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Ana Lucas, poeta: "El dolor nos lleva a muchos más mundos"

LD entrevista a la también actriz por Oasis, un poemario cargado de versos íntimos que poco tiene que ver con lo que se publica en Instagram.

LD entrevista a la también actriz por Oasis, un poemario cargado de versos íntimos que poco tiene que ver con lo que se publica en Instagram.
Ana Lucas, en un momento de su entrevista con Libertad Digital. | C.Jordá

El lector que aborde Oasis (Espasa, 2021), el primer poemario de Ana Lucas (Madrid, 1995), agradecerá el reposo inesperado, el curado joven –que no inmaduro– de unos versos confesionales, dolientes y carnívoros. Es un material que poco tiene que ver con la comida rápida e indigesta que se sirve en Instagram, donde la poesía, o un engendro presuntuoso que aspira a serlo, cotiza –las editoriales lo saben, lo aprovechan y lo premian– no por la calidad literaria de los textos, sino por el número de seguidores que tenga el Fulano o la Mengana de turno. Lorca y Poe dan sustento y sombra a una autora esclava "de su mundo interior" y que se pregunta en vano "qué forma tendrá el arte sin tormento", pero que también, como cantaba Leonard Cohen, ve la luz pasando a través de la grieta.

Como, sobre todo, Lucas es actriz, y la pillamos ensayando Levante en el Teatro Español, LD la entrevista en un bar de la Plaza de Santa Ana.

P: Ana, ¿usted por qué escribe?

R: Por necesidad. Es una forma de desahogo, de exteriorizar las emociones. Sí que es verdad me gusta volver sobre las cosas que he escrito, trabajar sobre ellas, darles un poquito más de forma. Empiezo a escribir para mí, quizá para otra persona, pero siempre como algo personal, como una herramienta de gestión emocional.

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Un momento de la entrevista | C.Jordá

P: En uno de los últimos poemas de Oasis, afirma: "Si te fijas bien, todos somos poetas". ¿Qué es, en su opinión, un poeta?

R: (Suspira) Esa pregunta es muy difícil. Aparte de lo evidente, de un escritor que se preocupa por hablar de la esencia de la vida, de las emociones, de lo que ocurre, para mí, hay mucha gente que hace poesía sin darse cuenta: con gestos, con actos, con palabras, con movimientos… Esa es mi forma personal de entender la poesía.

P: Hace unos días, hablando con Andrés Suárez sobre poetas de Instagram y otros hábitats similares, me dijo: "Me da mucha vergüenza descubrir que hay tantos autoproclamados poetas. Hoy día, todo dios es poeta". ¿Suscribe?

R: No voy por ahí cuando hablo de que todos somos poetas. Hablo de algo más inconsciente. Hay gente que hoy entiende la poesía así. Lo que se ofrece en Instagram y en otras redes sociales es algo muy instantáneo. Entonces, el que está acostumbrado a los clásicos no lo entiende como tal. A mí, personalmente, me gusta más un libro de poesía que lo que consumimos en Instagram, pero tiene un público muy amplio. Con lo cual, entiendo que funciona y lo respeto.

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Ana Lucas, posando frente al Teatro Español | C.Jordá

P: Entonces, igual no hablamos de poesía, sino de mercado.

R: Puede ser. Al ser un contenido más sencillo, más rápido de asimilar y tal… Hay gente que no tiene tiempo ni ganas de ponerse a leer un libro, para empezar. ¡Ni te cuento si el libro es de poesía! Si no te gusta leer poesía, es muy poco probable que te compres un libro de poesía.

P: ¿Cómo se convierte en lectora de poesía?

R: Me he criado envuelta en mucha literatura. Mis padres son ávidos lectores desde siempre, les gusta que uno se forme desde los libros, que aprenda, que genere su propia opinión. Con la poesía he dado siendo un poco más mayor, quizás en el instituto, y empezar a leer poesía como tal creo que ha sido a partir de la universidad. Igual que en la música, me gusta investigar todos los géneros: un día escucho una canción, al minuto siguiente, otra de otro género… con la literatura me ha pasado igual.

P: En Oasis, cita a Lorca y a Poe. ¿Qué ha aprendido leyéndolos?

R: A nivel profesional, para mí, no hay nadie que escriba poesía como Lorca ni cuentos como Poe. A nivel emocional, he aprendido a encontrar mundos que no están en nuestra vida cotidiana. Lo que más me gusta de Edgar Alan Poe es ese mundo oscuro. Me fascina ese género. En contraste está el mundo romántico de Lorca, por ejemplo, la pasión con la que habla de la ciudad de Nueva York. He aprendido a darle mucha voz a las emociones, y sin miedo, además: esto es lo que yo siento, lo que me gusta, lo que me nace, y es lo que hay. No lo voy a esconder. Bueno, ha estado mucho tiempo escondido, pero no porque me avergonzara, sino porque no entraba en mis planes.

P: En "Insaciable", escribe: "El artista es esclavo / de su mundo interior". ¿Hasta qué punto expone ese mundo interior del que es esclava?

R: Es que aparece al cien por cien. Es un desnudo completo, algo que no había hecho antes. Al final, soy actriz, pero te expones a través de otra piel, de otro personaje que no eres tú. Es muy diferente. Estas son cosas que jamás pensé que no iba a leer ni mi madre, no te digo ya personas desconocidas. Entonces, de repente, ver que a lo mejor es interesante, que a lo mejor hay gente que se puede sentir identificada, me animó y me sigue animando a darle impulso a esto. Para mí, todavía es complicado. En todas las entrevistas que he tenido, a veces me hacen unas preguntas que digo: "Dios, ¡es que a veces no sé cómo responder!". Porque no sé ni de dónde nace, ni cómo ha salido, ni recuerdo esa sensación. Es lo más íntimo que he mostrado en mi vida.

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Tres gestos de Ana Lucas | C.Jordá

P: Me estoy acordando del último concierto de Extremoduro en Las Ventas. Cuando Robe introdujo una canción que se llama "Locura transitoria", dijo, más o menos: "No sé qué he querido decir con esta canción, pero esto es lo que hay".

R: Tengo algunos poemas así. De repente, algo me inspira y se me va la pinza.

P: El libro es doliente, arranca en un abismo, y se va iluminando a medida que avanza. No en vano, en los agradecimientos, escribe: "Al amor por cerrar este libro y al dolor por llenarlo". ¿Se escribe mejor desde la herida abierta y en carne viva?

R: Por supuesto. Es algo que cualquier compositor o cualquier persona que escriba me puede corroborar. Creo que el dolor nos lleva a muchos más mundos. A mí, alguien me hace daño y, de repente, me encuentro con la rabia, la frustración, el qué pasaría, el qué pasará… Cuando tienes el corazón sano, tienes una estabilidad y a mí sí me sigue llevando a escribir, porque escribo muchas cosas, pero no es lo mismo. Cuando sientes dolor, aparte de que el dolor puede venir de muchos lugares diferentes, también puede explotar y disparar a direcciones distintas. Sí, se escribe mejor desde el corazón desgarrado.

P: Decía Lope que el amor es "huir el rostro al claro desengaño, / beber veneno por licor suave, / olvidar el provecho, amar el daño". ¿En el significante "amor" viene implícito, entre otros, el significado "putada"?

R: ¿¡Putada!? (Risas) Para mí, no. Soy una enamorada del amor. Suena a cliché, es un topicazo, pero no me escondo. Me encanta el amor, y no sólo en una pareja: el amor en todos los sentidos. Yo no creo que lleve implícito el dolor, salvo si hay otras heridas abiertas, puede que se abran unas nuevas… Eso puede pasar, estás expuesto a eso. Pero también, cuando sales de tu casa, estás dispuesto a que te caiga una teja a la cabeza y tienes que ir al hospital (risas).

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Ana Lucas ha publicado el poemario 'Oasis' | C.Jordá

P: Leyendo Oasis, me acordé de Cernuda, quien hablaba del amor como "este inútil trabajo de quererte que tú no necesitas". ¿Puede ser el amor un trabajo?

R: Sí. Puede ser un trabajo en el sentido de que hay que ponerle mimo a todo lo que hacemos. Te hablo del amor como te hablo del resto de sensaciones en la vida. Tenemos que implicarnos en todo lo que hacemos, cuidar y mimar a las personas que tenemos. Es verdad que a veces puede resultar un poco… No sé el adjetivo para definirlo: a veces nos sentimos más bajos de energía, no nos apetece esforzarnos, damos las cosas por hecho… Al final, el ser humano se acostumbra. Cuando tiene algo mucho tiempo, ya sea una pareja, una casa o un trabajo, dejamos de ponerle tanto ímpetu y…

P: Y tanta pasión.

R: Y tanta pasión.

P: ¡Pero el amor sin pasión es una filfa!

R: Claro, claro. Entiendo que es algo que te tiene que nacer. En el momento en que te tienes que obligar y haces por la fuerza, ahí no tienes que estar.

P: Entonces, ¿al final no está tan lejos de mi tesis pesimista?

R: (Risas) A ver, requiere algo de constancia, pero nunca debe ser obligado.

P: Cambiemos de tema: como mujer, joven y actriz, ¿cómo ha vivido la pandemia?

R: Haciendo un paréntesis en mi vida. El confinamiento lo pasé aquí, con una amiga con la que vivo. Al ser un parón para toda España, al final estábamos todos un poquillo igual. Bueno, uno intentaba aprovechar para hacer lo que no había podido hacer antes, pero es verdad que mi mundo, sobre todo, el mundo de la interpretación, se paró indefinidamente. Me tuve que buscar la vida y me fui a Asturias, a mi tierra, a trabajar de camarera. Y me pasé cuatro meses allí.

P: Para finalizar, ¿cómo afronta el futuro a corto plazo?

R: Pues, como dices, a corto plazo. Estamos ensayando esto, vamos a hacer funciones aquí, vamos a irnos de gira si podemos, y gestionando el libro, que para mí es algo completamente nuevo. Quiero dedicarme a estos dos proyectos en cuerpo y alma, como pueda.

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Ana Lucas y un ejemplar de 'Oasis' | C.Jordá

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