Menú

Las futbolistas se salen con la suya al cobrarse la cabeza de varios dirigentes de la RFEF

Una de las condiciones impuestas por las chantajistas es el despido de varios pesos pesados, entre ellos el del secretario general Andreu Camps.

Una de las condiciones impuestas por las chantajistas es el despido de varios pesos pesados, entre ellos el del secretario general Andreu Camps.
Andreu Camps no seguirá en su puesto de secretario general de la Federación Española de Fútbol. | EFE

Motín sofocado de madrugada en la selección femenina de fútbol: 21 de las 23 jugadoras convocadas por Montse Tomé permanecen en la concentración y viajarán a Gotemburgo para medirse este viernes a Suecia en el inicio de la Liga de Naciones. De esta forma, sólo dos futbolistas —cuya identidad se desconoce por el momento— abandonan porque "no se sienten con ánimos y fuerzas" para seguir, según explicaba el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), Víctor Francos, tras reunirse en el hotel de concentración en Oliva (Valencia) con las propias futbolistas, con Tomé y con la presidenta del sindicato de jugadoras Futpro, Amanda Gutiérrez.

Obviamente, no hay nada gratis y, para que la mayoría de las jugadoras haya decidido permanecer en el equipo nacional —después de su amenaza de no acudir a la concentración, pese a que la Ley del Deporte contempla graves sanciones en este sentido—, las otras partes han tenido que ceder.

Para empezar no habrá sanciones, pese a que el propio Francos dijo hace sólo unas horas que "si las jugadoras no van, el Gobierno aplicará la ley", además de asegurar que "hemos hecho el ridículo como país" después de todo el conflicto generado en el fútbol femenino y calificar la situación de "inaceptable". Pero ahora el CSD da su brazo a torcer: "No queremos entrar en una deriva de sanciones (...) Aunque la ley dice que hay que sancionar (si no se acude a la selección), el Gobierno siempre ha tenido claro que no quería y que iba a intentar evitarlo". Donde dije ‘digo’, digo ‘Diego’...

Pero aún hay más. Hay una serie de cambios exigidos por las chantajistas para revolucionar el fútbol femenino español, cuyos cimientos se han visto sacudidos a raíz del beso que el ya expresidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, dio a la jugadora Jennifer Hermoso —la gran ausencia de la última convocatoria de la seleccionadora Montse Tomé— minutos después de que España ganara el Mundial femenino en Sydney (Australia) frente a Inglaterra.

El primero de esos cambios es crear "una Comisión Mixta de tres partes para poder hacer un seguimiento de estos acuerdos" —firmados por la RFEF y el CSD—, detallando que los que "afectan" meramente a su organismo tienen que ver con temas de "políticas de género, de avanzar en la igualdad de salarios o la calidad de las infraestructuras".

El segundo cambio supone una auténtica revolución en las altas esferas de la Federación Española: así, según ha podido saber Libertad Digital, las chantajistas se van a acabar saliendo con la suya al cobrarse la cabeza de varios pesos pesados del ente federativo como su secretario general, Andreu Camps; el director del Departamento de Integridad, Miguel García Caba; el director de marketing, Rubén Rivera; y el de Relaciones Institucionales, Antonio Gómez Reino.

Estas salidas se unirían a las ya conocidas de Luis Rubiales —dimitió de su cargo hace diez días— y Jorge Vilda, que el pasado 5 de septiembre fue despedido, apenas quince días después de haber hecho historia y haber llevado a la selección femenina a ganar un campeonato como la Copa del Mundo.

En cambio, parece que en el organigrama se mantienen —al menos de momento— figuras como el presidente del comité femenino de la RFEF, Rafael del Amo; la directora de fútbol femenino, Ana Álvarez, y la seleccionadora Montse Tomé, con quienes las jugadoras pudieron mantener más de una reunión a solas en las que se le transmitió el malestar generado tras su presentación, rueda de prensa y lista de convocadas.

Temas

En Deportes

    0
    comentarios