
El alero del Joventut Adam Hanga, exjugador anteriormente de Manresa, Baskonia, Fútbol Club Barcelona y Real Madrid, pasó este domingo por Tirando a Fallar, el programa temático sobre baloncesto de esRadio, en el que repasó el actual estado de forma de su equipo y también muchos de los momentos de su prolífica carrera, que le ha convertido en probablemente el mejores jugador húngaros de la historia del baloncesto.
Durante la extensa charla, el magiar reconoció que llegó a "obsesionarme con ganar la Euroliga", y que, tras quedarse a las puertas tanto en el Baskonia como en el Barça, lograrlo con el Real Madrid fue una liberación. "Consideraba que, si no ganaba una, mi carrera no hubiera valido nada. Estuve tantas veces antes tan cerca... Trabajé mucho tiempo con mi entrenador personal gestionando esas emociones", reconoció. Hanga ficho por el club blanco en 2021, aún con Pablo Laso como entrenador, y tras dejar, inesperadamente para él, la entidad culé. "Pensaba que me retiraría en el Barça, me preparaba para eso... así que fue muy duro no seguir", admitió. Sin embargo, no dudo en valorar su rápido encaje en el eterno rival catalán, donde se adaptó como un guante. "Siento que los dos años en Madrid fueron más, sentía como si llevara mucho tiempo allí'", agradeció.
Hanga ganó cuatro títulos en el club madrileño, los mismos que antes en la Ciudad Condal, pero con el valor añadido de haber podido alzar la Euroliga en Kaunas en 2022, tras perder agónicamente la final un año antes, ante el Anadolu Efes. "Cuando iba por el túnel de vestuarios tras aquella derrota, pensaba que había sido mi última oportunidad", reconoció. Sin embargo, la misma llegó en tierras lituanas y el polivalente jugador logró por fin cumplir su "sueño".
Sería uno de los últimos servicios de Hanga al Real Madrid, club que abandonó en 2023 con destino al Estrella Roja de Belgrado. Empero, su salida fue menos inesperada que en el caso del Barça, e incluso el veterano jugador del Joventut desveló una anécdota que se le quedó grabada a fuego, y que se produjo cuando el presidente blanco, Florentino Pérez, le envió un coche para recibirle personalmente en su despacho. "Quiso despedirme personalmente y darme las gracias por mi trabajo. Hablamos del club y me preguntó cómo pensaba yo que podía mejorar el Real Madrid. Me pareció increíble que alguien como Florentino Pérez me preguntara lo que yo pensaba sobre eso. Para mí eso significa todo. Se habla del mejor club del mundo… y estos detalles, para mí como persona, son algo que recordaré toda mi vida, porque demuestran cómo es el Real Madrid y cómo tratan a los que han dado todo por la camiseta", agradeció.

