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El Tour de Francia alza el telón sacudido por la polémica del dopaje

El procesamiento por consumo de EPO del escocés David Millar, la exclusión del español Gorka González por un hematocrito elevado y la aparición de un libro que acusa de dopaje al estadounidense Lance Armstrong han sacudido al Tour de Francia a pocas horas de su comienzo. En lo estrictamente deportivo, el líder del US Postal afronta un reto histórico ante la posibilidad de convertirse en el primer ciclista que consigue seis triunfos.

L D (EFE) La 91 edición del Tour se pondrá este sábado en marcha en Lieja (Bélgica) con un prólogo de 6 kilómetros. Armstrong, de 32 años e imbatido desde 1999, se dispone a rebasar en el palmarés a cinco legendarios corredores que le acompañan en el "club de los cinco" de la carrera más célebre del mundo: Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Bernard Hinault y Miguel Induráin.

La carrera empieza con el cartel de favorito sobre Armstrong, pero este año son muchos los aspirantes que tratarán de amargar la fiesta al ciclista tejano, entre ellos los españoles Iban Mayo (Euskaltel) y Roberto Heras (Liberty Seguros). El líder de la oposición será el alemán Jan Ullrich, segundo el año anterior, pero los españoles sueñan con que Mayo ratifique su espléndida temporada 2004 y que Heras sepa asumir su condición de líder después de su paso como gregario en el US Postal.

Los síntomas reflejados en la última Dauphiné Libéré dio lugar al debate sobre el ocaso anticipado de Armstrong, pero el líder del US Postal , siempre frío y calculador, no solo no se puso nervioso tras ser batido ampliamente por Mayo. "No me obsesiona el sexto Tour. Me encuentro muy bien en todos los aspectos y quiero ir al día", avisa. El número uno despeja dudas a la hora de señalar a su principal enemigo: Jan Ullrich, un corredor dispuesto a cortar la racha triunfal que adorna al americano desde 1999. El líder del T.Mobile empezó la temporada como siempre, es decir, con kilos de más. También como siempre, y con una progresión tardía verificó su forma con éxito ganando la Vuelta a Suiza. "Quiero ganar y a eso vengo. La presión es para Armstrong", decía Ullrich, de 30 años y único corredor alemán que figura en el palmarés de ganadores del Tour.

Pero la lista de candidatos se abre con fuerza a nombres españoles. La baza de Iban Mayo cobra consistencia. Gran escalador, a sus 27 años, llega con moral "y a por lo máximo". El ciclista del Euskaltel tendrá terreno en la montaña y en concreto en la cronometrada de Alpe D´Huez para repetir sus demostraciones de la Dauphiné y poner en aprietos a sus rivales. Roberto Heras, ex gregario de Armstrong, deber demostrar sus dotes de líder en el Liberty Seguros. Rodeado de un buen número de corredores experimentados y de calidad, el vencedor de la Vuelta ansía dar el salto cualitativo como hombre Tour. Este puede de su año.

Otras opciones pasan por el estadounidense del Phonak Tyler Hamilton, segundo en la Dauphiné y otro de los hombres que batieron a Armstrong en el Ventoux. El italiano Ivan Basso representa el futuro, pero su calidad le anima a luchar entre los pesos pesados de la ruta dentro del CSC donde milita el español Carlos Sastre. El Tour contará con más alicientes aparte del proyecto sexto Tour de Armstrong. El francés Richard Virenque buscará el récord de victorias en la montaña que comparte con Bahamontes (6 triunfos). Los esprinters también tendrán sus opciones. El rey Alessandro Petacchi tendrá fuerte oposición con Mario Cipollini, Baden Cooke, Erik Zabel, Robbie McEwen, Bradley McGee y Jan Kirsipuu. Ante ellos se jugarán las llegadas masivas y el maillot verde.

Casi 3.400 kilómetros de carrera

La carrera propone 20 etapas repartidas en 3.395 kms, 11 llanas, 6 de montaña, con tres finales en alto, dos contrarrelojes individuales con un total de 75 kms, una por equipos de 65, y dos individuales, una de ellas la cronoescalada de Alpe D´Huez como gran novedad del Tour 2004. El Tour empieza cuando apenas se han apagado los últimos escándalos de dopaje, cuestión que le ha llevado al director de la carrera Jean Marie Leblanc, a prescindir de todos aquellos corredores implicados en algún proceso judicial.

En medio de estas polémicas de dopaje, a las que se une el trasfondo común de la investigación del caso Cofidis, los organizadores del Tour temen que los escándalos de dopaje agüen el 101 cumpleaños de la carrera más importante del mundo. El patrón del Tour, Jean-Marie Leblanc, no oculta que el de 2004 no tendrá nada que ver con el Tour del Centenario, que se desarrolló en un ambiente festivo, con un hermoso duelo deportivo y sin sacudidas mediáticas sobre el dopaje. "Sin duda fuimos ingenuos, vivimos un Tour tan bonito, que pensamos que los progresos habían sido rápidos y que el Centenario marcaría un cambio de era. Pero el caso Cofidis y las revelaciones de (Jesús) Manzano nos han devuelto brutalmente a la realidad: sigue habiendo tramposos", afirma el presidente de la sociedad organizadora, Patrice Clerc.

Los organizadores parecen haber perdido la esperanza en que la edición de 2004 se desarrolle por los cauces de la del año pasado, de que se repita el épico duelo entre Armstrong y Jan Ulrich o Iban Mayo y en que las crónicas de los enviados especiales sólo hablen de ciclismo. Han hecho todo lo posible para alejar las posibles sombras de dudas y para ello han multiplicado los controles antidopaje tradicionales, han introducido otros nuevos y han descartado a todos los ciclistas implicados en casos de dopaje, aunque ello suponga un atentado a la presunción de inocencia. "Lo que necesitamos es serenidad, no polémicas. Nuestro deporte sufre un problema de imagen ligado a esta permanente presencia del dopaje sobre nuestras cabezas", indica Clerc.

La sombra de Jesús Manzano

Bajo el mismo principio, el Tour descartó al equipo Kelme, al que había prometido un hueco en su pelotón, pero del que decidió prescindir cuando Jesús Manzano reveló en la prensa las prácticas ilícitas en el seno de la formación de Vicente Belda. Todas estas precauciones no han logrado que la alargada sombra del dopaje se cierna sobre un pelotón que será obligado a pasar más controles que nunca, lo que no le liberará de la sospecha. Se buscarán sustancias nuevas, con procedimientos novedosos, pero la sospecha seguirá presente.

Las revelaciones de Manzano, a las que se unen las de Philippe Gaumont y David Millar, dos de los implicados en el caso Cofidis, han puesto al descubierto que hay más ciclistas que consumen EPO de los que habían sido atrapados en la red antidopaje lanzada por las autoridades. Las imperfecciones del sistema han quedado al descubierto y ninguno de los ciclistas del pelotón está al abrigo de las sospechas.

Ni siquiera Armstrong, el ganador de las últimas cinco ediciones del Tour, el hombre que podría escribir la más gloriosa página de la historia de la carrera si lo ganara una sexta vez, algo que ningún otro hombre ha logrado antes. sta hazaña quedará para siempre manchada por la publicación de un libro, L.A. Confidential. Los secretos de Lance Armstrong, en el que dos periodistas acusan al estadounidense de ser un habitual de los dopantes. No son más que indicios", asegura Clerc, molesto porque la obra ha irrumpido en los quioscos a pocos días del inicio del Tour, lo que para el organizador es una prueba de que "hablar de dopaje en mayo y junio se ha convertido en un negocio".

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