No era el león tan fiero como lo pintaban. Y el muerto tampoco era tal: los enterradores tendrán que guardar las palas para otro día porque el Real Madrid siempre está vivo, y más en su competición, una Liga de Campeones que domina con mano de hierro con 14 entorchados. Primer asalto vibrante en el Santiago Bernabéu, donde los blancos y el Manchester City, que sigue con la sed de venganza intacta, han empatado (1-1) para dejarlo todo pendiente de cara al choque de vuelta, el miércoles 17 de mayo en el Etihad Stadium.
Un partido espectacular entre dos de los mejores equipos del mundo, si no los mejores. Se adelantó el Madrid, después del dominio inicial del City, con un golazo de Vinícius superada la media hora, y empataron los ingleses, ya en una segunda parte en la que los de Carlo Ancelotti estaban siendo mejores, con el tanto de Kevin de Bruyne, un jugador que atraviesa un momento de forma espectacular. Así es el fútbol: domina uno, pero marca el otro. Y a dos equipos como estos, Madrid y City, nunca se les puede regalar absolutamente nada.
A Pep Guardiola, huelga ya decirlo a estas alturas de la película, le gusta que su equipo tenga la pelota, y en un escenario como el Bernabéu, donde la afición blanca presumió de 14 Copas de Europa con un tifo espectacular, no iba a ser menos. Tanto el de Sampedor como Carletto tenían bajas importantes atrás: el catalán, sin Nathan Aké; el italiano, sin Éder Militao, el "defensa pesimista" al que el propio Ancelotti dio recientemente un tirón de orejas en público por sus desastrosos partidos en Gerona y San Sebastián. Y el City, con la posesión por bandera, empezó metiendo el miedo en el cuerpo.
Courtois tuvo faena a destajo en los primeros compases, desviando peligrosísimos disparos desde fuera del área de Rodri y un Kevin De Bruyne que se fue entonando cada vez más. El que no aparecía era Erling Haaland. No generaba peligro suficiente el noruego ante el marco local: lo intentó con dos remates, ambos flojos y sin problemas para Thibaut —de nuevo enorme el belga, sin lugar a dudas el mejor portero del mundo—, en lo que serían sus únicas apariciones en los primeros 45 minutos.
Al Madrid le costó espabilar, pero lo hizo. Al son de Rodrygo, que está en un gran momento de forma después de su exhibición contra Osasuna en la final de la Copa del Rey en Sevilla, y, por supuesto, Vinicius. De nuevo la conexión brasileña del Madrid. Vini, un puñal por la izquierda, lo intentó con un centro que buscaba a Benzema en el segundo palo y que Rúben Dias cortó providencialmente.
Una acción que animó a un Madrid que se fue a apretar arriba con decisión y que tuvo sus mejores minutos, coronados con el golazo de Vinicius. Modric ejecutó una pared de clase con Camavinga y el francés, tras conducir la pelota, se la dejó a un Vini que sorprendió a su compatriota Ederson con un golazo sencillamente espectacular desde fuera del área. Una faceta muy poco habitual en el repertorio del 20 blanco, que es capaz de todo. Cuando mejor estaba el City llegó el 1-0, y en la segunda parte, con el Madrid dominando, sería a la inversa.
Un segundo tiempo que comenzó con bastante ritmo. El City tenía la pelota, con De Bruyne reclamando cada vez más protagonismo, pero el Real Madrid empezó a arrebatarle la posesión a los de Guardiola. El partido se iba abriendo poco a poco, pero las ocasiones se teñían de blanco, aunque también es verdad que al conjunto de Ancelotti le faltó más finura en el último pase para haber sacado más premio.
Y, como en la primera mitad, dominaba uno, pero el gol fue para el otro. Esta vez con un potente disparo de De Bruyne, muy suelto al borde del área para recibir la asistencia de Gündogan, prueba de que los centrocampistas llegadores del conjunto skyblue se habían soltado.
Quedaba el tramo final y ver qué ases se sacarían de la manga tanto Ancelotti como Guardiola. Faltaba ver también con qué ambición afrontarían los minutos restantes los equipos. El Madrid no quiso arriesgar en exceso y retornó al plan de los primeros 45 minutos, esperando por si aparecían los espacios para montar una transición, pero fue a balón parado como hizo intervenir a Ederson, soberbio para repeler el cabezazo de Benzema en el segundo palo.
Asensio, Tchouaméni y Nacho —éste por un incombustible Modric, especialmente teniendo en cuenta la edad del croata y que acaba de salir de una lesión— tuvieron sus minutos. Los sacrificados, un Rodrygo poco participativo, pero que siempre que entró en contacto con el balón creó peligro, y un Toni Kroos eficiente y que dio equilibrio a los suyos. Tchouaméni también tuvo una magnífica ocasión con un potente disparo desde fuera del área, pero Ederson estuvo espectacular para evitar el 2-1 en el último suspiro y mantener el empate en el marcador. Un 1-1 que deja todo abierto de cara a la vuelta dentro de ocho días en el Etihad Stadium.
Ficha técnica
Real Madrid, 1: Courtois; Carvajal, Rüdiger, Alaba, Camavinga; Kroos (Tchouaméni, m.84), Modric (Nacho, m.87), Fede Valverde; Rodrygo (Marco Asensio, m.81), Vinícius y Benzema
Manchester City, 1: Ederson; Walker, Rubén Días, Akanji; Stones, Rodri, Gündogan; De Bruyne, Bernardo Silva, Grealish; y Haaland
Goles: 1-0, m.35: Vinícius; 1-1, m.67: De Bruyne
Árbitro: Artur Días (Portugal). Amonestó a Kroos (45+2), Camavinga (79) y al técnico Carlo Ancelotti (68) por el Real Madrid; y a Gündogan (71) y Bernardo Silva (86) por el City
Incidencias: Partido de ida de las semifinales de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Santiago Bernabéu, lleno, con 63.485 espectadores en la grada