
La implantación de prótesis de pene se sitúa como el tratamiento mejor valorado por los pacientes con disfunción eréctil, con un grado de satisfacción superior al 90% y con el 99% de los intervenidos dispuestos a volver a someterse a la cirugía, según un comunicado del grupo Vithas.
Una solución para casos resistentes a tratamiento
En España, un 18,9% de los varones de entre 25 y 70 años presenta algún grado de disfunción eréctil, una prevalencia que aumenta con la edad. El implante de prótesis se recomienda especialmente a pacientes que no responden a tratamientos farmacológicos o que no pueden recibirlos por efectos adversos o intolerancia.
En qué consiste la intervención
La cirugía consiste en colocar un dispositivo dentro del pene que permite conseguir y mantener una erección de forma controlada. Según el urólogo y andrólogo Natalio Cruz, esta técnica no afecta a la sensibilidad, la eyaculación ni la capacidad de alcanzar el orgasmo. Protocolizada adecuadamente, puede realizarse como cirugía mayor ambulatoria, con alta hospitalaria a las 24 horas y una recuperación bien tolerada.
Tiempos de recuperación y uso
El paciente puede retomar las actividades cotidianas en dos o tres días, y las relaciones sexuales a partir de la quinta o sexta semana. La activación de la prótesis suele comenzar entre la tercera y cuarta semana tras la intervención, momento a partir del cual el propio paciente puede activar y desactivar la erección mediante un pequeño mecanismo interno.
Resultados y beneficios
Aunque la prótesis no incrementa el tamaño del pene, restaura la función eréctil y mejora la rigidez y calidad de la erección. Según Cruz, esta opción garantiza al paciente la posibilidad de mantener relaciones sexuales en cualquier momento, eliminando de forma definitiva los problemas de erección.



