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El expresidente de los árbitros Velasco Carballo y 11 colegiados más, señalados por contratar al hijo de Negreira

Así se desprende de la declaración de una veintena de colegiados, recogidas en el sumario del caso Negreira al que ha tenido acceso Libertad Digital.

Así se desprende de la declaración de una veintena de colegiados, recogidas en el sumario del caso Negreira al que ha tenido acceso Libertad Digital.
El expresidente del CTA, Carlos Velasco Carballo. | Archivo

El expresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), Carlos Velasco Carballo y 11 colegiados más fueron señalados ante la Guardia Civil por sus propios compañeros por contratar los servicios de coaching del hijo del exvicepresidente del CTA José María Enríquez Negreira.

Velasco Carballo fue elegido nº 1 de los árbitros por el entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, en mayo de 2018 para sustituir a Victoriano Sánchez Arminio. Sólo 3 años después, Velasco Carballo era sustituido por el actual presidente del CTA, Luis Medina Cantalejo.

Según se desprende de la declaración de una veintena de colegiados, recogidas en el sumario del caso Negreira al que ha tenido acceso Libertad Digital, los árbitros en activo y retirados que contrataron los servicios de Javier Enríquez junto a Velasco Carballo fueron los siguientes: Javier Alberola Rojas, Juan Martínez Munuera, Alejandro Hernández Hernández y Alfonso Álvarez Izquierdo (1ª División); David Medié Jiménez, Iñaki Vicandi Garrido y Santiago Jaime Latre (1ª División y VAR); Álvaro Moreno Aragón y José María Carrera García (asistente 1ª División); Oliver de la Fuente Ramos (2ª División) y Carlos Calderiña Pavon (1ª RFEF).

Las sesiones se realizaban de forma presencial o telemática, costaban cada una de ellas entre 100 o 200 euros y se pagaban en efectivo, por transferencia o por bizum. A unos colegiados les cobraba más que a otros y demás, a veces hacía factura por el coaching y otras no.

Especialmente esclarecedora fue la declaración de Mateu Lahoz ante la Guardia Civil sobre la vinculación de Velasco Carballo con el hijo de Negreira. Éste afirmó que el expresidente del CTA fue quién había recibido más formación coach por parte de Javier Enríquez, que además tenía una cartera de árbitros muy importante, seguramente captados como clientes individuales durante las concentraciones arbitrales. Según Mateu Lahoz, en el colectivo arbitral se conocía que Enríquez siempre había ayudado a Velasco Carballo en su periplo arbitral antes de ser presidente del CTA y se preguntaba por qué nunca contó con sus servicios una vez el propio Velasco Carballo asumió la presidencia del Comité nacional.

Mateu Lahoz fue señalado a su vez por el asistente José María Sánchez Santos como uno de los colegiados que también habrían contratado supuestamente al hijo del exvicepresidente del CTA. No obstante, el colegiado valenciano lo desmintió de forma tajante ante los agentes aclarando que él nunca le hubiera contado porque contaba con sus coach particulares, aunque éste le ofreció sus servicios en varias ocasiones.

Santiago Jaime Latre afirmó a los investigadores que sabía cómo trabajaba Javier Enríquez y que conocía a otros compañeros que lo habían contratado. Como no conocía a otras personas que se dedicasen al coach, decidió contratarlo. Uno de sus asistentes que era catalán, José María Carrera García, se lo recomendó y le dijo que le pagaba en efectivo. Sobre las 7 transferencias de 200 euros que fueron publicadas en la prensa, señaló que pensaba que eran menos, aunque recordaba que en los conceptos de las mismas ponía siempre las siglas de los equipos de fútbol respecto al partido que comentaban en las sesiones de coach.

Latre añadió que hablaban en esas charlas de aspectos de colocación, interacción con los jugadores, gestos que había realizado y aspectos similares con el objetivo de mejorar esos comportamientos y que las sesiones le resultaron muy útiles. Aunque le pagó por transferencias, Enríquez le dijo que mucha gente, quizá para aparentar que disponía de muchos clientes, le pagaba en efectivo.

El asistente Miguel Martínez Munuera desveló a los agentes que su hermano colegiado Juan Martínez Munuera contrató al hijo de Negreira porque buscaba mejorar la concentración en su arbitraje, entendiendo que éste podía ayudarle en ese sentido. Dichas sesiones fueron vía telemática, desconociendo el importe de las mismas, aunque su hermano le pagaba por transferencias.

Javier Alberola Rojas explicó que conoció a Javier Enríquez como coach de la RFEF y le contrató a finales del año 2018, un año después de ascender a Primera División, hasta el 2020. En el mundo arbitral se hablaba de él, gozaba de buena imagen y necesitaba un apoyo para su profesión. Pensó que era la mejor persona a quién podría solicitar apoyo, vio su página web, su currículum, su trayectoria en la Federación y pensó que era la persona ideal. Enríquez le comentaba que daba estas sesiones a otros árbitros, jugadores y entrenadores, pero sin darle nombres.

Le pagaba mediante bizum o por transferencia bancaria, nunca en metálico. Las sesiones fueron online y solían hacer una a la semana como norma general. Costaban entre 100 o 125 euros por hora. Le daba facturas, pero no dispone en la actualidad de ninguna, ni concretamente recuerda quién emitía las facturas, ya fuese en concepto de autónomo o a nombre de alguna empresa.

Alfonso Álvarez Izquierdo relató a la Guardia Civil que conoció al hijo de Negreira en una concentración. Trabajó con él analizando partidos para mejorar como árbitro profesional y posteriormente, le contrató como coaching para mejorar sus capacidades arbitrales para un número determinado de partidos, entre 10 y 12, pagándole unos 200 euros por sesión en metálico. Se desplazaba a la casa de Enríquez y allí desarrollaban las sesiones.

El colegiado de Segunda División, Oliver de la Fuente Ramos, trabajó conjuntamente con Javier Enríquez desde finales de 2015 hasta enero de 2019. Le conoció en unas reuniones físico-técnicas, le gustó las materias que impartió y en diciembre de 2015 recibió una llamada del propio Enríquez en el que se ofreció como coach Según su declaración, no recordaba haberle dado su teléfono y desconoce como lo obtuvo. Pagó por transferencia bancaria la gran mayoría de las veces, que era una media de 500 euros mensuales, en total 14.200 euros. No pidió factura por ello, ni tampoco se la ofreció él. La cuota mensual era de 300 euros y si implicaba analizar algún partido 200 euros más por partido.

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José María Enríquez Negreira y su hijo Javier Enríquez.

Contratar al hijo para que el padre les ascienda

El sumario del caso recoge también una declaración muy relevante para la causa del colegiado de 1ª RFEF y cuarto árbitro de Primera División, Fernando Román Román. Éste destacó a la Guardia Civil que Javier Enríquez podía influir en su padre en el sentido de comentarle o informarle sobre los árbitros a los que impartía, a nivel particular, charlas de coaching.

Según el testimonio de Román Román, los árbitros que pagaban a Enríquez podrían verse favorecidos en los ascensos por parte del padre, ya que éste podía tener en cuenta los comentarios de su hijo en relación a los árbitros que llevase a la máxima categoría.

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