojo seco. Y, por supuesto, la luz azul cuenta con menos alteraciones del sueño, relacionadas con el uso de dispositivos a última hora de la tarde – noche.

Perjuicios de la luz azul

Ahora bien, la exposición a grandes cantidades de luz azul durante un tiempo prolongado también puede generar efectos negativos en la salud, siendo la visión uno de los puntos más debatidos.

  • Efectos de la luz azul en la visión

La luz azul se asocia principalmente con la fatiga visual, también conocida como Síndrome Visual Informático (SVI) el cual aparece cuando el ojo pasa mucho tiempo enfocando la visión o se enfrenta a condiciones de poca o mucha luz. Algunos de sus síntomas más comunes son ojos rojos y secos, visión cansada y dolores de cabeza.
Además, actualmente existe un amplio debate en si la luz azul influye en la aparición o aceleración de la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE). La mácula es un tejido situado en el fondo del ojo cuyas células no se regeneran. Este padecimiento afecta la visión central, por lo que las personas que lo padecen experimentan dificultades para leer o visualizar detalles finos. Esta patología se da comúnmente en personas mayores de 60 años. No obstante, algunos estudios aseguran que la luz azul es capaz de causar ceguera. Por otro lado, hay que saber también que el hábito de mirar la pantalla por demasiado tiempo sin parpadear ni alejar la vista puede causar ojos secos, blefaritis, cansancio ocular, entre otros padecimientos.

  • Otros efectos a la salud

Así como la luz azul-turquesa puede equilibrar el ciclo de sueño, exponerse a la luz azul-violeta durante la noche puede disminuir la producción de melatonina, la hormona que induce la señal para dormir. De esta manera, puede que uno se sienta despierto en momentos donde el cuerpo debería relajarse y prepararse para descansar o que se experimenten dificultades para conciliar el sueño, lo que a la larga se puede traducir en otros problemas para la salud a consecuencia de la falta de sueño y las alteraciones en el metabolismo. Además de estrés, cansancio e irritabilidad, la falta de sueño también puede ocasionar problemas de concentración, así como aumentar el riesgo a otros padecimientos a largo plazo.

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