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Un hombre vive más de 100 días con un corazón artificial de titanio

El dispositivo, sin válvulas ni piezas móviles tradicionales, podría sustituir definitivamente a los trasplantes humanos.

Recreación gráfica del corazón artificial de titanio. | Telecinco

Un hombre australiano de 40 años ha hecho historia al convertirse en la primera persona en abandonar el hospital con un corazón artificial completo de titanio. El dispositivo, desarrollado por la empresa BiVACOR junto al Hospital St Vincent’s de Sídney, destaca por su reducido tamaño y su peso ligero.

El responsable de este corazón artificial es el ingeniero biomédico australiano Daniel Timms, quien dedicó más de veinte años a perfeccionar un dispositivo completamente innovador, que sustituye las múltiples piezas móviles habituales por un único rotor suspendido magnéticamente. Este diseño reduce considerablemente el desgaste mecánico, alargando significativamente la vida útil del dispositivo.

El paciente, que sufría una insuficiencia cardíaca grave, esperaba un trasplante de corazón humano que no llegaba debido a la escasez de donantes. Ante esta situación crítica, se decidió implantarle este corazón artificial en una compleja operación que duró más de seis horas. Durante los más de cien días siguientes, llevó una vida completamente normal hasta que finalmente recibió con éxito un trasplante humano definitivo, del que ahora se recupera favorablemente.

Ventajas frente al trasplante tradicional

Este corazón artificial tiene la capacidad de autorregularse según las necesidades físicas del paciente y prescinde de válvulas y otros componentes móviles, minimizando enormemente el riesgo de fallos mecánicos. Además, no requiere medicamentos inmunosupresores, lo que reduce significativamente las complicaciones derivadas del rechazo que suelen acompañar a los trasplantes convencionales.

Dentro del programa "Artificial Heart Frontiers", impulsado por la Universidad de Monash, se prevé implantar al menos cuatro dispositivos adicionales durante este año para evaluar aún más su rendimiento en condiciones reales. En laboratorio, este corazón ya ha demostrado una resistencia excepcional, funcionando ininterrumpidamente durante más de cuatro años.

Este avance podría abrir la puerta a un futuro en el que los corazones artificiales sustituyan definitivamente a los trasplantes humanos, beneficiando a millones de pacientes afectados por insuficiencia cardíaca terminal en todo el mundo.

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