La segunda temporada de Isco en el Real Madrid comenzó con dudas. Con los fichajes de James Rodríguez y Kroos, el andaluz se quedó fuera del plan inicial de Carlo Ancelotti y comenzaron a surgir dudas acerca de su futuro en el equipo. Necesitaba volver a brillar como lo había hecho en el comienzo de la pasada campaña y el punto de inflexión llegó en Riazor.
El malagueño saltó al campo en la segunda mitad y dio dos asistencias en la goleada del conjunto blanco ante el Deportivo. Asumió el mando del ataque del equipo y aportó una fluidez y una frescura que hizo olvidar el desastre vivido en Anoeta.
Tras ver su rendimiento en La Coruña, el técnico optó por darle la oportunidad de ser titular ante el Elche en las rotaciones que había meditado para dar descanso a los más habituales. Se hizo con el control del centro del campo blanco junto a Illarramendi y Kroos y se llevó una de las grandes ovaciones del Bernabéu. "Tenemos mucha confianza en él. Representa el futuro de la plantilla. Confiamos en Isco porque es un jugador importante". Ancelotti sigue creyendo en el talento de uno de los futbolistas españoles con más proyección.