El Barcelona perdió en Pamplona su segundo partido del campeonato y dice prácticamente adiós a la Liga. Desde su victoria en el Bernabéu, los culés sólo han conseguido ganar a domicilio en La Rosaleda, dejándose puntos en Cornellà, El Madrigal y el Reyno de Navarra.
Aunque el encuentro del sábado se presumía trampa, Guardiola decidió dejar en el banquillo a Xavi, Iniesta y Cesc, tres jugadores clave para su equipo. Además, también tenía la baja de Sergio Busquets, con lo que el técnico no contó con cuatro campeones del mundo.
Seguramente pensando más en el encuentro de ida de octavos de la Champions ante el Bayer Leverkusen, Guardiola prefirió no exponer a los tres hombres más importantes que tiene en el centro del campo al césped duro y peligroso del Reyno de Navarra. El resultado: un equipo desdibujado en la primera parte a expensas de su rival.
Sergi Roberto, Thiago Alcántara y Javier Mascherano no fueron capaces de llevar la pelota cerca de la portería de Andrés y se vio al peor Barça en años durante la primera parte. En la segunda, el equipo mejoró con la electricidad de Tello y Cuenca, pero ya era demasiado tarde.
El partido era crucial y lo sabía Guardiola. Por ello, sorprende aún más la arriesgada alineación que puso en liza, que le acabó saliendo bien. El técnico conocía la importancia de los tres puntos y se vio con sus reacciones en el banquillo.
Nervios en la banda
Guardiola estuvo tenso como nunca. Con el primer gol de Lekic, se volvía a su banquillo resoplando, mientras que los de Mendilíbar celebraban el tempranero tanto. Pero cuando mayor tensión y frustración experimentó el técnico fue con las decisiones arbitrales.
En rueda de prensa no tocó el tema, pero la reacción de Guardiola cuando el colegiado anuló el tanto de Alexis que hubiera supuesto el empate en la recta final del partido llama mucho la atención.
El entrenador se fue a un monitor para ver la repetición y, una vez observada la jugada, Guardiola se fue al asistente de Paradas Romero para decirle algo al oído. El árbitro, por cierto, acertó en esa jugada clave, aunque tuvo un papel muy polémico en otras jugadas decisivas.