Hace días supimos que Fox, que amparaba y emitía esta producción del mismísimo Steven Spielberg, y promocionada como la serie más cara de la historia, cancelaba su producción de forma abrupta después de una única temporada. Su emisión quedaba entonces en manos de otras cadenas y, particularmente, en la plataforma Netflix, que había expresado interés en adquirir sus derechos, pero que finalmente no llegó a un acuerdo con el estudio, condenando la serie a su extinción prematura. De manera oficial, ya no habrá segunda temporada de Terra Nova, pese a que el desenlace de su primer año (emitido por Cuatro esta misma semana) dejó todos los cabos sueltos necesarios para ello, con el villano Lucas (Ashley Zuckerman) en pleno arrebato destructor. ¿Qué ha pasado para que la producción más ambiciosa de la temporada sea de las primeras en morder el polvo?
Terra Nova aspiraba a captar no sólo a la audiencia fanática de la ciencia ficción que apoya producciones de culto como la reciente (y espléndida) Battlestar Galactica, o los sucesivos derivados de Star Trek, sino a un público familiar y masivo que se identificase con las aventuras del grupo protagonista. Es más, su enorme presupuesto le obligaba a ello. Pero mientras todo eso ocurría, la audiencia en su país de origen había pasado de los sólo correctos 9,2 millones de espectadores de su debut a unos alarmantes 7,2 millones, cifra que imposibilitaba la llegada de beneficios para Fox, sobre todo teniendo en cuenta la abultada factura del rodaje en las atractivas tierras de Queensland, en Australia.
La audiencia, de todas formas, nunca llegó a estar satisfecha con una serie que en ningún caso era horrorosa, pero en la que los dinosaurios digitales que se cruzaban en el camino de sus protagonistas parecían plastificados, por mucho que ésta estuviera apadrinada por el realizador de Parque Jurásico. O con su apuesta por unas tramas previsibles y demasiado sentimentales que no compensaban los deseos de acción de la audiencia, aunque en su último tercio la acción se acelerase convenientmente. Terra Nova, en definitiva, y pese a buen aspecto y aceptable nivel de entretenimiento, nunca logró desprenderse de su apariencia de producto derivativo de las aventuras en la Jungla de Avatar de James Cameron (compartía, de hecho, uno de sus protagonistas, el estupendo actor Stephen Lang, como el comandante Nathaniel Taylor, el padre del villano) o el inalcanzable sentido del suspense de Perdidos, pese a la fragmentación de la acción en varias líneas temporales.
¿Cabe la posibilidad de que estemos ante un fenómeno fan como el de Firefly, otra serie de ciencia ficción cancelada por Fox tras una primera y prometedora tanda de capítulos, pero que sigue siendo alabada años después como producto de culto? La posibilidad es más que remota, ya que precisamente las grandes ambiciones de Terra Nova, tan deseosa y necesitada de llegar al público masivo, han provocado la decepción de los insistentes -y exigentes- fans del fantástico, esos mismos que lograron que la propia Firefly saltase al largometraje años después con el largometraje Serenity, o que la animada Padre de Familia lograse volver a la parrilla tras sus altísimas ventas en DVD.
No obstante y a pesar de eso, Terra Nova es todavía una de las estrellas de la programación de Fox España y Cuatro. La serie producida por Steven Spielberg acapara la programación del fin de semana del 7 y el 8 de abril, en plena Semana Santa, con maratones de los trece capítulos, la serie completa, partir de las 16 horas en ambos días, que les darán la oportunidad de descubrir la serie, o bien comprobar si Fox ha obrado con justicia.