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Cuando Connie Francis quiso suicidarse tras ser violada a punta de navaja

La cantante Connie Francis, que acaba de fallecer, también sufrió el asesinato de su hermano a manos de la mafia.

La cantante Connie Francis, que acaba de fallecer, también sufrió el asesinato de su hermano a manos de la mafia.
Connie Francis. | Cordon Press

Connie Francis ha muerto a los 87 años. Una vieja gloria de la canción romántica que también cultivó, además de baladas, rock and roll y country. Resulta que este mismo 2025, cuando ya estaba olvidada, a través de Tik Tok, Instagram y Sportify, se volvió a escuchar un antiguo éxito suyo, Pretty Little Baby. De nuevo, en las listas norteamericanas volvió a figurar en los primeros puestos. De ese modo, las nuevas generaciones han podido brindarle un reconocimiento a su carrera. Eso ocurrió antes de que se le declarara una repentina enfermedad, que ha acabado con su vida. Una vida de mucha lucha, mucho dolor, muchas depresiones. Es el capítulo negro de una auténtica estrella musical durante las décadas 50 y 60 del pasado siglo. Se casó cuatro veces, nunca fue feliz, tampoco alcanzó la maternidad, consolándose con la adopción de un niño.

Se llamaba Concetta Rosa María Franconaro, nacida en 1938 en Newark. Nueva Jersey. Descendía de emigrantes italianos. Su padre trabajaba como estibador. Vivían en un barrio italo-judío, lo que propició no sólo que aprendiera, además de inglés, por supuesto, e italiano, sino yidis y hebreo. Ya siendo profesional como cantante llegó a grabar discos ¡en quince idiomas!

Fue su padre quien a los cuatro años de Concetta resolvió regalarle un acordeón para que se familiarizara con la música. Ella obedeció y, en efecto, aprendió a tocar ese instrumento.

Le llegó el momento de grabar sus primeras canciones para la poderosa MGM Récords. Pero aquellos discos no tuvieron la repercusión esperada y entonces la amenazaron con no renovarle el contrato. En ese trance, quien ya era conocida como Connie Francis, por sugerencia del presentador de un programa de televisión de jóvenes talentos, pensó en abandonarlo todo para estudiar Medicina.

Terció su padre en el asunto, tal como Connie, precisamente recordaba aquella situación hace solo dos meses en una entrevista, quizás fuera la última, concedida a la revista People: "Estaba empeñado, cuando me faltaba una sola canción para completar un álbum, con dieciséis minutos pendientes en la sesión discográfica, que incluyera un viejo éxito mío, "Who´s Sorry Now?". Le dije que esa era una pieza compuesta ¡en 1923!, de la que yo, sí, había grabado una versión. Pero que a mí ya me parecía antigua. Se puso tan pesado diciéndome que le obedecía o me metía el micrófono por la boca, que no tuve más remedio que hacerle caso. Y resulta que ese tema fue un éxito como nunca podía soñar".

Se vendieron tal cantidad de copias que la MGM Récords se retractó de su idea y renovó inmediatamente el contrato a Connie Francis. Su carrera en los Estados Unidos fue imparable, al punto de ser la primera solista femenina de la historia en conseguir un número 1 en las listas de "Billboard Hot 100", donde más adelante consiguió tres veces el mismo privilegiado puesto, amén de que en otras cincuenta y tres ocasiones se incluyeron allí otras canciones suyas, aunque fuera en otras posiciones.

De esos títulos que se hicieron populares, citamos: "Everybody´s Somebody´s Fool", "Pretty Little Baby", "Stupid Cupid", "My Heart Has A Mind Of Its Own"… La repercusión de tales canciones saltaron al continente europeo. Y como quedó dicho que Connie Francis hacía versiones en quince lenguas, visitaba para promocionarlas Alemania, Francia, Inglaterra, Italia, España…, el éxito estaba asegurado. Tenía una grata presencia física, normalmente morena, dotada de una voz magnífica. Neil Sedaka, un ídolo de los años 60 que escribió para Connie Fancis algunos temas, como "Stupid Cupid", destacaba "la pureza de su voz, clara y concisa, y hermosa".

Le costó tener su personalidad, pues al principio de su carrera imitaba a Patti Page. Llevada por su tesón para ser escuchada en la más elevada cifra de países, en España, donde actuó en alguna ocasión, su discografía es más que notable, de la que recordamos títulos de los llamados estándar, como "Malagueña", Siboney", "Quiéreme mucho", "Solamente una vez", "Quizás, quizás, quizás", "Granada"…

No es extraño que por su constante presencia en Europa, fuera considerada "La cantante más popular". Ya en los Estados Unidos venía precedida de su condición de auténtica estrella. Los productores de cine aprovecharon para que protagonizara siete películas, la mayoría comedias musicales.

Pero con la aparición de Los Beatles y otros conjuntos, en aquellos años del "beat" musical, su popularidad fue descendiendo. Los jóvenes ya preferían otras voces, otros ritmos. No obstante su carrera continuó, podíamos decir que hasta 2018, cuando anunció oficialmente su retirada, ya interviniendo en programas de televisión o grabando incluso algunos discos, pues tenía sello propio, "Concetta Récords". También se reeditaban sus éxitos de siempre, ya clásicos, en recopilatorios que tenían buena aceptación en el mercado discográfico.

La vida personal de Connie Francis pasó por muchos altibajos. Tuvo un primer romance con un ídolo de la canción romántica, Bobby Darin. Actuaron juntos en varias ocasiones. Y se enamoraron. Pero el padre de Connie, que no la dejaba, al parecer, ni a sol ni a sombra, no estaba conforme con aquel noviazgo en ciernes, llegando a amenazar, pistola en mano, al rubio galán, quien puso tierra por medio, se olvidó de Connie y acabó casándose con Sandra Dee, una joven intérprete que estaba de moda. Contando esta anécdota me viene a la memoria el caso de Juanita Reina, cuyo padre, don Miguel, le espantaba todos los pretendientes. Claro está sin utilizar arma alguna.

Llegado 1964 Connie se impuso, casándose con su agente de prensa, Dick Kanellis. Unión que duró un suspiro. Pocos meses también fue el tiempo que estuvo casada, a partir de 1971, con un peluquero llamado Izzy Marion. El tercer esposo fue quien más le duró, cuatro años. Tenía una agencia de viajes y se llamaba Josep Garzilli. No pudieron tener hijos y Connie recurrió a la adopción de un varón al que impusieron el nombre de Joseph (Joey). El cuarto y definitivo último esposo era productor de televisión, de apellido poco saludable, Bob Parkinson, con el que matrimonió en 1985. El tipo, por razones que desconocemos, abandonó a la cantante. Quien ya no tuvo más ganas de reincidir en ningún enlace más. Y cuando volvió a enamorarse, lo hizo ya sin papeles de por medio con un cantante italo-americano, Tony Ferretti, con quien grabó algunos discos y fue su pareja hasta que éste falleció en 2022.

Hemos dejado al final de esta historia de Connie Francis para contarles su lado más oscuro, triste, desgraciado. Ocurrió el episodio que llevó a la cantante a un estado preocupante cuando en el otoño de 1974 aceptó participar en un festival a las afueras de Nueva York. Era el 8 de noviembre, fecha que nunca olvidaría. Un macarra la asaltó, navaja en mano, amenazándola para llevarla a la fuerza del brazo hasta la habitación de un motel de carretera, donde la violó y a punto estuvo de que muriera al lanzarle un pesado colchón, que le causó un momento de asfixia. Desapareció el despreciable sujeto y nunca más se supo de él por mucho que la cantante lo denunciara a la policía. Lo que Connie Francis hizo también es interponer una querella a la cadena de moteles donde en uno de los cuales había sido forzada. Fue indemnizada con dos millones y medio de dólares.

Pero aunque la indemnización fuera importante a Connie Francis aquel suceso le supuso un larguísimo calvario. Tomaba ¡cincuenta pastillas diarias! de un tranquilizante. Pasó por una veintena de hospitales, clínicas psiquiátricas. Llegaron a diagnosticarla como enferma de una psicosis maniaco depresiva. Estuvo a punto, en ese ir y venir a tantas experiencias médicas, de quitarse la vida. Cuatro años permaneció retirada de su profesión, incapaz de cantar. Y es que en 1977, tres años después de la agresión sexual de que fue víctima, perdió por completo la voz y hubo de someterse a varias operaciones de garganta y a interminables sesiones de rehabilitación.

Y cuando iba recuperándose de todos sus males pasó por otro episodio dolorosísimo: el asesinato de su hermano George, en 1981, a manos de sicarios de la mafia americana.

Fueron pasando los años. Y ella siguió cantando donde podía Resulta anecdótico que, a sus ochenta y siete años, la habían contratado hacía poco tiempo para un evento musical este mes de julio. Que lamentablemente, no ha podido cumplir.

Recogemos unas declaraciones suyas: "Me gustaría ser recordada no por las cimas que he alcanzado sino por las profundidades de las que me he levantado. De lo que más orgullosa me siento es de haber luchado hasta el final para salir de tantos momentos difíciles como viví".

A finales de junio último fue internada. Acusaba dolores fortísimos en la cadera y en la pelvis. En principio los facultativos le diagnosticaron una fractura. El parte médico a su muerte determinaba que la causa era por neumonía.

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