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Shaul Ladany, el atleta que sobrevivió al Holocausto, a la Masacre de Múnich, a un cáncer...y sigue vivo

La increíble historia de un deportista que tuvo que superar todo aquello que parecía imposible. Pero él lo lograría. De manera heroica. Para siempre.

La increíble historia de un deportista que tuvo que superar todo aquello que parecía imposible. Pero él lo lograría. De manera heroica. Para siempre.
Ladany, estableciendo el récord de las 50 millas en abril de 1972. Récord que aún hoy perdura. | Archivo

El 5 de septiembre de 1972, mientras se disputaban los Juegos Olímpicos de Munich, el grupo terrorista palestino Septiembre Negro irrumpía en la Villa Olímpica. Entraba en una habitación de la delegación israelí, y asesinaba a dos miembros.

En la habitación de al lado, Shaul Ladany, competidor de 50km marcha, se despertaba alarmado por los ruidos. Se levantó, miró, y se horrorizó. No podía imaginar volver a estar pasando por una situación tan traumática. Tan cercana a la muerte. A su muerte. Otra vez...

Porque Shual Ladany había nacido en Belgrado, Yugoslavia, en el seno de una familia judía, el 2 de abril de 1936. Aún es un niño cuando el ejército alemán bombardea la ciudad. Su casa es destruída. "Nos metimos en un sótano y mi abuela se tiró encima de mí para protegerme. Por suerte no nos pasó nada, pues en el sótano de al lado varias personas perecieron". Él, por primera vez, sobrevive milagrosamente. Una constante en su vida.

Comienza una vida de huidas continuas con su familia. Judía. En plena Segunda Guerra Mundial. El lugar más seguro que alcanzan es un monasterio en Budapest. Asegura que fue el peor momento de su vida. "No tengo ninguna queja del monasterio. Lo que me asustaba, a la edad de 8 años, era saber que mi vida corría peligro si decía que era judío".

No tardará mucho en suceder lo inevitable. Shaul y su familia son apresados y enviados al campo de concentración de Bergen-Belsen. Un campo de la Baja Sajonia en el que serían asesinados 100.000 judíos. "Recuerdo el hambre, el frío y el estar consciente de estar en peligro constante. Notaba que quienes me rodeaban estaban todo el tiempo asustados, pero no entendía qué estaba ocurriendo exactamente", recuerda Ladany. Y añade "llegué a entrar a la cámara de gas, pero me indultaron, Dios sabrá por qué". No todos sus familiares corren la misma suerte. Buena parte de ellos es enviada a Auschwitz.

Pero Shaul Ladany sobrevive. Una vez más, cuando parecía imposible. Es liberado, junto a sus padres, gracias a un acuerdo entre Alemania y el movimiento sionista en Estados Unidos.

Pasa los últimos meses de la Guerra en Suiza. Al concluir, regresa con su familia a Belgrado. Y en 1948 se traslada definitivamente a Israel.

El atletismo como expresión

Con todo lo vivido, Shual Ladany tiene apenas 12 años. Procura hacer, dentro de lo posible, la vida normal de un niño. Va al colegio, donde se destaca como un buen estudiante, y comienza a practicar atletismo.

Es ya en el ejército, con 18 años, cuando descubre que tiene un don para las largas distancias. Corre algunos maratones, pero donde realmente es único es en la marcha. A pesar de ser menos reconocida, siente devoción por esa modalidad. El sacrificio extremo que requiere esta prueba parece hecha a la medida de un hombre que ha vivido, que ha padecido, tanto. Y comienza a practicar y entrenar en solitario. Sin entrenador.

En 1962 disputa su primera prueba, y en 1963 ya es campeón de Israel. Título nacional que lograría hasta en 27 ocasiones. Pronto Shaul Ladany se convierte en un marchador de talla mundial. Y disputa los Juegos Olímpicos de 1968, en México. Termina en la posición número 24 en la prueba de 50 km marcha.

Tras los Juegos, en 1969 gana el oro de la distancia en los Juegos Macabeos. Pero su mejor año será 1972. A principios de año bate el récord del mundo de las 50 millas marcha (algo más de 80 kilómetros), que databa de 1935. En abril lo vuelve a rebajar, dejándolo en 7:23:50, una marca que aún hoy es récord del mundo. Y en septiembre vuelve a los Juegos Olímpicos. Vuelve a Alemania. A Munich. Es, por cierto, el único miembro del equipo israelí de atletismo, y participará, claro, en los 50 km marcha.

De nuevo superviviente

Compite el 3 de septiembre. Queda en un discreto puesto 19, dado su potencial. Pero feliz de haber regresado a unos Juegos y haber disfrutado, esta vez sí, de Alemania.

Pero dura poco. Porque en la mañana del 5 se produce el ataque del grupo terrorista palestino Septiembre Negro.

Shaul Ladany lo percibe cuando ya han entrado en la habitación de al lado, y han asesinado a dos miembros de la expedición israelí. Él es el primero que va a avisar. Se pone el chándal sobre el pijama, y se traslada a otro apartamento. No hay nadie. Los terroristas habían entrado en varias habitaciones para tomar rehenes.

"Los apartamentos 1 y 3 fueron atacados pero el nuestro, el 2, no. Por mucho tiempo pensé que tenía una suerte inusualmente buena, pero luego caí en la cuenta de que debió haber sido parte del plan de los atacantes, pues en mi habitación dormían dos tiradores deportivos y, según las reglas de las Olimpiadas, ellos podían tener sus armas y municiones consigo", declara.

Ladany, nuevamente, consigue salir con vida de una situación trágica. Traumática. Será uno de los cinco únicos supervivientes a la masacre.

A pesar de lo vivido, Shaul Ladany no renuncia al deporte. Al atletismo. A la vida. Consigue nuevos hitos, como la medalla de oro en los 100 kilómetros del Campeonato Mundial en Suiza de 1973. O como en 2006, cuando se convierte en la primera persona de 70 años en caminar 160 kilómetros en menos de 24 horas. En 2012, con 75 años, participa en una marcha de 300 kilómetros -en cuatro días- entre París y Tubize. En realidad, nunca dejará de competir.

No sólo eso. También se labra una distinguida carrera como académico. Es profesor emérito de Ingeniería Industrial en la Universidad Ben Gurión, en Beerseba, Israel.

La vida aún le tenía preparada una nueva prueba de supervivencia. Esta vez interna, y no externa. Un cáncer al que también sobrevive, cirugía de bypass cuádruple incluida.

Hoy, Shaul Ladany, quien ha recibido la Medalla Pierre de Coubertin Medal por su servicio al Movimiento Olímpico, tiene 89 años. Para celebrarlo, en abril, ha caminado 89 kilómetros. Como hace cada año, coincidiendo con su aniversario. "No sé si podré aumentar la distancia cada año por mucho tiempo; todos somos humanos y morimos. Solo que yo prefiero morir caminando".

Y es la única manera en que parece que Shaul Ladany pueda realmente fallecer. Un verdadero superviviente. Un superviviente único. Puede discutirse si su vida ha sido afortunada o, por el contrario, plagada de mala suerte. Pero de lo que no hay duda es que ha sido una vida de supervivencia extrema. "No sé si sea cierto, lo que sí lo es, es que en mi vida no ha habido un momento aburrido", afirma.

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