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Una sala de conciertos francesa cierra ante la okupación de 300 menores inmigrantes

La Gaîté Lyrique se ha visto obligada a suspender su programación con el consecuente riesgo de quiebra.

La Gaîté Lyrique se ha visto obligada a suspender su programación con el consecuente riesgo de quiebra.
La sala Gaîté Lyrique, en Francia. | Wikipedia

La famosa sala de conciertos parisina Gaîté Lyrique se ha visto obligada a suspender su programación ante la okupación que sufre desde el 10 de diciembre por inmigrantes que dicen ser menores de edad, según explica el diario galo Le Figaro. Son de origen africano, no tienen papeles y se hallan en situación de no acompañamiento.

El establecimiento ha tenido que poner un cartel alertando a los usuarios: "El edificio permanece cerrado hasta nuevo aviso".

Hace ya más de un mes, unos 200 menores inmigrantes entraron de forma ilegal en la sala. Desde entonces, se han sumado otros jóvenes, superando la cifra de 300. La Gaîté Lyrique, en un comunicado divulgado a través de sus redes sociales, se niega a expulsar a estas personas "en pleno invierno", pero condena la ocupación y alerta del riesgo que supone para sus intereses, hablando ya de quiebra.

A principios de diciembre, David Robert, portavoz de la institución, estimó en "varios cientos de miles de euros de pérdidas directas" el coste de las cancelaciones de eventos privados y públicos.

Le Figaro asegura que ha tratado de hablar directamente con los okupas y acceder al establecimiento para ver las condiciones en las que viven estas personas, pero se les ha negado el paso.

Irómicamente, Gaîté Lyrique ha programado en el pasado charlas y talleres sobre las oportunidades que supone para Francia la inmigración. De hecho, uno de los eventos suspendidos era una exposición para descubrir las historias de Asrallah, Kamal y Mila, y "rastrear sus viajes migratorios desde su país de origen hasta su llegada a Francia".

Esta situación está perjudicando a los restaurantes y locales de ocio cercanos. "Están arruinando mi negocio", dijo a The Times la gerente de un bar cercano, hija de inmigrantes argelinos. "Se quedan en la terraza de mi casa fumando porros y peleándose entre ellos. No sólo no hay gente que vaya al teatro porque el teatro está cerrado, sino que tampoco hay transeúntes. Todos estos jóvenes los están ahuyentando", asegura, a ese mismo medio, otro afectado.

El Daily Mail asegura que la dirección del teatro ha tratado de llegar a un acuerdo, sin éxito, con las autoridades locales y la administración de Macron.

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