Es un secreto a voces que una de las claves del mal momento por el que atraviesa el Barcelona tiene que ver con su decadente estado físico.
Durante el partido de vuelta de los cuartos de final disputado en el Vicente Calderón ante el Atlético de Madrid, la diferencia de intensidad entre ambos equipos fue notoria. Mientras el Atleti recorrió 114,5 kilómetros, los jugadores culés tan sólo sumaron 102,5.
Dentro del deficiente esfuerzo azulgrana, destaca negativamente Leo Messi. El argentino fue el jugador que menos corrió, 7 kilómetros, de los 22 titulares.
El Barcelona, que acumuló un 72% de posesión, no tuvo paciencia ni rigor para hacer circular el balón con un ritmo elevado para intentar derribar el muro rojiblanco. El sistema de ayudas puesto en liza por el Cholo, anuló completamente el entramado ofensivo de un equipo que pasa por su peor momento de forma de la temporada justo en el momento decisivo de la misma.
El Atlético aprovechó su 28% de posesión para rematar más veces que el Barcelona a portería (6-4). Además, le bastó completar 118 pases con éxito (frente a los 591 del Barcelona) para imponerse al actual campeón de Europa. En el cómputo global de faltas, el Atlético dobló en número al Barcelona: 20-10.