
Kylian Mbappé llegaba muy señalado a la cita contra el Getafe. Su nefasto partido en Anfield ante el Liverpool, en un momento en el que debía dar un paso adelante en cuanto a liderazgo con la lesión de Vinicius, le puso en el foco. Afición, prensa, incluso sus propios compañeros que tras el encuentro ante el Liverpool le señalaron, sin nombrarle, como una de las claves de la derrota.
Mbappé, que recibió el calor de la afición merengue durante el partido ante los azulones, firmó una actuación curiosa. Marcó un golazo, que supuso el definitivo 2-0, pero se le vio muy errático en el uno contra uno -no se va de nadie-, ansioso a la hora de asociarse y muy fallón en la ejecución -erró tres claros mano a mano-.
Lo más llamativo y preocupante fue que rechazó lanzar un penalti en dos ocasiones. Superado, le pudo la presión.
Se llevó el premio de MVP del partido, pero su cara al recoger el galardón lo decía todo. Mbappé sigue en un bucle en el que su cabeza muestra una preocupante falta de liderazgo y exceso de ansiedad y responsabilidad que le convierten en un delantero terrenal.
Hace siete años, cuando el Real Madrid quiso fichar a Mbappé -entonces estaba en el Mónaco-, miembros de la dirección deportiva que lidera Juni Calafat señalaban en rojo en sus informes un aspecto de Kylian que les preocupaba: "No tiene carácter de estrella...". Durante años esta apreciación parecía errónea, con un Mbappé que tiró la puerta abajo tanto en el PSG como con la selección francesa. Sin embargo, cuando el Madrid tenía cerrado de palabra su fichaje hace dos campañas y la presión que ejercieron desde Qatar y Macron le hicieron dar marcha atrás en la decisión que tenía tomada de marcharse al Madrid -terminaba contrato- ya se intuía que de personalidad no iba sobrado.
En el Madrid, en sus primeros meses, está demostrando que aquel aspecto de su carácter en el que coincidían varios de los ojeadores de Calafat y que parecía una derrapada importante, se asemeja mucho a la cruda realidad actual. ¿Se imagina a Messi, Cristiano Ronaldo o el propio Vinicius rechazando, escondiéndose hasta en dos ocasiones en el mismo partido, lanzar una pena máxima? No, ¿verdad?. Pues es lo que hizo el astro galo en el encuentro ante el Getafe. El primero cuando el VAR confirmó el penalti que ha indignado al Getafe de Nyom sobre Rüdiger. Con el 0-0 en el marcador, Mbappé no tuvo la confianza suficiente para lanzar el penalti. Bellingham lo tiró de manera espectacular y puso el 1-0. El miedo pudo con Kylian.
Con 2-0 en el marcador, el colegiado señaló penalti tras un tiro del galo que presuntamente tocó la mano de Berrocal y, mientras el VAR revisaba la acción, Kylian volvió a rechazar la pelota para dársela a Rodrygo. Finalmente la pena máxima quedó anulada, pero una vez más Mbappé desnudó a ojos de todos su negativa a lanzar la pena máxima.
— KM (@KylianMedia) December 2, 2024
Como si de una premonición se tratara, Mbappé está llenando de razones, una vez más, al gran equipo de scouts que maneja Juni Calafat, el arquitecto, junto con José Ángel Sánchez, del gran Madrid de la última década. En la mano de Kylian está darle la vuelta y salir de una vez por todas de ese bucle lleno de piedras enormes de ansiedad y falta de confianza que menguan su increíble talento y le privan de convertirse en ese enorme jugador al que llevaba siete años añorando Florentino Pérez. Como él mismo dijo en su día tras su frustrado fichaje "este Mbappé no es mi Mbappé".
