La Federación Española de Fútbol ya adelantó ayer su plan para que los silbidos de los aficionados vascos y catalanes cuando suene el himno se escuchen lo menos posible. Y a la vista – o más bien escucha– de las pruebas de sonido, va a ser todo un éxito.
Según han asegurado varios de los técnicos que participan en los ensayos con el poderoso equipo, de 100.000 vatios de potencia, el ruido es "insportable". "Si alguien pasa frente a los altavoces lo revienta, se han pasado tres pueblos; estoy pensando en llevarme tapones", explicaba un informador a elmundo.es.
"A los que estén en las primeras filas les va a hacer polvo; ayer, cuando los probaban, hacían daño en los oídos", señalaba. Según uno de los técnicos que acudió a los ensayos, la intensidad del sonido podría superar los 100 e incluso los 120 decibelios, lo que está considerado por los expertos como 'umbral del dolor'.
Este sistema de altavoces ya se usó en la pasada final de Copa del Rey, entre el F.C. Barcelona y el Real Madrid. Y lo se pretende evitar lo ocurrido hace dos años en Mestalla, cuando las mismas aficiones silenciaron el himno de España, que esta vez sonará sólo por espacio de 30 segundos.