Raro reivindica a Emily Hobhouse, "una solterona histérica" que puso en jaque al imperio británico
Rosario Raro reivindica el papel de la denostada activista pacífica en La novia de la paz, Premio Azorín.
Rosario Raro (Segorbe, Castellón, 1971) permitió leer a cinco personas La novia de la paz y todas coincidieron en que debía reservarla para un certamen literario. Y así fue. Presentó su manuscrito al Premio Azorín y el jurado confirmó su valía otorgándole el galardón, destacando que se trataba de un "alegato por la paz y por las segundas oportunidades" en el que "las protagonistas se atreven a mudar de piel".
Llega a las librerías coincidiendo con el 160 aniversario del nacimiento de Emily Hobhouse, una de sus protagonistas, una activista inglesa que desafió a un imperio para cambiar la historia del sur de África. "Llegué a ella a través de una lectura sobre Ghandi. Descubrí que había mantenido una relación epistolar con Tolstoi y que el ruso había sido el inspirador de sus ideas sobre la resistencia pasiva. Leí que, desde la cárcel, Ghandi había agradecido el apoyo a Hobhouse, una mujer que intentó parar los abusos del Imperio británico en la guerra anglo-bóer e, incluso, detener la I Guerra Mundial. Fue la conciencia que encendió al mundo y fue capaz de conmover a millones de habitantes de varios países. Me pareció una una figura inmensa y quise rescatarla del mar de olvido", explica la autora a Libertad Digital.
Hobhouse alcanzó gran notoriedad en la época, admirada y odiada por partes iguales, fue considerada una "traidora del imperio británico". "Kitchener y otros gerifaltes ingleses la llamaban solterona histérica, apelando a su condición de mujer para minusvalorarla y a su estado civil. Se reinventó a partir de los 35 años, hasta entonces había cuidado de su padre enfermo. Era muy tenaz y no se detuvo ante nada. En el sur de África, tuvo un funeral digno de una princesa al que asistieron miles de personas. En cambio, en Cornualles, su ciudad natal, no se publicó un solo obituario en la prensa local. Era como si se avergonzaran de ella, una traidora del ejército de su majestad. El autor de Cyrano de Bergerac le compuso una balada, fíjate si era famosa, pero el relato del imperialismo británico la silenció".
Raro apunta a que la novela aparece "en un momento muy oportuno de rearme armamentístico, de ambiente casi prebélico". "Lamentablemente, la historia de la humanidad es la historia de sus guerras. Ahora mismo hay unos 60 conflictos armados en todo el mundo. Me alegra haber publicado una obra pacifista", indica. "Creo que esta novela está más de actualidad que nunca. A los que somos pacifistas se nos tacha de ingenuos y nos cuentan que el estado natural de la humanidad es la guerra. Los conflictos siempre atienden a determinados intereses y los disfrazan de motivos políticos o geopolíticos, pero siempre son económicos, como pasó en el sur de África por el afán de los diamantes".
El título, La novia de la paz, está cargado de simbolismo: "Parto de esa idea de que, en vez de casarse con un hombre, acabará casada con todas las causas injustas y su lucha pacificadora".
Una gran traición
En la novela, Hobhouse parte de una traición, al igual que lo hace la otra protagonista de la novela, Shayna Orliens, que llega al sur de África en 1901 huyendo de un escándalo que ha sacudido a la alta sociedad londinense y en el que su marido está metido de lleno. Tene una posible detención de Scotland Yard. "Todos son personajes en estado de metamorfosis. Los femeninos, además, me han hecho más fuerte", considera Raro. "Shayna encuentra en Hobhouse un modelo, admira su capacidad combativa. Lee sus columnas en el Manchester Guardian y quiere ser como ella. Me interesaba esa amistad entre dos mujeres, una muy famosa y otra desconocida, que a la hora de la verdad ayudaron por igual", resume.
La autora dibuja una sociedad inglesa que se puede "tildar de hipócrita, que tanto daño hizo por ejemplo a Oscar Wilde. Es un Londres donde se muestran públicamente las virtudes y se esconden los vicios. Siempre hay una apariencia como de baile de máscaras".
Amor maduro
En estas páginas hay espacio para el amor. "No hay mejor venganza que la felicidad". Shayna llega a Mozambique casi en proceso de duelo: "Ese lugar tan exótico y tan evocador fue como una especie de hoja en blanco donde escribir su nueva vida. Sin embargo, siente nostalgia de cómo era ella antes de la herida, de cuando era una persona jovial y despreocupada, que se reía por todo. Encuentra a un amor y los dos están huyendo de algo", adelanta la escritora. El amor maduro encuentro su lugar. Hobhouse, esa "mujer tan decidida, fuerte, suspicaz e inteligente" se enamora como "una quinceañera y pierde la razón". "Ahí introduzco el elemento del suspense porque el lector sabe más que la protagonista y advierte lo que va a suceder", apunta la escritora.
Entretener y algo más
Rosario Raro se plantea, como objetivo primordial, entretener con sus novelas, pero así mismo tiene el firme propósito de "rescatar historias del olvido y traerlas a la luz para hacer justicia poética".
El Premio Azorín reconoce su perseverancia: "Me he sentido muy feliz por todas esas personas que han estado conmigo toda la vida, desde que empecé a escribir hace más de 35 años, siendo la voz que clamaba en el desierto porque no me publicaba nadie. No me rendí".
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