Tierry Fidjeu. Hasta ahora, el nombre de este futbolista camerunés nacionalizado guineano era prácticamente desconocido, pero este sábado, sus planchazos, entradas a destiempo y su falta de reparo ante la posibilidad de lesionar a un rival, le ha colocado entre los futbolistas más despiadados sobre el terreno de juego. Golpeó sin miramientos a Íñigo Martínez y Alberto Moreno, sin consecuencias afortunadamente, aunque los nervios de los hombres de Vicente del Bosque comenzaron a encresparse. No contento con su actuación y, ante la pasmosa pasividad del árbitro -de Guinea Ecuatorial, por cierto-, Fidjeu apuntó hacia Xabi Alonso.
Con tan solo una tarjeta amarilla como leve regañina, el guineano, que juega en el Hans de Austria, sacó del partido a Xabi Alonso en el minuto 42. El madridista tocó balón y Fidjeu, que llegaba tarde, entró con una fuerza innecesaria enganchando el tobillo del tolosarra. El centrocampista se quejó sobre el césped del Nuevo estadio de Malabo donde, tras ser atendido por los servicios médicos, se retiró cojeando. El susto, a falta de más pruebas, ha quedado en una contusión.
"Lo siento mucho, no he ido a hacer daño a Xabi Alonso", decía el autor de la entrada tras el partido. Reina hizo señas de que Fidjeu estaba loco, el banquillo se agitó y el miedo a sufrir una de sus embestidas se apoderó de los internacionales españoles, y seguramente, de los directivos de sus respectivos clubes. El árbitro, sin embargo, miró para otro lado para evitar enseñarle la roja directa o, al menos, la segunda amarilla.
Más de un insensato
En la segunda mitad, con Fidjeu sustituido, fue Sipo quien asumió su papel de fiera descontrolada. Primero Navas y después Llorente se revolcaron sobre el césped tras sufrir férreas y absurdas entradas del guineano. Por suerte, el parte de bajas no reflejo más heridos que el tocado Alonso.
Los amistosos están poniendo a prueba la espina dorsal del Real Madrid, puesto que la contusión sufrida por Xabi se producía el mismo día en el que Khedira pasaba por quirófano tras la lesión sufrida ante Italia. El alemán dice adiós a la temporada con el club blanco. Aún quedan más pachangas esta semana entre selecciones, amistosos que deberían ser eso, eventos sin consecuencias deportivas para los jugadores y que entretengan a la afición.
El reparto de entradas innecesarias no fueron el único aspecto que dotó al partido de poco profesional. Durante el partido, los futbolistas jugaban con un balón blanco y, a ratos, con uno amarillo. Eran de la misma marca, pero distinto modelo. Además, el encuentro comenzó con retraso y se anunció los minutos de añadido con el tiempo ya cumplido. Anécdotas para endulzar una agria batalla.