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El Real Madrid pierde la Final Four

Sexta Copa de Europa para Maccabi. El año que viene el Madrid buscará la novena en casa

Los jugadores del Real Madrid, desolados. | EFE

¿Les suena la historia de Olympiakos, aquel equipo que llegó de tapado a las dos últimas Final Four y que terminó ganándolas? Pues vistan de amarillo a los rojiblancos, trasládenlos a Israel, y verán el perfecto reflejo en un Maccabi de Tel Aviv que se ha proclamado campeón de Europa con total merecimiento cuando era claramente el último en las apuestas para hacerse con el cetro continental.

Quizá por el peso de la historia, quizá porque los recuerdos del año pasado estuvieron pendientes todo el partido, pero el caso es que el Real Madrid no hizo su mejor partido ni mucho menos en la final de Milán. Trabajó, se fajó, dio la cara, pero una vez más el equipo rival, como ocurriera la pasada temporada con los griegos, supo encontrar los puntos débiles del equipo blanco, especialmente con una defensa y un rebote que evitaron en todo momento ver la mejor versión del Real Madrid en el Mediolanum Forum de la ciudad lombarda.

Y eso que el comienzo del duelo recordó por momentos a la semifinal ante el Barcelona. Los blancos tardaron en entrar al partido, pero cuando lo hicieron lograron nuevamente, como ante los azulgrana, poner tierra de por medio. Hasta por once puntos llegaron a dominar los de Laso mediado el segundo periodo, en los mejores minutos de partido de un Felipe Reyes inconmensurable y un Rudy Fernández muy acertado en la primera parte. Sin embargo, Maccabi, como podía ser previsible, se aferró al partido cuando peor estaba, merced a los puntos de Rice y Blu, y un triple de éste casi sobre la bocina del descanso dejó todo muy igualado al descanso (35-33). Los hebreos se habían metido en el partido para ya no irse nunca más.

Como suele ser habitual cuando no todo sale rodado, varios de los bastiones del Madrid no tuvieron su mejor día ante el Maccabi. Sergio Llull se quedó sin anotar y sufrió lo indecible para parar a la dupla Rice-Hickman, auténticos verdugos blancos. Mirotic no fue el que había sido ante el Barça y volvió a dejar dudas en una gran final, como un Rudy Fernández que no ejerció de líder en el último cuarto, quizá lastrado por la lesión en su dedo con la que lleva jugando varias semanas. El Madrid se encomendó a Sergio Rodríguez, inspirado en el tiro aunque bien defendido por los exteriores del Maccabi, mientras en el bando rival había una aportación más coral, con Rice y Hickman penetrando una y otra vez, Smith y Blu machacando desde fuera, y el colosal Alex Tyus hurgando en el rebote defensivo merengue. Pese a tal panorama, una canasta de Darden puso al Real Madrid cuatro arriba bien entrado el último cuarto, aunque fue después Maccabi quien tuvo la victoria en su mano evitando la prórroga.

En el tiempo extra, los problemas con las faltas personales de Sergio Rodríguez, que de hecho acabó eliminado por faltas, impidieron que el canario saliera desde el comienzo de los últimos cinco minutos, y al equipo de Laso se le hizo de noche ante un Maccabi y una grada poblada de judíos que ya se lo había creído. Ahí ya no hubo ni rastro del Real Madrid clarividente que encandila al más pintado. La lucha y las ganas de ganar no fueron suficiente. El Maccabi vestido de Olympiakos volvió a hacer el milagro. Un milagro en el que un entrenador llamado David Blatt tiene mucha culpa, y es que el norteamericano colecciona victorias imposibles en toda su carrera, y en esta misma Euroliga.

Ficha técnica

Real Madrid: 86, (16+19+18+13): Llull (0), Rudy Fernández (15), Darden (7), Mirotic (12), y Bourousis (12) –cinco inicial- Reyes (12), Carroll (5), Díez (0), Rodríguez (21), Slaughter (2), y Mejri (0).

Maccabi Electra: 98 , (15+18+20+20+25): Ohayon (4), Hickman (18), Pnini (0), Smith (15), y Schortsanitis (9), - cinco inicial – Rice (26), Ingles (0), Tyus (12), y Blu (14).

Árbitros: Christodolou (Grecia), Jovcic (Serbia) y Pukl (Eslovenia). Eliminaron por 5 faltas personales a Marcus Slaughter y Sergio Rodríguez.Incidencias: partido disputado en el Mediolanum Forum de Milán, ante 11.843 espectadores, correspondiente a la segunda semifinal de la Final Four de la Euroliga.

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