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Una ola de renuncias imposibilita a la Academia Sueca elegir el próximo Nobel de Literatura

Las renuncias de Katarina Frostenson y Sara Danius dejan sin quorum a la institución, que esta semana debía reducir la lista a cinco candidatos

La académica Katarina Frostenson | Cordon Press

La Academia Sueca, encargada del Premio Nobel de Literatura, se encuentra ante la peor crisis de su historia y, a día de hoy, está incapacitada para elegir al galardonado del próximo año. Ayer dejó su cargo la académica Katarina Frostenson, esposa del dramaturgo francés acusado de abusos sexuales por 18 mujeres, Jean-Claude Arnault; y junto a ella se fue también Sara Danius, la secretaria permanente que se encarga de anunciar el premio. Estas renuncias, unidas a las tres que la pasada semana presentaron Klas Östergren, Kjell Espmark y Peter Englund, han dejado vacíos 7 de los 18 asientos de la Academia (otras dos autoras llevan años boicoteando a la institución por otros motivos), y han roto el quorum necesario que posibilita la elección.

El problema principal reside en que los cargos, en dicha institución, se ostentan de por vida, y que las renuncias de los académicos se traducen simplemente en su elección de no participar en los debates y las votaciones. El rey sueco, Carlos XVI Gustavo, consideró hace unos días la necesidad de completar los estatutos "en lo relacionado con el derecho a renunciar". Para desbloquear la situación, es posible que se acojan a una ley estatal que impide que se obligue a permanecer en la Academia. De esa manera podrían cubrirse las vacantes. El escándalo ha surgido la semana en la que debería haber sido reducida la lista de candidatos al próximo Nobel a cinco escritores.

El caso Arnault

Katarina Frostenson y su marido, Jean-Claude Arnault, han sido investigados por la Academia desde que, como ya se ha mencionado, 18 mujeres interpusiesen diferentes denuncias de abusos sexuales contra el dramaturgo. El informe final reveló que, además de por lo que se acusaba al francés, podrían existir irregularidades en la financiación que el club literario Forum, del que Frostenson era copropietaria, recibía de la propia institución sueca. Además, Arnault habría filtrado el nombre del ganador del Nobel hasta en siete ocasiones.

Estas revelaciones generaron un intenso debate, que acabó con la votación de los miembros a favor de destituir a Frostenson. La decisión final fue el indulto, lo que provocó las renuncias de los tres académicos mencionados más arriba, que acusaron a sus colegas de "dejarse llevar por la amistad" en lugar de velar por la integridad de la institución. Ante la difícil situación, ahora ha sido la propia académica investigada la que ha decidido echarse a un lado para salvaguardar los intereses de la Academia.

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