Claudio Ranieri ha hecho historia. El italiano es el arquitecto de un equipo que ha pasado de luchar por el descenso a ser campeón de la liga inglesa. Con una plantilla de las más humildes de la Premier, con retales que vienen de ser descartes de otros equipos, el comandante italiano ha formado una familia compacta, solidaria, que juega de memoria.
Ranieri ha dado confianza a jugadores como Vardy, Schmeichel, Drinkwater, Mahrez o Kanté, que han demostrado tener calidad suficiente como para ser incluidos en el mejor once de la Premier y marcar diferencias en un equipo, donde la clase media compuesta por los Okazaki, Huth, Morgan o Fuchs tiene una importancia capital en labores de intendencia.
Los zorros rozaron la proeza de ser campeones en el Teatro de los Sueños, ante todo un Manchester United que se jugaba sus opciones de Champions. Tras el empate a uno final, el Leicester se ha convertido en campeón este lunes al aprovecharse del pinchazo del Tottenham ante el Chelsea en Stamford Bridge (2-2).
Curiosamente, el mayor artífice de la proeza del Leicester puede ser el último en enterarse de que su equipo hace historia. Y es que Claudio Ranieri estaba en un avión de vuelta a Inglaterra tras pasar el día en su Italia natal, justo cuando se disputaba el partido entre el Tottenham y el Chelsea.
Ranieri viajó el domingo a Italia para visitar a su madre de 96 años de edad. Almorzó con ella el lunes antes de volar de regreso a Inglaterra.
"No voy a ver el partido. Estaré almorzando con mi madre. Puedo ser el último en enterarme del resultado", dijo el técnico con una sonrisa en la rueda de prensa posterior al partido ante el United.
Un almuerzo que, sin duda, se habrá convertido en el más dulce y feliz de su vida.