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La piel sufre las emociones intensas, ¿qué efectos tiene?

La piel es un reflejo de las emociones. Tienen una relación muy estrecha. ¿Qué efecto tienen las emociones en la piel? ¿Pueden dañarla?

Hombre rascándose el brazo por picor. | Pexels/CC0/Towfiqu barbhuiya

Se suele decir que la cara es el espejo del alma y es bastante cierto.... hay muchas partes del cuerpo que pueden revelar, incluso sin que uno quiera, como se siente en cada momento. De hecho, el estado de ánimo también se refleja en la piel. Pero, ¿por qué la piel refleja las emociones? Porque existe lo que se conoce como eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HHS), que se activa durante las situaciones de estrés o ansiedad. Este sistema genera cambios biológicos que afectan directamente la función y apariencia de la piel, por ejemplo, el cortisol aumenta la producción de sebo, favoreciendo el acné y empeorando otras afecciones cutáneas. Las citoquinas proinflamatorias liberadas por el sistema inmunológico afectan a enfermedades como psoriasis, dermatitis y rosácea. la redistribución de nutrientes hacia los músculos prioritarios durante situaciones de estrés deja la piel menos nutrida, deshidratada y propensa a la flacidez. Y, además, el estrés puede debilitar las defensas cutáneas, favoreciendo infecciones virales, bacterianas y fúngicas.

Este tipo de efectos supone que el 80% de los trastornos de la piel tienen un origen psicosomático. Por tanto, podemos entender la piel como una especie de termostato de las emociones, pues reacciones cutáneas como sudor excesivo, palidez, rojeces o urticaria no son más que indicadores de ansiedad, miedo, angustia o tensión. El estrés, por su parte, es un trastorno grave que se aprecia también en la epidermis. El acné tardío, por ejemplo, afecta a mujeres de entre 35-45 años antes de su ciclo menstrual y es debido principalmente a cansancio y estrés.

¿Cuál es la relación entre la piel y las emociones?

Las afecciones de la piel pueden empeorar o desarrollarse por condiciones emocionales, pero también pueden provocar alteraciones mentales como consecuencia. Es decir, la relación es bidireccional. Cuanto mayor sea el problema, mayores consecuencias físicas o psicológicas habrá. Generalmente, uno de los efectos más comunes de las emociones en la piel es la aparición de enrojecimiento o urticaria. El motivo es que, cuando una persona experimenta estrés o ansiedad, el cuerpo libera cortisol y adrenalina, lo que puede provocar inflamación y alterar la barrera cutánea. Esto puede hacer que la piel se irrite fácilmente, desencadenando brotes de acné, eczema o rosácea en personas predispuestas.

Por su parte, el estrés crónico también puede reducir la producción de colágeno y elastina, proteínas esenciales para la firmeza y elasticidad de la piel. Con el tiempo, esto puede acelerar el envejecimiento, favoreciendo la aparición de arrugas y líneas de expresión. Además, el estrés puede aumentar la producción de radicales libres, lo que contribuye al daño celular y al envejecimiento prematuro. Otra manifestación frecuente de las emociones es el sudor excesivo, ya que las situaciones de ansiedad o miedo activan el sistema nervioso simpático, estimulando las glándulas sudoríparas. Además, emociones como la tristeza o la depresión pueden afectar la piel haciéndola lucir apagada y sin vida. Esto se debe a que el estrés y la falta de sueño reducen la oxigenación y circulación sanguínea en la piel, disminuyendo su luminosidad.

Consecuencias de las emociones intensas en la piel

Las consecuencias negativas sobre la piel del estrés y las emociones intensas, pueden agravar o desencadenar diversas afecciones cutáneas debido a la interacción entre el sistema nervioso, endocrino e inmunológico. Por ejemplo, el aumento del cortisol y del sebo, favorecen la aparición de espinillas y puntos negros. La liberación de histamina, causa ronchas y picor, también conocido como urticaria.

Pero no solo eso sino que tanto el eccema como la psoriasis pueden ver sus brotes agravados por inflamación y desregulación del sistema inmune. Además puede aparecer una caída temporal del cabello durante periodos de estrés. Y también la dermatitis seborreica. No debemos olvidar que el estrés también provoca deshidratación, flacidez y debilita la barrera cutánea hidrolipídica, haciéndola más susceptible a infecciones.

Enfermedades de la piel provocadas por emociones

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