
La situación en el sur de Líbano se ha complicado desde hace semanas. Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) han iniciado una ofensiva para acabar con el grupo terrorista Hezbolá en el sur de Líbano y en medio de ese conflicto se encuentran unos 10.000 cascos azules de la ONU, en una misión que a principios de septiembre fue ratificada en las Naciones Unidas por los propios gobiernos de Israel y Líbano.
La misión de cascos azules (UNIFIL) ha denunciado en los últimos días ataques deliberados del Ejército israelí contra algunas de sus posiciones, incluyendo el cuartel general de la misión de la ONU en Naqoura, mientras que las Fuerzas de Defensa de Israel han mostrado vídeos de entradas a túneles de Hezbolá en las cercanías de torres de observación de los destacamentos de las Naciones Unidas en la zona.
En este contexto, los ministros y secretarios de Estado de Defensa de los 16 países de la Unión Europea que tienen cascos azules en la zona han participado en una videoconferencia para pactar una postura conjunta ante la situación. Han participado representantes de Francia, Italia, España, Austria, Croacia, Finlandia, Grecia, Irlanda, Letonia, Holanda, Polonia, Alemania, Estonia, Hungría, Malta y Chipre.
En la misma, según han informado fuentes del Ministerio de Defensa español, se ha acordado que todos los países de la Unión Europea mantengan sus contingentes y aportaciones de personal a la zona y que sólo se produzca una retirada si así lo considera las Naciones Unidas, organismo internacional bajo cuya bandera se encuentran desplegados esos efectivos en el sur de Líbano.
"Nos hemos reunido para poner en valor toda la preocupación que tenemos en este momento por la situación de UNIFIL en Líbano. Hemos sido muy claros en decir que es esencial y fundamental que esta misión continúe para dar cumplimiento a la Resolución de Naciones Unidas. Nadie más que las propias Naciones Unidas pueden tomar decisiones sobre esta misión y, por tanto, permaneceremos unidos en Líbano", ha mantenido Margarita Robles.
La misión de cascos azules en el sur de Líbano está dirigida por el general español Aroldo Lázaro Sáenz, que comanda a unos 10 cascos azules de unas 40 nacionalidades diferentes. Los países que aportan un mayor número de militares son Indonesia (1.234), India (895), Ghana (875), Nepal (874) e Italia (868). En el caso español, hay 650 efectivos de las Fuerzas Armadas desplegadas en Líbano.
La misión de estos cascos azules es vigilar el cese de las hostilidades de 2006, apoyar el despliegue del Ejército del Líbano en el sur del país (controlado por los terroristas de Hezbolá) coordinándolo con los gobiernos de Líbano e Israel, ampliar la asistencia humanitaria a la población local, asistir al Ejército del Líbano a mantener la Blue Line libre de armamento ajenas (el ejército del Líbano no tiene capacidad de realizar esta actividad).
Por último, la última misión, que tampoco ha sido solicitada por el Gobierno de Líbano y que sólo pueden hacer bajo petición del Gobierno de Líbano, sería blindar las fronteras para impedir la entrada de armamento al país sin supervisión del Gobierno de Líbano. Por tanto, en ningún caso la misión de los cascos azules es desarmar a Hezbolá.

