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Lydia Valentín, también víctima de las chapuzas con el himno español

Otro momento surrealista a cuenta del himno nacional, esta vez durante los Mundiales de halterofilia celebrados en Anaheim (California).

El deporte español ha vuelto a vivir otro momento surrealista a cuenta del himno nacional. Esta vez ha sido en los Mundiales de halterofilia celebrados en Anaheim (California, EEUU), donde tras el triple oro de Lydia Valentín la organización hizo sonar un himno que no era el español.

La berciana deseaba escuchar el himno de España en lo más alto del podio, pero durante unos minutos lo que sonó fue otra cosa bien distinta.

"Estaba súper emocionada, en el primer cajón en un Mundial. Quería sentir el himno, estaba deseándolo y, de repente, no sonaba el himno español y me quedé como: '¡No puede ser verdad! El mejor momento y... ¿dónde está el himno?' Después han puesto otro himno que no sé de dónde es y luego el himno español. Me he emocionado porque la ocasión realmente lo merece", explicaba Lydia Valentín tras esta nueva chapuza a cuenta del himno nacional.

Fue la imagen del día: la haltera leonesa negando con la cabeza y el público español presente en Anaheim protestando. Los compases del himno español tardaron en llegar, pero acabarían sonando. La campeona del mundo y la afición, que exigió que no se siguiera con las celebraciones si no sonaba el himno correcto, tenían un enfado mayúsculo porque, aunque al final acabase soñando el himno español, el daño ya estaba hecho. Una vez más.

Enésimo error con el himno español

Una imagen, ésta de Anaheim, que ha recordado a lo que le ocurrió en dos ocasiones a Alberto Contador, que en 2009 escuchó el himno danés en el podio del Tour de Francia, mientras que dos años después, en 2011, celebró el Giro de Italia con la versión franquista del himno español.

Lo mismo le ocurrió a Carolina Marín en el Mundial de bádminton de Yakarta (Indonesia) en 2015, pues la organización hizo sonar la Marcha Real, cuya letra escribió José María Pemán en 1928 por encargo de Miguel Primo de Rivera, y que cuya oficialidad restableció Francisco Franco durante la Guerra Civil, en un Decreto del 27 de febrero de 1937, que fue ratificado en el BOE una vez finalizada la contienda.

Hace casi tres lustros, en 2003, el equipo español de Copa Davis que disputaba la final contra Australia fue sorprendido en Melbourne al escuchar el Himno de Riego —himno de la Segunda República Española— a cargo del trompetista James Morrison.

Al sonar los primeros compases, el entonces secretario de Estado para el Deporte, Juan Antonio Gómez-Angulo, que se encontraba presente en las gradas, ordenó a los jugadores volver a los vestuarios y elevó una protesta a la organización, refiriéndose al hecho como a una "ofensa a la nación española".Ésta se disculpó alegando que, al parecer, se debió a un error en el CD suministrado por la Federación Australiana a James Morrison.

Además, en julio de 2001, el equipo español de waterpolo derrotó a Yugoslavia por 4-2 en la final del Mundial disputada en Fukuoka (Japón). Los jugadores, ya en el podio con sus medallas de oro en el cuello, no imaginaban que durante el izado de la bandera española un "fallo técnico" iba a impedir escuchar por megafonía el himno. Los organizadores, incapaces de subsanar el error, pidieron a los waterpolistas españoles que cantaran su himno a capela, lo que hicieron tarareando una letra ficticia.

En otro Mundial, el de balonmano disputado en El Cairo en el verano de 1999, y cuando Iñaki Urdangarín ya era prometido de la infanta Cristina, la selección española escuchó impertérrita el himno de Marruecos en los instantes previos al partido que les debía enfrentar con Argentina.

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