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Comandante Lara: "Los políticos son más inútiles que mi 'cuñao' Ramiro"

LD entrevista al humorista jerezano, que acaba de estrenar, con Jesús Tapia y Vicente Ruidos, su espectáculo Viaje con nosotros.

LD entrevista al humorista jerezano, que acaba de estrenar, con Jesús Tapia y Vicente Ruidos, su espectáculo Viaje con nosotros.
El Comandante Lara posa para Libertad Digital en plena calle Alcalá de Madrid. | C.Jordá

Luis Lara Ramos (Jerez de la Frontera, 1976) es uno de los más brillantes artesanos patrios de la risa. Gasta un humor directo, blanco, sencillo, que no es lo mismo que fácil. Un humor en el que, haciendo honor al Artículo 14 de la Constitución, no hay rastro de "discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión", etcétera. Por eso, precisamente, le atacan de vez en cuando unos "ofendiditos" contra los que ya está vacunado. Se crió en una familia de artistas –nieto de Pacote, primo de El Torta y de Manuel Moneo–, recorrió Europa como cantaor con la compañía de María del Mar Moreno, empezó a estudiar la carrera de Periodismo y parió en un estudio de radio al personaje del que ha tomado el nombre artístico, o como se diga. El Comandante Lara lleva años petándolo. Y bien que lo merece por su ingenio, por su trabajo y por su nobleza. Aprovechando que pasa por Madrid, donde presenta su nuevo espectáculo, Viaje con nosotros, con sus escuderos Jesús Tapia y Vicente Ruidos, LD le entrevista en el Hotel Regina, a cinco minutos a pata de la Puerta del Sol y a diez/quince, según el paso, del Teatro Capitol, coso del que, pocas horas después, saldrá por la puerta grande.

P: Comandante, ¿qué hay de nuevo?

R: Venimos con el nuevo show, Viaje con nosotros. Lo estrenamos en Castilblanco de los Arroyos, Sevilla, y de ahí pasamos a la Gran Vía, al Capitol. La primera toma de contacto con el público ha sido muy buena. El espectáculo está por modelarse, pero creo que hemos respondido a las expectativas de la gente. El punto de partida ha sido genial. Espero que AIRkejÔèrsen Airlines tenga un largo trayecto en el mundo aeronáutico (risas).

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Un momento de la entrevista | C.Jordá

P: Estrena un espectáculo que se llama Viaje con nosotros. En primer lugar, ¿con quién?

R: Con Jesús Tapia y Vicente Ruidos, mis fieles escuderos desde hace cinco años. Ellos llevan mucho más tiempo haciendo humor, como yo, por mi cuenta, pero estos cinco años que llevamos con Manuela, la road manager, que es la que pone orden dentro de tanta locura, están siendo una maravilla. Ellos son los sobrecargos o azafatos, no tienen el cargo definido, y yo soy el comandante de la aeronave. Es la primera vez que hago el papel de Comandante Lara totalmente clavao.

P: En segundo, ¿a dónde?

R: El objetivo es buscar la carcajada y la risa de todo el pasaje, en este caso, del público. Nuestro destino es la risa. En principio, queremos que el espectáculo dure hora y media; el de ayer se nos fue a hora y cincuenta y dos minutos. Tendremos que ir controlando esto poquito a poco. Y eso, el destino es que la gente se tire al suelo, que la gente desconecte de todo lo que hay chungo que hay fuera del teatro: que si la inflación, que si la guerra, que si la postpandemia, que si la crisis… Queremos huir de un telediario.

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'Viaje con nosotros' es su último espectáculo | C.Jordá

P: Dijo Baroja que el nacionalismo se cura viajando. ¿De qué cura la risa?

R: La risa es un bálsamo para todo mal. Siempre lo he tenido claro. Lo viví en mis propias carnes, Jesús. Hace tiempo, me puse malo. Me dio como un mareo, un vértigo raro. Nadie supo qué era y estuve quince días en la cama. Me levantaba y, si no me sujetaba alguien, me caía. Me hicieron todo tipo de pruebas y recuerdo que, un fin de semana, me dijeron que me fuera a casa. En el hospital me tenían sin gotero, sólo en observación: nadie sabía nada. Perdí el habla, luego se me puso la lengua gorda y, cuando hablaba, hablaba mal, cuando me levantaba, me caía… Estuve quince días así. Tendría yo veintipico años cuando me pasó esto, y era mi madre la que se quedaba conmigo. Total, que nos dieron un fin de semana libre y, ya en casa, me tendí en el sofá y lo único que quería era ver Aterriza como puedas. Me puse Aterriza como puedas en bucle: cuatro veces seguidas. Y ja, ja, ja, y ja, ja, ja. Mi madre, la pobre, me miraba y decía: "Este niño, en el sofá, con el mal que tiene...". A los quince días, se me quitó. Fui al médico y me dijo: "Levántate", y me levanté normal; "habla", y hablaba normal. Ahí me di cuenta de lo importante que es la risa para una persona que está pasando por un mal momento, por una enfermedad, por una depresión… Tú te ríes y te cambia el semblante, se te cura el alma. Y yo me siento vanagloriao de poder sentir que la gente se ríe conmigo y de que le curo en ese ratito. Si te digo lo que me llega por las redes sociales…

P: Dígamelo.

R: "Estoy en una depresión, te pongo y paso un rato maravilloso", "Mi padre está enfermo, te escucha y le sacas una sonrisa"… Leo esas cosas y se me cae el alma, pero no de forma peyorativa, todo lo contrario. Siempre respondo y doy ánimos a la gente que me cuenta estas cosas. Ya te digo, la risa es un bálsamo maravilloso. Por cierto, Aterriza como puedas y Top Secret son las películas de humor absurdo que más me han hecho reír. Hoy las vuelvo a ver y me río más todavía.

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La risa como terapia y el Comandante predicando con el ejemplo | C.Jordá

P: ¿Es verdad eso de que la comedia es igual a tragedia más tiempo?

R: Creo que sí. Si consigues reírte de una tragedia y si consigues reírte de ti mismo, a partir de ahí, ya tienes licencia para decir: "Quillo, ¿que está la cosa chunga? Pues vamos a reírnos. ¿Que está bien? Pues vamos a reírnos más". Firmo debajo de esa frase.

P: ¿Cree que la comedia, al menos, por parte de los sumos sacerdotes coolturetas, se valora menos que la tragedia o que el drama? ¿Cuán difícil es hacer reír a alguien?

R: ¡Buah! Tú cortas una cebolla, y una cebolla te hace llorar. Hacer llorar es muy fácil, lo tengo muy claro: coges a una persona, le pegas, le insultas, le haces bullying, estas cosas que están tan de moda negativamente… Eso es muy fácil. Le haces un desplante a alguien, le haces daño… eso es muy fácil, y la lágrima sale. Ahora, hacer reír… Esto ya lo hemos hablado, Jesús: parece que hay alguien ahí arriba que te da un poder, "este sí, este no", y al que le da la estrella de poder hacer reír, tiene más habilidad para ello. A mí, por lo visto, no se me da mal. No sé… Luego, hay gente que para la tragedia y para hacer llorar tiene unos dones geniales. Hay actores con los que no te vas a reír en la vida, pero te van a emocionar, tanto en una película como en un teatro. O un escritor, que es capaz de darte en la patata, en la palabra sensible. Lees unos renglones y dices: "Dios, ¡lo que ha escrito este tío!".

P: Antes de que se me olvide: en la entrevista anterior, no le pregunté por sus maestros. ¿Cuáles son sus referentes a la hora de hacer reír?

R: El humor absurdo de Aterriza como puedas y Top Secret, o gente como Leslie Nielsen, siempre me han hecho mucha gracia. Luego, haciendo patria, me he reído tela con Antonio Ozores, José Luis López Vázquez, Pajares y Esteso… Siempre me ha gustado el cine español de cachondeo. Veo a José Luis López Vázquez y me tiro al suelo. Es un pedazo actor maravilloso. También para la tragedia: he visto películas suyas en las que se me han caído lagrimones. Pongo en mayúsculas a Martes y Trece. Con Millán Salcedo no puedo: lo veo y ya me estoy riendo, aunque no haga nada. Tuve el honor de conocer a Josema Yuste y a Millán en persona, en un programa de Dani Rovira. Pude estar un rato con ellos y me reí mucho recordando gags suyos con ellos mismos. Y, para acabar, José Guerrero Roldán, el Yuyu de Cádiz. Llevo veintitantos años trabajando en radio con él. Es un maestro del surrealismo y del humor absurdo. Escribía unas letras para chirigotas impresionantes. Tiene una habilidad y una rapidez para encontrar el símil, la comparación… Es uno de mis referentes en este mundo. Muchas de las cosas que hago en el escenario las he comentado con él. En este show, nos ha echado una mano a la hora de acercarnos ideas. Por ejemplo, yo le estaba hablando del Respibien, y me dijo: "Eso es Oximetazolina, que tiene nombre de princesa azteca". Y, como pudiste comprobar, lo dijimos en el show.

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Un momento de la entrevista | C.Jordá

P: ¿Hay que reivindicar el chiste?

R: El chiste hay que ponerlo en la puntita de la pirámide. Hay gente que dice, despectivamente: "Tú cuentas chistes". ¡Dios! ¿No es para darle un guantazo a ese tío? ¿Hay algo más gracioso que un chiste? ¡Es el gag ideal, lo dice su propio nombre! Respeto mucho esto del humor moderno, el intentar buscarle los tres pies al gato, el humor de pensar, pero a mí me gusta lo directo, y más directo que un chiste no hay nada. Un chiste es una historia cortita. Es como una soleá: en cuatro versos, una soleá cuenta una historia. Y un cantaor lo transmite y lloras. Un chiste es igual: blablablá, y ja, ja, ja. Va directo a la sala de máquinas.

P: Por cierto, ¿es España un país de chiste que se toma las cosas demasiado en serio?

R: (Risas) Lamentablemente, sí. Y, últimamente, más todavía. En general: lo tiquismiquis que se ha puesto la gente, los ofendiditos de turno y de guardia… Siendo un país tan alegre, tan guay, tan latino, tan mediterráneo, y que haya tanto carajote, que haya un montón de gente que se encargue de apagarnos la llama y de denigrar… Es una pena. Mira, he tenido el placer de recorrerme el país entero, y los españoles somos muy chulos en el buen sentido. Pero hay cada tonto y cada gilipollas que está poniendo esto… ¡Vamos a reírnos, chiquillo! ¡Que aquí no se queda nadie! Hay gente que se cree que se va a quedar aquí cuatrocientos años. ¡Que no te vas a quedar aquí, Paco! ¡Que el día menos pensado te vas al patio de los callaítos! Somos un país de chiste, me da mucha pena y mucho coraje. Y de un tiempo para acá: hubo unos tiempos que, en España, estuvimos muy bien. Y la aparición de ofendiditos…

P: Es lo que más le molesta.

R: Muchísimo. Es que sale un ofendidito, y no sé cómo se las apaña, pero tiene seguidores, es capaz de calar en la gente… Haces un chiste, y empieza uno: "¿Pero cómo haces un chiste sobre eso?", y le sigue otro: "¡Es verdad! ¿Cómo te atreves…?". Me da mucho coraje. Las redes han hecho un montón de daño. Internet ha tenido muchas cosas buenas, pero también muchísimas malas. Le ha dado el micrófono a mucho tonto. Y la tontuna y la gilipollez tienen una capacidad inmensa de crear adeptos, de crear legión, de crear ejércitos: "¡Venga, vamos contra este!". ¿Vas a ir contra un tío que te intenta hacer reír? Pues contra ese van. Estoy vacunado contra eso, pero hay gente más susceptible. Llega uno de estos a alguien, le dice dos cosas, se echa p’atrás, se le quitan las ganas, y a lo mejor nos perdemos a un artista muy grande. ¡Por un grupo de tontos!

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Un gesto muy expresivo del Comandante | C.Jordá

P: Aprovechando que estamos en año electoral, ¿qué le pediría a un político?

R: Que se acabe el circo en el que estamos viviendo. Tú ves un telediario, sale un político haciendo una propuesta por el bien común, que es lo que tiene que buscar la política, el bien común del pueblo, y el otro dice: "No". Por inercia, porque no es de los suyos. Sale uno y dice: "Si tienes sed, bebe agua". Y dice el rival: "¡Agua no! ¿Cómo vas a hacer eso?". Se creen esa propia mentira, y venga. Ahora más: vienen tiempos de elecciones. Cualquiera dice que llevo una camiseta negra. "¿Negra? Eso no se puede decir...".

P: Hay que decir "afroamericana".

R: (Risas) Claro, claro. Hombre, por Dios… A esos políticos les diría: "Quillo, vamos a ser honestos". A los políticos les pido honestidad. Y que busquen el bien común. Que sí, que cada uno tiene su ideología, los puedo entender más o menos, pero si uno quiere llevar a cabo una idea para la inmensa mayoría, que se pongan de acuerdo, que se den la mano. Y que se digan: "Bien, Paco, pisha. Estoy de acuerdo con lo que has dicho".

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El Comandante se despespera con los políticos | C.Jordá

P: Su cuñado Ramiro, ¿tiene el carné de algún partido?

R: Mi cuñado Ramiro puede ir a cuatro colegios electorales y soltar una papeleta diferente en cada uno (risas). Mira, "Ramiro" es como podemos catalogar a todo lo que está pasando.

P: ¡"Ramiro" como adjetivo!

R: Los políticos son unos Ramiros, son mi cuñao Ramiro. Vamos a dejarlo así. Los políticos de este país son más inútiles que mi cuñao Ramiro. ¡Ya es una inutilidad gorda!

P: Y, para finalizar, ¿tiene ya lista la saeta que cantará este año?

R: ¡Dios! Pues mira, como me ha cogido en la vorágine de ir montando este show, lo tengo un poquito olvidado. Pero tranquilo, que ya estamos en Cuaresma y me estoy metiendo poquito a poco. Ya tengo en la cabeza al Nazareno, el Prendimiento, la Buena Muerte… Cuando llegue abril, vamos a tener, seguramente, en el disparadero un par de letritas. Y luego, también, la que se hace improvisá, que se para el Cristo ante ti y, si el día es bueno, con la luz del Sol, el canto de los pajaritos y el silencio recogido de la gente, te inspiras, le sueltas algo sentío, transmites a la gente y yo me quedo más feliz que todas las cosas.

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