
A pesar de cerrar el trimestre de marzo con un beneficio neto de 26.000 millones de dólares, recientemente Microsoft ha llevado a cabo una agresiva ola de despidos que ha resultado afectando a unos 9.000 empleados. La división Xbox, que ha registrado buenos resultados y ha demostrado un crecimiento sostenido también se ha visto muy afectada, algo económicamente difícil de explicar.
Beneficios insuficientes
Proyectos como ‘Perfect Dark’ han sido cancelados, estudios como el responsable de ‘Everwild’ han cerrado y se han producido despidos en equipos tan icónicos como el de Turn 10 Studios, responsables de ‘Forza Motorsport’. Todo esto, a pesar de que el propio Phil Spencer, actual CEO de Microsoft Gaming y la máxima cabeza visible de Xbox, ha reconocido que la división atraviesa un gran momento, aunque admite que parte de ese "éxito" se debe a otra ronda de recortes previos. Aquí surge la pregunta: ¿por qué hay tantos despidos si la marca está obteniendo beneficios?

Reestructuración a cualquier precio
La palabra para todo es "reestructuración". Incluso cuando los números acompañan, las grandes empresas buscan maximizar aún más sus beneficios a costa de puestos de trabajo y estabilidad comercial. Esta tanda de despidos busca alinear la división de videojuegos con una estrategia centrada en la marca Xbox, externalizando cada vez más el hardware y apostando por la inteligencia artificial y la integración del Game Pass en cualquier dispositivo compatible.
Aunque se trabaja en una sucesora de Xbox Series X, las líneas se estampan hacia alianzas externas, como la portátil Asus ROG Ally, la Meta Quest 3 y acuerdos para expandir la presencia de la marca más allá de la consola tradicional. Laura Fryer, ejecutiva vinculada al nacimiento de Xbox, lo explica con claridad: "Microsoft está dejando atrás la innovación en hardware para centrarse en videojuegos y servicios, aunque eso implique dejar de lado estudios internos y reducir riesgos."

Menos estudios, más franquicias
La otra posibilidad de explicar estos despidos es la rendición absoluta a franquicias muy consolidadas. Como han hecho Ubisoft, EA o Warner, en Microsoft ya se prioriza la inversión en marcas reconocidas frente a nuevos proyectos. El análisis de mercado deja patente que la mayoría de los jugadores dedica más horas a series asentadas. Los intentos de provocar cambios acaban perdiendo fuerza ante una audiencia que apuesta por lo conocido, en parte por el elevado precio y la falta de propuestas realmente rompedoras.
"Estas decisiones, aunque difíciles, son necesarias para alinear nuestras prioridades estratégicas a largo plazo. Seguimos comprometidos con nuestros empleados y estamos proporcionando apoyo en este proceso de transición", se explica en la nota oficial enviada a los medios. "Nuestra prioridad es garantizar el crecimiento sostenible de la división de videojuegos y adaptarnos a los cambios del sector para ofrecer la mejor experiencia posible a nuestros jugadores en todo el mundo."
Microsoft ha apostado por la compra de grandes estudios, como Bethesda y Activision Blizzard, con el objetivo de asegurar nombres potentes en Game Pass y maximizar el rendimiento inmediato. Al final, para la compañía, resulta más rentable negociar contratos de exclusividad para títulos que ya son tendencia que mantener una plantilla centrada en sacar adelante proyectos pequeños o arriesgados.

El coste humano de la "eficiencia"
Sin embargo, esta estrategia tiene un peaje alto, puesto que las opciones de los equipos se limitan, los puestos de trabajo se esfuman y la variedad de la oferta se resiente. Los jugadores se ven atrapados en un ciclo de lanzamientos previsibles y subidas de precios, mientras los accionistas aplauden los recortes. El propio Swen Vincke, director de ‘Baldur’s Gate 3’, recordó en los TGA 2024 que los desarrolladores no son "números en una hoja de cálculo".
Para las grandes editoras todo esto es una redirección estratégica, parte del juego de una multinacional. Pero detrás de cada movimiento, hay empleos, proyectos y expectativas. ¿Seguirán las grandes tecnológicas priorizando la rentabilidad inmediata, aunque eso signifique renunciar a la creatividad y la estabilidad? La "reestructuración" de Microsoft deja claro que eso ya está decidido.
