Se puede ser tonto, se puede ser muy tonto y se puede ser Fernando Gago. Tampoco creo que las declaraciones que el mediopensionista argentino acaba de realizar a ESPN provoquen un terremoto en el Real Madrid, (no en vano, su participación en los éxitos o fracasos de su equipo desde 2006 ha sido igual a cero) pero sí produce un pelín de frustración que un jugador que costó en su día la friolera de 20 millones de euros y que venía precedido de una (inmerecida) fama, no haya aprovechado su mucho tiempo libre a lo largo de estos últimos 60 meses para instruirse un poco, leer, prepararse y no hacer el más soberano de los ridículos. Se equivoca este chaval con nombre de malo de la serie Frijolito si pretende pagar ahora su frustración con el Real Madrid por no haber sido capaz de pegar una patada al aire y no contar ni medio minuto para técnicos tan diferentes como Capello, Schuster, Juande, Pellegrini o Mourinho: acúsese a los cinco de querer ganar partidos en vez de hacer lo posible por perderlos.
Pero seré benevolente con Gago. De acuerdo en que al Real Madrid se lo vendieron como si del nuevo Fernando Redondo se tratara, y Redondo y él se parecen tanto como Eva Hache y su tocaya Herzigova; de acuerdo también en que todas las noticias relacionadas con este 5 que jamás pasó de 4,5 han tenido más que ver con el presunto interés de Aston Villa, Liverpool, Juventus, Everton o Milan (interés que se esfumaba en cuanto les advertían de lo que cobraba el chico por rascarse la tripa) que con su juego; de acuerdo también en que si Gago se hubiera dado a la fuga sin previo aviso el 16 de noviembre de 2006 y hubiera reaparecido el 15 de marzo de 2011, absolutamente nadie le habría echado en falta. Démosle tiempo: aún puede explotar. Pero que sea una explosión controlada.
He creído siempre que a todos los jugadores que vienen al Real Madrid habría que hacerles entrega a la entrada de Valdebebas de un libro con la historia del club blanco. Gago sabrá, si acaso, qué significa jugar para Boca, pero se irá (o, por mejor decir, "le irán") sin tener ni puñetera idea de qué significa jugar para este equipo. Una pena. Gracias a Dios que la responsabilidad de forjar día a día la historia del mejor club de fútbol, querido Fernando Rubén, no recayó en jugadores como tú sino en Di Stéfano, Gento, Kopa, Puskas, Pirri, Amancio, Santillana, Hugo Sánchez, Roberto Carlos, Santamaría, Raúl... futbolistas cuyo denominador común fue no creerse que hubiera otro equipo mejor que el suyo. Calienta, Gago, que vas a salir... Seguro que eres un "crack", pero ya no lo serás más aquí. El Real Madrid tratará de sobrevivir sin tus pases a ningún sitio y tus carreras a ninguna parte. Pasó sencillamente que no te supieron valorar.