¿No será que el pobre hombre pretendía decir que "se había fundido cuarenta y un mil euros de subvención y que necesita más para irse a esquiar a la Maladeta"? ¡No seamos malpensados!
La tan cacareada libertad de prensa, acaba por convertirse en realidad en lo que es: la industria de la información. Lo que importa es vender periodicos, hacer caja. Luego se quejan de que mucha gente odie a la prensa, debido a que son amigos de destruir prestigios, y muy poco dados a rectificar a menos que se les fuerce en los tribunales.
Doy fe de que el glaciar de la Maladeta está allí. Bueno, al menos este sábado estaba; si desde entonces hasta hoy, jueves, ha pasado algo, eso sí que ya no lo sé.