El Pamesa vence al Ulker Estambul y espera ir a la Final Four; el Barça dilapida sus opciones
El Pamesa Valencia se ha impuesto al Ulker Estambul (78-72) en la última jornada de la segunda fase de la Euroliga, competición de la que se habrá despedido si no prospera su recurso de apelación por el caso Maccabi, su única esperanza ahora para poder acceder a la Final Four. Por su parte, el Barcelona dice adiós a la cita de Tel Aviv después de caer ante el Benetton de Treviso (88-72).
Un tiempo muerto de Paco Olmos cuando el reloj apenas había descontado tres minutos de los cuarenta que tenía que correr, despertó al equipo valenciano. De la mano del impetuoso Robert Pack y del contundente Dimos Dikoudis, que anotó once puntos en el primer cuarto, el Pamesa se hizo con el mando del encuentro (30-21, m.13). Los dos equipos dieron entrada a jugadores de refresco y el partido se estabilizó. Conducido con brío por el joven Pedro Llompart, el Pamesa anotaba con facilidad pero no conseguía frenar la fluidez ofensiva del Ulker, y el conjunto de Olmos termina por estar incómodo cuando su defensa no funciona como debe.
Tras el descanso, un nuevo triple de Naumoski restableció el empate inicial en el marcador y el partido pareció volver a comenzar. De nuevo la brillante conexión entre el macedonio y Blair, facilitada por la mala lectura de los bloqueos de la defensa local, castigó la falta de concentración del Pamesa. El choque entró en sus último cuarto con las tablas instaladas en el marcador y con el juego de ambos equipos plagado de imprecisiones. El triunfo final se lo dio al Pamesa su mayor determinación, canalizada a través del griego Dikoudis, que fue quien anotó los puntos que le permitieron despegarse definitivamente y cerrar su participación como local en la Euroliga con una nueva victoria.
Svetislav Pesic quiso atajar de raíz esta dinámica con la entrada en pista de Gregor Fucka tras meses lesionado, pero apareció entonces Bulleri para mantener siempre en ventaja al Benetton de Treviso. Tras una máxima de doce puntos (23-11), las diferencias al término del primer cuarto eran de diez (23-13) y las cosas pintaban complicadas para el Barcelona. El equipo catalán, consciente de que todas sus opciones pasaban primero por una victoria en Italia, cambió su imagen en el segundo periodo, que inició con un parcial de 0-7 que puso el miedo en el cuerpo al conjunto de Ettore Messina, especialmente sensible por su reciente trayectoria negativa. Un triple de Nacho Rodríguez sirvió para poner por primera vez al Barcelona con ventaja en el marcador (25-26) y, a partir de ese instante, el cuadro azulgrana llevó siempre la iniciativa, con la excepción de un empate provisional (27-27). Juan Carlos Navaro, aunque también Vlado Ilievski, resultó decisivo para que el Barcelona, que dispuso de diferencias a favor de hasta cinco puntos (32-37), se fuese al descanso con un 36-37 que le permitía soñar con un triunfo en Treviso y una carambola simultánea en el Panathinaikos-Montepaschi.
Todas estas ilusiones se vinieron abajo en el tercer cuarto, en el que la defensa zonal del Benetton Treviso se le volvió a atragantar a los azulgrana, como ya sucedió en el partido de la primera vuelta en el Palau Blaugrana. Un parcial de 8-0, completado con un triple de Jorge Garbajosa, situó la ventaja del equipo italiano en nueve puntos (50-41) y, poco después, llegó una primera máxima de dieciséis puntos (56-43) que llegó a ser de diecisiete (64-47) hasta acabar el periodo en un 68-52 que prácticamente desequilibraba de forma definitiva la balanza. En el último cuarto, los méritos del Barcelona apenas fueron los de protagonizar un parcial de 0-6 para situarse a diez puntos del Benetton (70-56), pero el equipo de Ettore Messina ya se sabía ganador. Los últimos minutos, con las noticias que llegaban de Atenas, brindaron la imagen de dos cuadros desmotivados, que se sabían sin billete para Tel Aviv.
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