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Castilla y León

Gutiérrez Caba: "El Estado no debe ayudar a nada, lo que debe es aliviar cargas"

Gutierrez Caba y Álex de la Iglesia son dos de los galardonados con la Espiga de Honor en Valladolid y los dos han hablado de las ayudas públicas.

Gutiérrez Caba y Álex de la Iglesia hablan de las ayudas al audiovisual y las plataformas

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Gutierrez Caba y Álex de la Iglesia son dos de los galardonados con la Espiga de Honor en Valladolid y los dos han hablado de las ayudas públicas.
Heras Espigas

Los galardonados con un premio honorífico siempre contestan que es inevitable echar la vista atrás, al menos para comprobar si realmente merecen tal reconocimiento. Es lo que le ha pasado al verterano actor Emilio Gutiérrez Caba al recibir la Espiga de Honor de la Seminci de Valladolid, "todos los premios hacen ilusión pero cuando es en la tierra donde has nacido la ilusión es doble".

Durante una entrevista con Andrés Arconada para Es Cine momentos antes de recibir el premio confesaba que "depende del día, o de la noche, uno mira hacia atrás o hacia delante, el delante se va acortando cada vez más y hacia atrás miras a veces con nostalgia y otras con alivio de que haya pasado, siempre con aciertos y errores". El actor cuenta con una trayectoria envidiable en cine, teatro y TV con personajes tan icónicos como aquel presidente de una comunidad de vecinos capaz de matar por dinero a la mismísima Carmen Maura. El destino ha querido hacerlo coincidir en Valladolid precisamente con el director de La Comunidad, Álex de la Iglesia, que ha recibido otra Espiga de Honor y por cuya película Gutiérrez Caba recibió su primer Premio Goya.

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En la mirada al pasado también ha querido detenerse durante su conversación con esRadio en el más actual, el de la pandemia. "Como presidente de AISGE (fundación que gestiona los derechos de propiedad intelectual de actores, dobladores, bailarines y directores de escena) he vivido el drama de mucha gente", tanto que "el fondo promocional de Aisge hubo que cerrarlo y destinarlo al fondo social porque había gente que estaba pasando hambre". Además ha querido agradecer a Netflix (las plataformas aumentaron sustancialmente sus suscriptores durante el confinamiento) que colaboró donando 350.000 euros.

Y hablando de dinero fue claro y conciso en los micrófonos de esRadio: "Siempre se pide que el Estado ayude, el Estado no debe ayudar a nada, lo que debe es aliviar cargas". Es decir, "no necesitamos dinero sino no darles tanto dinero" vía impuestos. También quiso tener palabras de cariño para el público que tan bien respondió en cuanto volvieron a abrir los teatros, "la gente iba con mucho entusiasmo, guardando un silencio casi religioso y con mucha emoción al final en los aplausos". Al recibir la Espiga de Honor se la dedicó a los actores que nunca recibieron un reconocimiento, como "mi madre Irene Caba Alba". Actualmente se encuentra de gira con Galdós enamorado y espera poder estrenar en 2022 una obra de teatro llamada Música para Hitler.

"Se ha roto el mercado de Hollywood"

Álex de la Iglesia también echaba la vista atrás al recibir la Espiga de Honor de la Seminci pero además con convicción, "es bueno y necesario porque existe una tendencia a despreciar cualquier cosa que tenga una serie de años por considerarla inútil", comentaba en una entrevista para Es Cine con Andrés Arconada. El director considera que "tener cierta experiencia ayuda a reconocer los errores con rapidez" y matizaba que "con la edad no creo que hagamos cosas mejores, pero sí es un "perroviejunismo", cuando eres perro viejo los golpes los esquivas con mayor facilidad y quizás el producto tenga algo de pureza, pero poco más". De hecho apuesta por "disfrutar del recuerdo en la medida que nos ayuda a vivir mejor el presente".

El director vasco ha dicho en esRadio que si bien el audiovisual español ha vivido momentos difíciles, "hay otros sectores infinitamente más perjudicados que el audiovisual, a esos es a los que tenemos que atender porque hay necesidades más urgentes que el audiovisual". No obstante opina que "la Cultura es un bien de necesidad primaria que tiene que ser atendido porque ayuda a sobrellevar las calamidades que nos atenazan ahora, pero tenemos que tener el respeto y la inteligencia de poner otras cosas por delante". Siendo presidente de la Academia de Cine en su discurso de los Premios Goya aseguró que "no somos tan importantes, importante es salvar vidas en un hospital".

Plataformas, ¿aliadas o enemigas?

Álex de la Iglesia siempre se ha caracterizado por no temer a los cambios, "hay un montón de factores que cambian la realidad transformándola en otra" lo que hace que "en una situación de crisis o cambio podamos reaccionar con miedo, intentando retroceder con una visión nostálgica a aquellos tiempos en lo que todo era mejor con los carteles gigantes de la Gran Vía, o plantarle cara, hacer frente al desafío". Ese "hacer frente al desafío" no es otra cosa que "encontrar nuevas formas de expresión y una nueva perspectiva ante el desafío actual que es un cambio de mercado".

Un cambio de modelo que "estamos advirtiendo evidentemente ahora pero que es algo de lo que ya hablábamos y quizás desaprovechamos aquella oportunidad y ahora nos la encontramos en la cara". Recordemos que Álex de la Iglesia dimitió como presidente de la Academia de Cine cuando el gobierno de Rodríguez Zapatero aprobó la conocida como Ley Sinde. El mismo Álex de la Iglesia que en aquel discurso en los Premios Goya también pedía al cine español que "hay que ser humildes, nos miramos el ombligo y nunca reconocemos nuestros errores".

En los micrófonos de esRadio Álex de la Iglesia continuaba asegurando que el desafío hay que afrontarlo "con la entereza con la que la rechazábamos antes, el futuro, o más bien el presente, pasa por las plataformas" y pide precisamente "quitarse esa venda de los ojos a los que tienen miedo a un nuevo tipo de mercado y de relación entre las ventanas de exhibición". En su opinión, "el cine va a seguir, lo que tiene es que encontrar su manera de compatibilizarse con las plataformas" a las que achaca "haber democratizado el cine hasta niveles desconocidos".

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Pone como ejemplo producciones españolas como la película de terror Verónica, de Paco Plaza, que gracias a las plataformas "se ve en todo el mundo y tiene 14.000.000 de visionados, algo impensable en una película española tradicional". Incluso se ve en los productos televisivos como La casa de papel "que triunfa en todo el mundo, un mundo que descubre el audiovisual español y lo convierte en uno de los más reputados". Eso no sería posible sin las plataformas "ya que han lanzado series que no triunfaban en España". La primera temporada de La casa de papel fracasó estrepitosamente cuando la estrenó Antena 3 hasta que compró los derechos Netflix y montó de nuevo los capítulos dejándolos en el estándar mundial de 50 minutos alcanzando, ahora sí, "un éxito de proporciones inenarrables en todo el mundo".

Y no sólo se queda con ejemplos españoles sino que recurre a la mundialmente conocida también El juego del calamar, una serie de Corea del Sur "que nunca hubiera tenido la oportunidad de jugar la partida en las condiciones clásicas del mercado de Hollywood, se ha roto el mercado de Hollywood". Y por todo ello, apuesta por "esa oportunidad y desafío que supone entrar en ese juego no lo podemos perder o ver con miedo".

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