
Un estudio de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) sugiere que vivir en entornos rurales durante los primeros cinco años de vida podría aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 1 en comparación con la vida en ciudades. La investigación se presentará en septiembre en la Reunión Anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD).
Datos y alcance del estudio
Los investigadores analizaron 21.774 pacientes de entre 0 y 30 años diagnosticados de diabetes tipo 1 entre 2005 y 2022 en Suecia, según el Registro Nacional de Diabetes. Además, recopilaron los domicilios desde el nacimiento hasta el diagnóstico, cruzando la información con la Oficina Nacional de Estadística.
En este análisis, se identificaron cuatro grupos de alto riesgo situados en zonas rurales del centro del país, donde la probabilidad de desarrollar diabetes tipo 1 era entre un 30% y un 80% superior a la media nacional. No se encontraron áreas de riesgo en las grandes ciudades.
Diferencias entre ciudades y áreas rurales
En contraste, las ciudades de Estocolmo, Gotemburgo y Malmö presentaron grupos de bajo riesgo, con una probabilidad un 20% a un 50% menor de desarrollar la enfermedad.
Un segundo análisis, centrado en la residencia principal durante los primeros cinco años de vida, detectó 11 grupos rurales de alto riesgo, donde la probabilidad de desarrollar diabetes tipo 1 era de un 20% hasta 2,7 veces mayor que el promedio nacional. Las regiones del norte concentraron los riesgos más elevados.
En el mismo periodo se identificaron 15 grupos urbanos de bajo riesgo, con reducciones del 20% al 88%, destacando Växjö (88% menor), Norrköping (64% menor) y Halmstad (61% menor).
Hipótesis sobre los factores ambientales
Los autores apuntan que los factores ambientales podrían desempeñar un papel clave. Entre las posibles explicaciones:
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Mayor exposición a pesticidas o alérgenos en zonas rurales.
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Infecciones virales más frecuentes en ciudades, que podrían actuar como protección frente a enfermedades autoinmunes.
Los investigadores recalcan que estas hipótesis deberán confirmarse en estudios ambientales futuros, aprovechando la disponibilidad de datos detallados sobre el entorno y los estilos de vida en Suecia.



