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MANUTE BOL, 2.31 METROS

La pesadilla de uno de los jugadores más altos en la historia de la NBA

Nació en Sudán, jugó en cuatro equipos de la NBA, ganó millones de dólares, apoyó a la guerrilla de su país y su esposa e hijos lo abandonaron. Es la historia de Manute Bol, que hoy vive arruinado en Jartum, pueblo de Sudán, aquejado de un reumatismo en sus rodillas y sin dinero. El New York Times revela en un dramático reportaje la vida de este jugador que un día lo tuvo “todo” y hoy “nada”.

L.D.- “Es tan delgado que para ahorrar dinero en viajes simplemente los envían por fax”. Son palabras del cineasta Woody Allen sobre el impresionante aspecto físico que ofrecía el sudanés, Manute Bol, cuando jugaba en el mejor baloncesto del mundo, la NBA. Bol, que un día firmó contratos como jugador por más de 2 millones de dólares, vio aumentado sus ingresos al sellar acuerdos con firmas como Nike, Kodak, Toyota, y manejó coches de lujo, compró casas en EE.UU, Egipto y Sudán, hoy –señala el New York Times- no tiene nada.

Manute posee el récord en tapones en la NBA y que aún nadie ha superado: 397 tapones. Su altura, 2.31 metros. El hombre más alto de la liga estadounidense, junto con el rumano Gheorghe Muresean. Debutó en la NBA en 1985, y era especialista en arrebatar balones en el aire. Fue una auténtica pesadilla para los jugadores rivales que intentan encestar de larga distancia. Manute con solo colocar la palma de su mano, impedía los dos puntos rivales.

Pero la historia de este hombre es digna de Ripley. Ya que la mayor parte de su fortuna la invirtió en fracasos. Bol asegura que la mayor parte de su patrimonio lo perdió luego de apoyar a la guerrilla de su país. Gastó millones de dólares en la guerra civil de su país. Bol era el respaldo financiero de la guerrilla. Se calcula que regaló más de 3,5 millones de dólares a dicho movimiento.

Bol deja la NBA en 1995. Posteriormente emigró al baloncesto italiano y finalmente recaló en Uganda, donde dejó este deporte por graves dolencias en sus rodillas y manos. Sufre de reumatismo. Ya casi ni camina por los dolores que tiene, y eso que sólo tiene 39 años de edad. Y el drama es peor porque su primera esposa y sus cuatro hijos lo abandonaron para irse a Estados Unidos. Y Manute Bol, no puede ir a verlos. Está comprometido con la causa de su país. Si sale, podrían matarlo.

Actualmente el ex jugador de la NBA vive como pastor de vacas y cuida de su humilde choza en Jartum. Frecuenta una cancha de cemento quebrado donde juegan baloncesto con una pelota rota los niños de su pueblo. Allí, Manute es recibido como un ídolo. Le quieren. Le respetan. Es una leyenda en Sudán. Lo fue un día en Estados Unidos, siendo el hombre más alto de los tableros. Hoy, nadie se acuerda de él. Y Bol quiere que la NBA le de una pensión para vivir. La semana pasada estaba casi sin alimentos. Sobrevive gracias al apoyo de dos mujeres con quien convive. Pese que no se mueve corporalmente como antes, si lo hace su mente. Su rostro suelta una lágrima al recordar que un día fue millonario y lo tuvo todo. Hoy, está solo. Y sin dinero. De la fama...al estrellato y de ahí, se estrelló.

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