Tranquilidad en los despachos del Real Madrid en un día, el de ayer —último del mercado de fichajes—, en el que las sedes de muchos equipos echaron humo. Como adelantó Libertad Digital el pasado 18 de diciembre, desde la cúpula merengue tenían muy claro que solo acudirían al mercado si aparecía un mirlo blanco en la posición de central.
Mirlo que, por otra parte, es casi imposible encontrar a un precio no inflado a mitad de temporada. Hace días que el Madrid ya dijo públicamente que no ficharía a nadie en invierno a pesar de la plaga de lesiones que asola la parte central de la zaga merengue, con Eder Militao y David Alaba con sendas roturas del ligamento cruzado.
El técnico Carlo Ancelotti ha tirado para esa posición de Nacho, Antonio Rüdiger —los dos únicos centrales puros que le quedan en plantilla— y de un Aurelien Tchouaméni al que no ha dudado en reconvertir cuando la ocasión lo ha requerido.
Un Madrid que sigue muy pendiente de la posición que más quebraderos de cabeza le está generando esta temporada. Y es que Rüdiger terminó tocado el partido de este jueves ante el Getafe. Este viernes por la mañana le han hecho pruebas en Valdebebas. Según ha podido saber Libertad Digital, el teutón sufre una fuerte contusión con un gran hematoma en el muslo izquierdo. La buena noticia es que no hay rotura y se trata del típico bocadillo, que es muy doloroso pero que ni mucho menos le descarta para el derbi del domingo ante el Atlético de Madrid en el Santiago Bernabéu.
De su evolución en las próximas 48 horas dependerá su disponibilidad, aunque a día de hoy desde los servicios médicos del Real Madrid son muy optimistas en cuanto a su recuperación se refiere y todo apunta a que estará en el once de Carlo Ancelotti.