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La teoría del "flujo vaginal" que es clave para la defensa de Dani Alves y choca contra la propia ciencia

El equipo legal de Dani Alves intenta demostrar por todos los medios que las relaciones sexuales con la presunta víctima fueron consentidas.

El equipo legal de Dani Alves intenta demostrar por todos los medios que las relaciones sexuales con la presunta víctima fueron consentidas.
Dani Alves se enfrenta a una condena de 4 a 12 años de prisión | Agencias

Dani Alves se llevó un severo varapalo la semana pasada cuando la Audiencia de Barcelona acordaba mantener en prisión preventiva y sin fianza al exjugador del Barça, acusado de haber agredido sexualmente presuntamente a una joven en una discoteca de Barcelona el pasado 30 de diciembre. Los magistrados concluyeron que la decisión de la jueza instructora de enviar a prisión al futbolista era "justificada y necesaria" ante los "indicios fundados" de agresión sexual contra el jugador.

Alves permanecerá en prisión hasta que se fije una fecha para el juicio. Su nuevo abogado, Cristóbal Martell junto a todo su equipo legal, prepara una nueva estrategia mucho más agresiva destinada a desacreditar los argumentos expuestos por la víctima, apoyada dicha estrategia en los informes forenses realizados a la joven en el Hospital Clinic.

Las pruebas de ADN confirmaron que los restos de semen hallados en el cuerpo de la joven son del futbolista, por lo que la defensa se centra en demostrar que las relaciones sexuales que ocurrieron en el baño de un reservado de la sala VIP de la discoteca Sutton fueron consentidas y en desmontar la narración de los hechos por parte de la denunciante.

Martell y su equipo destacan que el informe forense muestra que no hubo lesiones vaginales ni genitales en la penetración. Un dato que avala, según Martell, que no hubo ningún forcejeo. Y es que, las lesiones que la víctima habría presentado, no son lesiones vaginales compatibles con un coito en seco. Tampoco marcas propias de una reducción por la fuerza.

Las únicas lesiones que presentó la joven fueron unas heridas en las rodillas, que el letrado de Dani Alves asegura que son compatibles con relaciones consensuadas.

Flujo vaginal, clave para Martell y la ciencia lo desmiente

La existencia de flujo vaginal en el informe forense descartaría, para la defensa de Alves, la agresión sexual. "Los análisis no se corresponden con un coito en seco y el flujo vaginal es incompatible con un coito forzado, por lo que tira por tierra la violación".

La teoría del equipo legal de Dani Alves no la comparten los juristas que llevan el caso. Aseguran que la propia ciencia contradice a la misma. En concreto, sacan a colación unos estudios, la mayor revisión de bibliografía científica sobre la excitación sexual y orgasmos en casos de estimulación forzada o no consensuada, publicados en 2004 por el británico Roy Levin, uno de los mayores expertos en fisiología de la sexualidad del Reino Unido, en los que se demuestra que en una violación podría existir tanto orgasmos involuntarios como lubricación.

En sus análisis, Levin explica que, a raíz de los informes médicos de víctimas de violación, muchas de ellas lubricaban (a pesar de ser forzada contra su voluntad) e incluso llegaban al orgasmo en un 4% o 5%.

El miedo y el dolor suelen generar una disminución del apetito sexual, pero también puede producir el efecto contrario y que haya un aumento del flujo sanguíneo en los genitales, por lo que llevaría a la lubricación.

Martell insiste en que fue la joven la que buscó a Alves

El equipo legal de Dani Alves no solo pone en duda la narración de los hechos de la joven a través del informe forense, también considera que su testimonio presenta "muchas debilidades narrativas". Con la intención de desactivar que existiera intimidación ambiental previa que hubiera empujado a la víctima a mantener una relación sexual en contra de su voluntad, aseguran que las imágenes grabadas en la zona vip permiten comprobar que se trata "de un espacio abierto, en un ambiente festivo" y "difícilmente puede sostenerse que la hubiera forzado". También que la denunciante "se dirigió al lavabo después de que lo hiciera Alves y lo hizo de forma voluntaria", por lo que no resulta "creíble que se encontraba atemorizada".

Hay que recordar que Dani Alves se enfrenta a una condena de entre 4 y 12 años de prisión en caso de ser hallado culpable tras la última modificación legislativa.

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