El Chelsea tiene un problema con Joao Félix. El portugués ha abandonado el Atlético de Madrid en este mercado de invierno para jugar cedido en el club de Stamford Bridge hasta final de temporada —en una operación, sin opción de compra, que se ha ido a los 11 millones de euros—, pero su debut con la camiseta blue no pudo ser más aciago. El pasado 12 de enero, en el partido de la Premier League ante el Fulham (derrota del equipo de Graham Potter por 2-1 en Craven Cottage), Joao fue expulsado con roja directa a los 58 minutos por una durísima entrada sobre el neerlandés Kenny Tete.
Una expulsión que le ha salido cara tanto al propio Joao Félix como al Chelsea: mientras el jugador ha sido sancionado con tres partidos —ya se ha perdido los duelos contra el Crystal Palace (victoria por 1-0) y el Liverpool en Anfield (empate sin goles), tampoco jugará ante el Fulham y regresará el 11 de febrero ante el West Ham en el Estadio Olímpico de Londres, al club blue también le sale por un ojo de la cara los encuentros que el luso no puede disputar. Según el Daily Mail, esta roja directa le cuesta al Chelsea un total de 2,4 millones de euros teniendo en cuenta que han invertido un total de 23,6 millones en la operación y cada partido está valorado en unos 800.000 euros.
Lo cierto es que en Stamford Bridge no sólo tienen que hacer un esfuerzo económico por esta cesión de Joao, sino también deportivo, pues a la llegada del luso, de 23 años, se suman en este mercado de invierno las de otros fichajes de peso como son los del defensa francés Benoit Badiashile y el del extremo ucraniano Mijailo Mudryk, por el que los blues han pagado unos 100 millones de euros.
Así, el Chelsea tendrá que hacer hueco en su plantilla a las nuevas incorporaciones, sobre todo de cara a las rondas eliminatorias de la Liga de Campeones —los londinenses se medirán en octavos de final al Borussia Dortmund, con el partido de vuelta en Stamford Bridge—. El conjunto de Potter sólo tiene una ficha libre disponible en su equipo de Champions para los tres fichajes y, ahora mismo, la única forma en la que los londinenses podrían registrar los tres fichajes realizados en enero es dar de baja a dos jugadores extranjeros.
Según las reglas, un equipo puede tener un máximo de 17 jugadores no locales en su equipo para la Champions.
Así, ahora mismo los dos futbolistas que tienen más papeletas para salir del equipo en este mercado de invierno son Christian Pulisic y Pierre-Emerick Aubameyang. El estadounidense se recupera actualmente de una lesión en la rodilla que lo va a tener fuera de los terrenos de juego durante los próximos meses, mientras que el delantero gabonés, ex del FC Barcelona, apenas cuenta para Potter a la vista de que su rendimiento dista mucho del esperado.
Eso solucionaría la inscripción de Joao para el equipo de Champions (más el de Mudryk o Badiashile), pero siempre que el club logre dar salida a otros dos extranjeros, en un equipo que, dadas sus múltiples nacionalidades, parece la Organización de las Naciones Unidas.