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El Atlético no desfallece

Los rojiblancos no son líderes por un solo gol, pero han encajado uno menos que el Barcelona.

Los rojiblancos no son líderes por un solo gol, pero han encajado uno menos que el Barcelona.
Diego Costa celebra uno de sus goles al Valencia. | Cordon Press

Vibró el Calderón cuando, a diez minutos del final, el Atlético estaba a un gol del liderato. Tocaron a rebato en la casa rojiblanca para que alguien empujara la pelota a la portería como si de la última jornada de Liga se tratara. 3-0 y cómoda victoria ante el Valencia, aunque un gol más convertía al Atlético de Madrid del imperial Simeone en líder de la clasificación. Ese gol no llegó, pero lo que sí ha llegado es la ilusión al seno del equipo. Algo se mueve a la orilla del río Manzanares y es bueno para el fútbol.

El Atlético no es líder por un gol, pero tiene uno menos encajado que el Barcelona. Le puso clase al partido cuando todo peligraba en el Calderón con el 0-0 hasta el minuto 62. Pero entonces apareció el de siempre. Diego Costa, que anotó dos goles, falló un penalti (que hubiera convertido al conjunto colchonero en líder), se hizo con el partido porque siempre quiere ser el protagonista y le va a dar a la selección española, si finalmente va al Mundial, una opción más que siempre será útil.

La primera parte fue una de las más flojas en toda la temporada para el Atlético, pero Simeone ha conseguido hasta eso, que los partidos no mueran en el descanso como pasaba hace años. El equipo tiene opciones de resarcirse y no tiene la capacidad ni siquiera de darse por vencido. ¡Faltaría más con el Cholo en el banco! El partido sirvió, en definitiva, para ver a ese Atlético rutilante y a un Valencia que tira una nueva temporada por el desagüe. 20 puntos en 16 jornadas, a 23 del liderato, a diez de la Champions. Un desastre total.

El Atlético no es líder porque el Barça tiene un gol más. Pero ya es una pasada que en la decimosexta jornada de esta Liga que todos dicen que es de dos, haya un equipo que esté a un gol de los culés y que haya encajado menos. El grupo de Martino no gana con tanta facilidad y últimamente se complica bastante las cosas. No es un lujo la salida a Getafe el domingo que viene y no fue un lujo el regular partido ante el Villarreal del sábado. La peor de las noticias fue la amarilla a Neymar, que no estará en el Coliseum el próximo domingo. Tampoco Messi. Ojito.

Y luego está el Real Madrid, que esta jornada fue el perdedor. No lo debió ser porque mereció ganar de largo en Pamplona, pero se deshizo algo con los dos goles encajados, con la expulsión de Ramos tan injusta como tonta por parte del defensa, que nunca debió estirar el brazo de esa manera teniendo ya una amarilla. Pero Clos Gómez perjudicó al Madrid, es evidente. Hubo un penalti catedralicio sobre Modric en una jugada en la que es complicado saber qué pasa por la mente de un colegiado para no ver eso, un derribo flagrante. Y hubo mala suerte porque, con el empate a dos y ya jugando diez contra diez, el Madrid mereció más. Pero no lo consiguió y está a cinco puntos de los de arriba y visita Mestalla el domingo que viene. No está el horno para bollos en la casa ché, pero es una salida que siempre es difícil.

Deja la jornada también la amarga goleada encajada por el Betis en San Sebastián, el empate entre Sevilla y el Athletic o los problemas de Rayo y Almería. Esto no para. Ahora viene la Copa y el próximo fin de semana, la última jornada de Liga de 2013.

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