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Fórmula 1

Todas las claves del Juego de Tronos de Red Bull y el último órdago de Horner al clan Verstappen

Horner, jefe de la escudería, avisa: "Tengo 16 pilotos esperando". La guerra civil interna, ni mucho menos, ha terminado.

Horner, jefe de la escudería, avisa: "Tengo 16 pilotos esperando". La guerra civil interna, ni mucho menos, ha terminado.
Órdago de un Horner reforzado a un Verstappen que filtra con Mercedes | Agencias

La vida sigue igual en el Gran Circo. Red Bull se pasea en la pista. Llevan dos dobletes en los primeros Grandes Premios de la temporada. Sin embargo, en los despachos la cosa está mucho más tensa. La guerra civil que supuso la filtración de la investigación a la que estaba siendo sometido Christian Horner por un supuesto "comportamiento inadecuado" hacia una empleada del equipo -que le acusó de mandarle fotos de contenido sexual a su teléfono móvil- parecía terminar con el carpetazo que se dio a la investigación y que exoneró al jefe de la escudería.

Horner se enfrentó a una investigación de ocho semanas por parte de un abogado independiente designado por Red Bull y tras el estudio de las diferentes pruebas aportadas por ambas partes y escuchar a los implicados en el caso, el manager británico fue absuelto y se mantuvo en su cargo. La empleada fue suspendida y Horner, a pesar del tremendo desgaste que sufrió su figura públicamente, terminó saliendo reforzado del caso.

El carpetazo a la investigación parecía el final del conflicto interno que se libra en Red Bull. Nada más lejos de la realidad. El final del Caso Horner no ha terminado, ni mucho menos, con la auténtica guerra de Juego de Tronos que se libra en el interior de la cúpula de la escudería austriaca. Para entenderlo hay que señalar las cuatro patas que configuran el trono de poder en Red Bull. Por un lado tenemos a la propia escudería de Formula 1 que dirige con éxito Horner desde 2005. Luego está la matriz austriaca que ha cambiado de gestores tras la muerte de Mateschitz, y que representa Helmut Marko -el descubridor de Max Verstappen, asesor externo de Red Bull y una figura clave en todo este entramado-. La tercera pata del trono es la propiedad tailandesa, en manos del multimillonario Chalerm Yoovidhya -férreo defensor de Horner- y por último tenemos al clan Verstappen, con Max, su padre Jos y el mánager Raymond Vermeulen.

Tenemos dos bandos enfrentados entre sí: por un lado están Chalerm Yoovidhya y Horner y por el otro aparecen el clan de los Verstappen y Helmut Marko.

El punto de inflexión de las hostilidades de esta guerra interna -seria candidata algún día a ser un éxito de Netflix- hay que situarlo en 2023. Fue entonces cuando muchas voces críticas, hartas de las recurrentes salidas de tono en la prensa de Helmut Marko, alzaron la voz y pidieron su cabeza. Horner estaba deseando quitarse de encima el marrón de Marko y no hizo nada por evitarlo, pero entonces aparecieron los Verstappen para salvar el puesto del descubridor de Max. "La lealtad es uno de mis principios", dijo Max. En su contrato, Verstappen tiene cláusula en la que vincula su futuro al del Helmut. A pesar de tener contrato hasta 2028, podría salir si Marko ya no forma parte de Red Bull.

La actitud de Horner generó mucho recelo en el clan Verstappen, que aprovecharon el escándalo de su caso para pedir su cabeza. El padre de Max, pidió públicamente la cabeza de Horner tras filtrarse, de manera orquestada e interesada, la investigación a la que estaba siendo sometido por las duras acusaciones de la empleada de Red Bull. Horner ni perdona ni olvida el hostigamiento al que se ha visto sometido durante estas semanas hasta que se ha dado carpetazo definitivo a su investigación y su relación con el clan Verstappen está completamente rota. Su venganza se cuece a fuego lento.

El primero de los dardos envenenados de la venganza de Horner puede ser apartar a Helmut Marko -muchos le señalan como el topo que supuestamente destapó las conversaciones de WhatsApp entre la trabajadora de Red Bull y Horner-. El asesor austriaco de 80 años puede ser suspendido por esas supuestas filtraciones. De momento, Horner amaga con una decisión que generaría un terremoto en el clan Verstappen. El segundo dardo se lo ha lanzado públicamente Horner directamente a Max y su entorno tras el doblete de Red Bull en el Gran Premio de Arabia Saudí, sacando pecho del poder que tiene entre manos con la escudería que domina de cabo a rabo el Mundial. Si se quiere ir, el mayor perjudicado será Max:

Ningún individuo es más grande que el equipo. Tenemos un asiento libre para el año que viene (el de Pérez, que termina contrato). Tengo 16 pilotos desesperados para subirse a ese coche el año que viene y Checo está en la pole, es él quien tiene que perder el puesto. Tenemos una gran relación con Max.

No se puede forzar a alguien a estar en un sitio porque lo pone en un papel. Si alguien quiere irse del equipo, no irás contra su voluntad. Sea un operario de maquinaria o un diseñador o quien sea. Para estar en este equipo se necesita compromiso y pasión. Max tiene eso, lo vemos desde que tenía 18 años, no tengo dudas con su compromiso y pasión para el futuro

Un órdago a su piloto estrella tras destaparse el filtreo de los Verstappen con Mercedes -en 2025 se marcha Hamilton a Ferrari-.

Horner saca pecho y lanza un serio aviso a navegantes. La guerra civil de Red Bull, ni mucho, menos ha terminado.

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